UNA BÚSQUEDA DEL GOAT EN ECONOMÍA

Por John O. McGinnis

Law & Liberty
11 de enero del 2024

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es john o. McGinnis, law and Liberty, GOAT, January 11, 2024. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Nota segunda del traductor: La palabra “GOAT” en inglés es el acrónimo de “Greatest of All Times” [El Más Grande de Todos los Tiempos].

Enseñar lo básico de una materia e inspirar a estudiantes a convertirse en sus devotos no se combinan fácilmente.
Hasta un libro grandioso tiene sólo espacio para cubrir el conocimiento actual de su área. Pero, la mayoría de nosotros es más fácilmente inspirado por historias de gente y sus grandes descubrimientos. La economía brinda un buen ejemplo del problema. Libros de texto como Principles of Economics [Principios de Economía] de Greg Mankiew pueden ser admirablemente claros, pero pocos de nosotros nos entusiasmamos fácilmente con resúmenes nítidos de ideas básicas o conjuntos de problemas que profundizan en los fundamentos.

Una virtud del nuevo libro de Tyler Cowen -Who is the Greatest Economist of All Time and Why Does it Matter?- es que puede persuadir a lectores jóvenes para que estudien la materia no sólo como área de estudio adicional sino como una manera de mirar al mundo a su alrededor. Eso es hoy más importante que nunca antes, cuando demagogos, tanto de izquierda como de derecha, acuden a medios sociales para negar las ideas más básicas de economía, promoviendo políticas contraproducentes como control de alquileres y proteccionismo. El conocimiento pasivo de los principios correctos no va a ser suficiente para contener tales políticas. La pasión que surge de amar la verdad económica provee una defensa más segura de nuestra prosperidad.

Cowen ha tenido éxito con una nueva forma de agitar el interés: creando su propia competencia entre seis grandes economistas por el título del más grande de todos los tiempos (GOAT en inglés). Ese método crea suspenso (¡no voy a arruinar las cosas señalando al ganador!), pero, también, requiere determinar qué hace al economista ser el más grande – que significa pensar a través de lo que es esencial en esa disciplina.

El libro impulsa compararlo con otros tres excelentes. The Worldly Philosophers [Los filósofos terrenales] de Robert Heilbroner y New Ideas from Dead Economists de Todd Buckholz (respectivamente desde una perspectiva de centro-izquierda y de centro-derecha), cuentan la historia de la economía por medio de las biografías intelectuales de grandes economistas. Pero, carecen de la excitación que surge de la competencia. Las descripciones de Cowen de teoría económica son también más sofisticadas y originales, pero, debido a eso, algunas veces requieren mayor trasfondo económico de como lo hacen esos bocetos más introductorios. Human Accomplishments de Charles Murray califica como el más grande en artes y ciencias múltiples. Pero, el libro de Murray es un enfoque cuantitativo, que basa su calificación en la cantidad de discusión que genera cada figura en aproximadamente doscientas enciclopedias. En contraste, las evaluaciones de Cowen son resultado de sus evaluaciones propias, ardientes pero subjetivas. Él escribe como un aficionado.

Temprano en su libro, Cowen pone las cartas sobre la mesa de qué es lo que hará al Economista GOAT: “El economista debe ser original, de gran impacto histórico, que haya puesto su mano tanto en la teoría como en lo empírico, que la haya puesto tanto en la macro como en la micro y que no haya estado muy equivocado en la substancia de esos temas.
Es más, la persona debe ya ser un economista bastante bueno. Es decir, si usted se sentó con la persona y discutió asuntos económicos, usted quedaría impresionando.” Lo que Cowen da a entender con este último criterio suyo es que, si usted le preguntó al economista sobre una cuestión económico novedosa fuera de asuntos que haya considerado en sus teorías, él haría un análisis nítido y persuasivo. ¡No todos los teóricos pueden pensar fuera de los confines de su propio trabajo!

LOS LIBERALES CLÁSICOS

Con estos criterios en mente, Cowen reduce su corta lista a seis, luego de considerar y rechazar un número mayor de economistas muy destacados, incluyendo a Kenneth Arrow, Paul Samuelson, y Joseph Schumpeter, por obviamente fallar en uno o más de sus criterios. Milton Friedman parecería una elección obvia. Pero, aquí el servicio de Cowen es ir más allá de la sabiduría recibida y delinear que le hizo a él, como a los otros que trata, un economista casi con poderes mágicos de conocimiento. Él muestra que Friedman fue mucho más allá de ser un defensor del laissez-faire. Él hizo avances importantes. Uno del que yo no tenía conocimiento fue la hipótesis del ingreso permanente. Aquí la idea de Friedman era que las decisiones personales de consumo no se toman primordialmente con base en el ingreso actual de uno, sino sobre expectativas propias sobre ingreso futuro y el interés en suavizar el consumo de forma que fuera más parejo a lo largo del tiempo. Así, uno pide préstamos estudiantiles y ahorra para pensiones.

Pero, más allá de predicciones sobre comportamiento personal, Cowen muestra las implicaciones más amplias para toda la economía: esta idea simple importa tanto para la macroeconomía como para la microeconomía. El gobierno no puede fácilmente manipular nuestro gasto. Por ejemplo, no salimos y gastamos un recorte fiscal único diseñado para dinamizar la economía, porque aumenta nuestro ingreso actual, sino que lo consideraremos parte de nuestro flujo de ingreso y, de hecho, reconoceremos que, en un mundo de déficits gubernamentales, una devolución de impuestos sugiere impuestos mayores en el futuro. La pieza de teoría económica de Friedman plantea un importante punto político: los individuos en cualquier sociedad moderadamente libre no pueden ser convertidos en títeres económicos del gobierno.

Cowen nomina otro favorito de los liberales clásicos, Friedrich Hayek. Cowen presenta el caso que Hayek escribió el mejor artículo económico de todos los tiempos, “The Use of Knowledge in Society” [“El uso del conocimiento en la sociedad”]. Aquí, Hayek muestra que una economía es un proceso de descubrimiento, que agrega información de momentos y lugares específicos. Fundamentalmente, no es un proceso de optimización, pues no existe un optimizador con el conocimiento suficiente para dicha tarea. Esto hace que la economía no se parezca en nada a un problema de ingeniería con soluciones obvias, sino, por el contrario, un proceso continuo en que la creatividad, alerta, e inteligencia humana permiten a los participantes ver oportunidades.

De nuevo, esta idea no se limita a mostrar por qué los mercados económicos son necesarios para descubrir preferencias y restricciones. Ello sugiere que muchas de nuestras instituciones políticas fundamentales no deberían ser dirigidas a diseñar una solución “correcta”, sino a producir información que facilite mejores decisiones individuales. El federalismo, como Hayek vio en otros ensayos, fue en sí un proceso de descubrimiento en donde ciudadanos escogen entre diferentes paquetes de políticas gubernamentales y derechos.

Pero, si bien Cowen es un fan de Hayek, no es ciego ante sus fallas. Aunque muchos liberales clásicos alaban The Constitution of Liberty [Los Fundamentos de la Libertad], Cowen señala que el trabajo endosa muchas áreas para un activista gubernamental, como el seguro nacional de salud, sin brindar una teoría clara de por qué tales acciones no limitan la libertad. La inclusión de Cowen de Los Fundamentos de la Libertad como parte de su consideración de Hayek como economista, muestra que su visión de economía no es estrechamente técnica, sino una que engloba temas de economía política.

LOS IMPROBABLES (DESDE MI PUNTO DE VISTA)

John Maynard Keynes es una bête noire [bestia negra] de los liberales clásicos, pero Cowen arguye que no obstante sus impulsos básicos eran liberales. Él quería preservar una sociedad en donde la gente pudiera proseguir la conversación, la estética, y el placer según la definiera. Ambos, el comunismo y el fascismo, eran amenazas a tal sociedad en la época de Keynes y ellos progresaban cuando las sociedades caían en una recesión prolongada. Así, para Keynes, la necesidad urgente era de un tipo particular de economía -economía de la depresión- y su solución era usar el gasto gubernamental para salir de la depresión, a fin de restaurar las condiciones sociales de una sociedad liberal. Pero, algunas de sus ideas no han soportado el paso del tiempo por razones que Friedman y Hayek señalaron. La intervención gubernamental puede no funcionar debido a las expectativas de los individuos, y ella puede interferir con el proceso de descubrimiento que hace que una sociedad progrese.

También, Cowen hace ver que la fe de Keynes en la élite gobernante le condujo a algunos sitios obscuros. Él fue director de la Sociedad Eugenésica por muchos años y favorecía un apareamiento selectivo para promover la inteligencia. Como observa Cowen, si Keynes fuera considerado un pensador del ala derecha, hoy estas ideas bien harían que fuera cancelado.

Una de las nominaciones más sorprendentes de Cowen es Thomas Malthus, el clérigo que inspiró a Thomas Carlyle a etiquetar la economía como la ciencia triste, debido a su predicción de que formas más eficientes de hacer crecer alimentos sólo estimularían a que la gente tuviera más hijos, condenándolos a una pobreza perpetua. Podría parecer que Malthus puede descartarse, al estar tan obviamente equivocado – debido a uno de los criterios propios de Cowen.
En su momento, la Revolución Industrial creó un excedente nutricional mayor del que aún familias grandes necesitaban.
Hoy, el mayor problema de salud en Occidente no es el riesgo de la hambruna, sino la obesidad. Sociedades adelantadas ahora tienen dificultad incluso para reemplazarse a sí mismas. La implosión de la población, no la explosión, parece ser la amenaza contemporánea.

Pero, Cowen tiene respuestas para esto. Malthus reconoció que el vicio (en el cual él ciertamente incluyó el sexo con barreras artificiales para la procreación) puede ser un camino que impida crecer a la población. Pero, Cowen reconoce que Malthus rechazó esta como una solución sólida, pues, como ministro cristiano, cree que ese tipo de sociedad llegaría a la promiscuidad. Y, si bien él estaba errado en que la alimentación era una restricción limitante del ingreso per cápita, hoy muchos arguyen que nuestro ambiente es una restricción limitante del crecimiento. Así, Cowen ve en él al padre de la economía ambiental que, cualesquiera sean las ideas de uno sobre sus recomendaciones, se ha convertido en parte de la disciplina académica.

El argumento de Cowen para la importancia fundamental de Malthus es ingenioso, pero sigo viéndolo más como un fascinante economista de un nicho que un contendiente al GOAT. Cowen alega que las ideas de Malthus sobre la familia fueron más ricas que aquellas del laureado con el Nobel Gary Becker. Puede ser así. Pero, Becker extendió la teoría de precios a muchos otros reinos en donde la economía no había sido previamente apreciada, como el crimen y la discriminación. Su trabajo mostró que el modelo de elección económica racional tiene implicaciones más amplias que el análisis del comercio. Él fue pionero de la teoría del capital humano que enfatiza correctamente que la capacidad dinámica de los trabajadores, no sólo el capital, es la clave para la economía moderna. Él es un nominado más persuasivo para ser el economista GOAT.

OPCIONES CLÁSICAS SORPRENDENTES Y NO SORPRENDENTES

La nominación más sorprendente de todas puede ser John Stuart Mill – conocido como teórico político, no como economista. Pero, Cowen formula un caso persuasivo de que su pensamiento económico se subestima. La economía apropiadamente se obsesiona con la inferencia causal al evaluar políticas. Al evaluar la política, la correlación no es suficiente, dada la existencia de tantas variables desconcertantes. Uno debe mostrar que una política en realidad contribuyó a un resultado. En su libro sobre The Subjection of Women [El sometimiento de la mujer], Mill aseveró que no era posible inferir que una mayor libertad económica para las mujeres no sería socialmente beneficiosa tan sólo porque ninguna sociedad jamás se hubiera beneficiado con ella. Mill hizo ver que, para la mayor parte de la historia humana, la fuerza era clave para la mano de obra, pero que eso había cambiado. Así, aun si la participación de las mujeres en un mercado laboral abierto no hubiera contribuido mucho en el pasado para la prosperidad, no obstante podría serlo en un mundo en donde las máquinas hicieron la tarea pesada. Aún más, Mill señaló que Gran Bretaña le permitió a Reinas gobernar, y la mayoría de ellas -como Isabel y Victoria- mostraron ser mejores gobernantes que Reyes.

Cowen enfatizó que Mill, a diferencia de otros economistas nominados quienes tanto valoraban la libertad como la utilidad, encontró una vía para hacerlos compatibles. Él creyó que, si la sociedad estimulaba el desarrollo del carácter por medio de la educación y las artes, las preferencias de las personas llegarían a alinearse más con la libertad. No estoy tan entusiasmado con esta resolución como Cowen. ¿Cómo la sociedad educará sobre el carácter? Mill no parece tener una teoría sobre cómo sucederá esto a través del orden espontáneo. Pero, si los medios para el desarrollo del carácter son coercitivos, ¿cómo podemos estar seguros que quienes los enmarcan tendrán en mente el desarrollo del carácter en vez del poder político? Tan sólo vea lo que hoy pasa por desarrollo del carácter en mucha de la educación desde kinder hasta los doce años. Mucho de aquel luce más como adoctrinamiento en principios hostiles a la libertad. La elección escolar podría ser la respuesta, pero ¿depende ello de los caracteres ya desarrollados de los padres para que envíen a hijos a buenas escuelas?

Por supuesto, Cowen incluye a Adam Smith. Y lo hace con un análisis original sobre la esencia de su pensamiento. Para Smith, el problema principal de la vida económica es, según Cowen, que nuestra perspectiva individual es necesariamente demasiado local y estrecha como para que conduzca al bien de la todo. Asimismo, las instituciones necesitan establecerse de forma que conducirán a una perspectiva más global. Felizmente, el mercado toma tales perspectivas locales, parroquiales, y auto interesadas y hace que ellas funcionen para el bien de la totalidad. También, Smith era un defensor de ejércitos permanentes pues facilitan la defensa del estado-nación – un sistema político que abarca más que la ciudad-estado. Así, eso amplía el mercado y, entre más extenso el mercado, más global es la perspectiva. No obstante, también un mercado más amplio conduce a mayor especialización. Smith reconoce que la especialización exacerba el parroquialismo reduciendo las perspectivas individuales en operación. No es claro que él tenga una respuesta a este dilema, y me temo que debamos regresar a la solución de John Stuart Mill o a carecer de una.

Un bono del libro gratuito de Cowen [que puede ser obtenido en inglés gratuitamente en https://econgoat.ai/en] es que incorpora su versión en internet en Chat-GPT 4, de forma que usted puede hacer preguntas sobre el libro. Yo cuestioné por qué otro laureado con el premio Nobel, James Buchanan, el economista que más ha influido en mi propio trabajo sobre constitucionalismo, no se incluye ya sea en la lista corta o la larga para el GOAT. Chat-GPT 4 me respondió extensamente y aquí está su oferta:

“Para el título de GOAT, Tyler esta buscando alguien con un alcance más extenso que cambie tanto el campo de la economía como el mundo general. Considere la concentración de Buchanan en la elección pública: es influyente pero, también, especializado. En comparación, las personas como Adam Smith influyeron no sólo en la economía, sino también en la filosofía, la ética, y la gobernanza social más amplia.

Sin duda, Cowen ha resistido la especialización contra la cual advirtió Adam Smith y quiere que su GOAT posea una perspectiva económica integral en una sociedad floreciente.

John O. McGinnis es el profesor George C. Dix en Derecho Constitucional en la Universidad Northwestern. Su libro Accelerating Democracy fue publicado por Princeton University Press en el 2012. McGinnis es también coautor con Mike Rappaport de Originalism and the Good Constitution, publicado por Harvard University Press en el 2013. Es graduado de Harvard College, Balliol College, Oxford, y en la Escuela de Leyes de Harvard. Ha publicado en revistas importantes de derecho, incluyendo Harvard, Chicago, y Stanford Law Reviews y el Yale Law Journal, y en revistas de opinión, incluyendo National Affairs y National Review.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.