LA DOLARIZACIÓN NO ES MAGIA

Por Nicolás Cachanosky
American Institute for Economic Research
23 de diciembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es nicolás cachanosky, american institute for economic research, dollarization, December 23, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

En un artículo reciente en el New York Times, Paul Krugman descarta la idea de que la dolarización puede mejorar la economía argentina. Describe la dolarización como solución mágica. Al hacerlo, Krugman comete la falacia del hombre de paja [que surge al distorsionar o exagerar el argumento de otra persona y luego atacar la versión distorsionada del argumento en vez de comprometerse en serio]. Él omite las restricciones y anomia institucional que enfrentan reformas monetarias alternativas en Argentina.

Actualmente, Argentina lucha contra una de las tasas de inflación más altas del mundo. La última tasa de inflación alcanzando un asombroso 160 por ciento es peligrosamente cercana a la hiperinflación. El asunto esencial que impulsa esa crisis económica es la ausencia de restricciones institucionales e instrumentos de compromiso creíbles en la política monetaria del país. La ausencia de restricciones efectivas le permitió a la administración Kirchner imprimir demasiados billetes, tal como se ha llegado a esperar en Argentina. La inflación ha promediado 60 por ciento anual desde mediados de los años cuarenta.

La dolarización no es una solución producto de la fantasía, como alega Krugman. Realmente ha operado en el mundo real. Enfrentando el espectro de la hiperinflación, Ecuador abrazó la dolarización en el 2000. Su economía se estabilizó. Aumentaron los ingresos promedio, la tasa de pobreza cayó, y la distribución del ingreso en el país mejoró.
Similarmente, Zimbabue se volcó hacia la dolarización en el 2009 para aliviar una inflación rampante. Estos casos subrayan la practicabilidad de la dolarización para enfrentar el tipo de inflación fuera de control que ha persistido en Argentina.

Krugman falla en identificar un solo defensor de la dolarización quien indique que es un remedio mágico. La supuesta magia parece ser producto de la imaginación de aquel. En contra de lo que Krugman desearía que uno creyera, los defensores de la dolarización no aseveran que es una solución que cura todo. En la visión de estos, es un enfoque pragmático de segunda mejor alternativa para refrenar tasas de inflación extraordinariamente altas. Muchos economistas reputados han apoyado la dolarización en circunstancias extraordinarias. No es una idea loca.

También, Krugman falla en proponer una alternativa realista y duradera para los desafíos económicos de Argentina. Argentina ya ha intentado las alternativas. Una caja heterodoxa de conversión de la moneda en los años noventa terminó en una de las mayores crisis económicas en el 2001. Este fracaso abrió las puertas para más de una década de populismo orientado hacia la izquierda bajo Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. A finales del 2016, Argentina puso en marcha formalmente un régimen de objetivos de inflación. Su banco central fue administrado por un equipo soñado de economistas del Ivy League [usualmente ocho universidades privadas del este de Estados Unidos]. No funcionó. Veinticinco meses después de su vigencia, Argentina experimentó una crisis monetaria.

Se acabó el tiempo para medidas a medias. Argentina necesita una solución duradera y creíble para su inflación crónica. Dado que la dolarización es resistente a la interferencia política de gobiernos actuales y futuros, es más posible que funcione y más posible que dure. La dolarización no es una panacea. Pero, ha mostrado ser exitosa para mitigar la hiperinflación en casos del mundo real. En vez de descartarla como magia, uno debería reconocer que la dolarización es un enfoque pragmático para restaurar la estabilidad en países de alta inflación que carecen de instituciones creíbles. Si hay alguien que esté sucumbiendo al pensamiento mágico, bien puede ser Krugman. Él deja de lado los beneficios prácticos de la dolarización de cara a una hiperinflación potencial y no ofrece alternativas realistas y duraderas.

El Dr. Cachanosky es Profesor Asociado de Economía y Director del Centro para la Libre Empresa de la Escuela de Negocios Woody L. Hunt de la Universidad de Texas en El Paso. Es también Compañero del Centro Fridman-Hayek para el Estudio de una Sociedad Libre de la UCEMA. Sirvió como presidente de la Asociación de Empresas Privadas de la Educación (APEE, 2021-2022) y en la Junta Directiva de la Sociedad Mont Pelerin (MPS, 2018-2022). Obtuvo su licenciatura de la Pontificia Universidad Católica Argentina, una Maestría en Artes en Economía y Ciencias Políticas de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), y su Ph.D. en Economía de la Universidad Suffolk, en Boston, Massachusetts. Es autor de Reflexiones Sobre la Economía Argentina (Instituto Acton Argentina, 2017), Monetary Equilibrium and Nominal Income Targeting (Routledge, 2019), y coautor de Austrian Capital Theory: A Modern Survey of the Essentials (Cambridge University Press, 2019), Capital and Finance: Theory and History (Routledge, 2020), y Dolarización: Una Solución para la Argentina (Editorial Claridad, 2022). Su investigación se ha publicado en medios como el Journal of Economic Behavior & Organization, Public Choice, Journal of Institutional Economics, Quarterly Review of Economics and Finance, y el Journal of the History of Economic Thought, entre otros.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.