ES LA “COMPETENCIA” EL ENEMIGO DE LA COOPERACIÓN. HE AQUÍ LO QUE BASTIAT PENSÓ

Por Gary M. Galles
Fundación para la Educación Económica
Martes 26 de diciembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es gary m. galles, foundation for economic education, Bastiat, December 26, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra roja en el texto.

Aunque pueda parecer paradójico, la competencia es un componente crucial de la armonía económica.

Los estadounidenses están en un mundo en que la cooperación (usualmente dando a entender “usted debería hacer lo que yo quiero que usted haga”) claramente gana los concursos de popularidad política y retórica en comparación con la competencia. Por ejemplo, hace poco, noté un artículo titulado “La cooperación en el mercado, no la competencia, logrará los objetivos de energía limpia,” en nombre del “reverdecimiento” político coercitivo que quieren imponer aquellos conectados con los salones del poder.

No obstante, como lo dijo E.C. Harwood décadas antes que corriéramos cuesta abajo en la pendiente en declive en que hoy estamos, “que la cooperación es lo opuesto a la competencia, por lo general, parece suponerse.” Pero, de forma importante “en tiempos modernos cuando muchos defensores de la empresa cooperativa están criticando a la competencia,” deberíamos notar que “un análisis cuidadoso de las actividades económicas cuyos nombres son estas palabras, revela que ‘libre competencia’ y ‘cooperación voluntaria’ son dos nombres diferentes para el mismo comportamiento económico.” O, como escribiera F.A. Harper, “la competencia debe siempre acompañar a la cooperación en una sociedad libre. La elección de dónde y con quién cooperar, y dónde y con quién competir… alguna vez debe enfrentarnos a usted y a mí.”

Más o menos un siglo antes de esas observaciones, en “Competencia,” Capítulo 10 de sus Armonías Económicas, Frèdéric Bastiat ya había escrito que “la economía política no tiene en todo su vocabulario una palabra que hay suscitado tanto furor de los reformadores modernos, como la palabra “competencia.’” Y esta comprensión de los temas involucrados hace que aún hoy puede informarnos. He aquí algunas ideas destacadas de ese perspicaz capítulo.

LA COMPETENCIA ES LIBERTAD, QUE ES LA AUSENCIA DE OPRESIÓN

“¿Qué es la competencia?... La competencia no es más que ausencia de opresión. En lo que me interesa, quiero escoger por mí mismo y no quiero que otro escoja por mí, contra mi voluntad; eso es todo.”

“La competencia es libertad. Destruir la libertad de actuar es destruir la posibilidad y por consiguiente la facultad de escoger, de juzgar, de comparar; equivale a… matar al hombre.”

“De cualquier punto de donde partan, siempre vienen a parar aquí los reformadores modernos; para mejorar la sociedad empiezan por destruir al individuo, bajo pretexto de que dimanan de él todos los males, como si no fuese también el origen de todas las cosas buenas.”

ESTANDO EN DESACUERDO CON LOS “REFORMADORES”

“¿No parece muy natural que en cada circunstancia sean juzgadas las necesidades por quienes las experimentan, los esfuerzos por aquellos que las intercambian? ¿Y si nos propone seriamente substituir esta universal vigilancia de los interesados por una autoridad social (aunque fuese la del mismo reformador), encargada de decidir en todos los puntos del globo las delicadas condiciones de esos intercambios innumerables?”

“¿No se ve que eso sería crear el más falible, el más universal, el más inmediato, el más inquisitorial, el más insoportable, el más actual, el más íntimo, y, digámoslo afortunadamente, el más imposible de todos los despotismos?”

“Basta saber que la competencia consiste en la ausencia de una autoridad arbitraria como juez de los intercambios.”

“La competencia, que podríamos llamar sin dificultad libertad [esto es, la habilidad para ejercer mis derechos sobre mí mismo y mis posesiones en asuntos que me afectan]… Es la más progresiva, la más igualitaria, la más universalmente niveladora de todas las leyes a las que la providencia ha confiado el progreso de las sociedades humanas.”

“Es esta ley de la competencia la que lleva sucesivamente al dominio común todas las conquistas con que el genio de cada siglo aumenta el tesoro de las generaciones que le siguen.”

LA LIBERTAD DE COMPETIR EXPANDE LAS OPCIONES PARA TODOS

“Lejos de que la competencia opere, como se le acusa, en el sentido de la desigualdad, puede afirmarse que toda desigualdad artificial es imputable a su ausencia.”

“Mientras que los socialistas ven en la competencia la causa de todo mal, en los ataques que ella recibe es donde debe buscarse la causa perturbadora de todo lo que es bueno.”

“No hay otra más fecunda [qué la competencia] en armonías sociales; no hay otra que pruebe de una manera más evidente la inconmensurable superioridad de los designios de Dios sobre las vanas e impotentes combinaciones de los hombres.”

LA COMPETENCIA TRANSFORMA EL INTERÉS PROPIO EN ARMONÍA

“Así, el interés personal es esa indomable fuerza individualista que nos hace buscar el progreso, que nos lo hace descubrir, que nos impele fuertemente hacia él, pero que nos conduce también a monopolizarlo. La competencia es esa fuerza humanitaria no menos indomable que arranca el progreso, a medida que se realiza, de las manos de la individualidad, para hacer de él la herencia común de la gran familia humana. Estas dos fuerzas … constituyen en su conjunto, por el juego de sus combinaciones, nuestra armonía social.”

“¿No es la competencia la que impele hacia las carreras fecundas y aparta de las carreras estériles? Su acción propia consiste, por tanto, en realizar cada más más la igualdad, elevando al mismo tiempo el nivel social.”

“Entendámonos, sin embargo, sobre la palabra igualdad. Ella no supone para todos los hombres remuneraciones idénticas; sino proporcionales a la cantidad y aún a la cualidad de sus esfuerzos.”

“De la competencia nace la adjudicación a la comunidad de las ventajas obtenidas primero individualmente. La intensidad del trabajo exigido para cada resultado determinado va restringiéndose continuamente en provecho del género humano que ve ensancharse así, de generación en generación, el círculo de sus satisfacciones, su descanso, y elevarse el nivel de su perfeccionamiento físico, intelectual y moral; y por este arreglo tan digno de nuestro estudio y de nuestra eterna admiración se ve claramente a la humanidad levantarse de su caída.”


LA ARMONÍA EN UN MUNDO QUE INCLUYE LA MALDAD Y EL ERROR


“Por otra parte, no he negado el mal ni su misión… habiéndosele dado al hombre el libre albedrío. no debía reservarse el nombre de armonía a un conjunto de donde fuese excluida la desgracia; porque el libre albedrío supone el error, al menos como posible, y el error es el mal.”

“La armonía social, como todo lo que concierne al hombre, es relativa; el mal es una de sus ruedas necesaria destinada a vencer el error, la ignorancia, la injusticia, poniendo en acción dos grandes leyes de nuestra naturaleza: la responsabilidad y la solidaridad.”

"Ahora, existiendo el pauperismo [pobreza] de hecho, ¿debe imputarse a las leyes naturales que rigen el orden social -o a instituciones humanas que actúen en el sentido contrario de estas leyes- o a aquellos mismos que son sus víctimas y que hubiesen atraído sobre su cabeza ese severo castigo de sus errores y de sus fallas?”

“La competencia está lejos de llenar la esfera natural de su acción; nuestras leyes la contrarían al menos tanto como la favorecen, y cuando se pregunta si la desigualdad de las condiciones es debida a su presencia o su ausencia, basta ver qué hombres son los que se hallan más elevados y nos deslumbran con el brillo de su fortuna escandalosa, para asegurarse que la desigualdad, en lo que tiene de artificial y de injusto, presenta por base la conquista, los monopolios, las restricciones, los oficios privilegiados, las altas funciones, los grandes empleos, los mercados administrativos, los empréstitos públicos, cosas todas, con las que nada tiene que ver la competencia.”

¿ANTAGONISMO O ARMONÍA?

“Espíritus superficiales han acusado a la competencia de introducir el antagonismo entre los hombres. Esto es cierto e inevitable, mientras no los considere sino en su cualidad de productores, pero colocaos en el punto de vista del consumo, y veréis a la competencia unir a los individuos, las familias, las clases, las naciones y las razas con los lazos de la fraternidad universal.”

“Es inevitable que todos los hombres mientras sean productores, se unan en un concierto de maldiciones contra la competencia. No pueden reconciliarse con ella, sino apreciando sus relaciones con el consumo, considerándose no como miembros de un grupo especial o corporación, sino como hombres.”

En la conclusión de la edición original de Bastiat de Economic Harmonies [Armonías Económicas], de nuevo él regresa a algunos de los temas del Capítulo 10.

“No temo decir que el resultado de esta exposición puede expresarse de antemano en estos términos: Aproximación constaten de todos los hombres hace el nivel que los eleva constantemente, -en otros términos: Perfeccionamiento e igualdad- en una sola palabra: ARMONÍA.”

“Todas las Armonías Sociales se contienen en germen en esos dos principios: PROPIEDAD y LIBERTAD… todas las disonancias sociales no son sino el desarrollo de esos otros dos principios antagónicos de los primeros: DESPOJO y OPRESIÓN.”

“La libertad supone y comprende la Propiedad.”

“¡Libertad!, he aquí en definitiva el principio armónico. ¡Opresión!, he aquí el principio disonante, [con] su apropiación injusta de la propiedad:”

“El despojo!... turbará hasta el punto de no poderse conocer, las armonías sociales que nos hemos esforzado en descubrir y describir.”

“Por todas partes vemos al hombre… decir a su hermano: Para ti el trabajo, para mí el fruto del trabajo.”

Bastiat resume la relación entre libertad y competencia, conectada por el eje de los derechos de propiedad, lo que fue su tema en el Capítulo 10: “Si me dejan mi libertad, la competencia subsiste. Si me la arrebatan, no soy sino su esclavo.” Eso vale la pena recordarlo hoy, cuando la esencia de los ataques tanto a la libertad como a la competencia ha continuado siendo la violación de los derechos de propiedad de otros, esclavizando a la gente a los dictados de otros.

El Dr. Gary M. Galles es profesor de Economía en la Universidad Pepperdine y miembro de la red de educadores de la Fundación para la Educación Económica. En adición a su nuevo libro Pathways to Policy Failure (2020), sus libros incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014), y Apostle of Peace (2013.)

Traducido por Jorge Corrales Quesada.