MARCO AURELIO SOBRE QUITANIEVES, DEPORTES, Y LIBERTAD

Por Barry Brownstein
American Institute for Economic Research
21 de diciembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es barry brownstein, american institute for economic research, Marcus Aurelius, December 21, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

En Los Fundamentos de la Libertad, F. A. Hayek hizo ver famosamente que “La razón humana no puede predecir ni dar forma a su propio futuro.” Una razón por la que no podemos predecir nuestro propio futuro, explicó Hayek, se debe a que el crecimiento de nuestra mente está conectado con el “crecimiento de la civilización.” Aún más, explicó él, nuestra habilidad para razonar no es “independiente de la experiencia.”

Algunos piensan que su trabajo no es aprender de la experiencia, sino que intentan controlar sus experiencias. Cuando sus expectativas se frustran, se quejan y culpan.

Si estamos dispuestos a aprender de la experiencia pero necesitamos alguna asistencia, hay pocas guías mejores que las Meditaciones de Marco Aurelio.

Yo recomiendo dos traducciones [al inglés] de Meditaciones, una de Gregory Hays y la otra de Robin Waterfield. Para este ensayo, estoy utilizando la de Waterfield. [Yo en lo que pueda utilizaré la que aparece en http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx que es la que tengo a mano en español].

Si usted nunca ha leído los trabajos de los grandes filósofos Estoicos, puede haber escuchado las interpretaciones superficiales de sus trabajos: Aguántese. Controle sus pensamientos y sentimientos. Actúa como si el mundo no te molestara.

La filosofía Estoica no habría sobrevivido miles de años si se enfocara en ese consejo imposible.

Aurelio escribió sus Meditaciones para sí mismo, jamás soñando que la humanidad las leería miles de años más tarde.
Él buscó aprender de la experiencia al observar como él, no otros, se quedaron cortos de vivir según sus valores más elevados.

Las Meditaciones es eterna pues describe un proceso práctico; no proporciona trivialidades sin sentido que nos instan a ser perfectos. Todos fracasamos una y otra vez, pero Aurelio nos aconsejó que hiciéramos buen uso de nuestros fracasos:

“No sentirse exasperado, derrotado o abatido porque sus días no están llenos de acciones sabias y morales. Sino levantarse cuando falla, celebrar comportarse como un ser humano, aunque sea de manera imperfecta, y abrazar plenamente la búsqueda en la que te has embarcado.”

Nadie jamás domina el proceso que aconseja Aurelio. Pero, la humildad surge cuando practicamos el proceso, y con la humildad llega la habilidad para aprender. Cuando consumidores y empresas “aprenden” del proceso de mercado, podemos aprender de la vida. Qué tonto es “maldecir” nuestra experiencia cuando nuestra experiencia puede ser liberadora. Aurelio escribió acerca de “trabajar para ganar su libertad. Hora tras hora. A través de la paciencia, honestidad y humildad.”

En Meditaciones, el progreso para llegar a ser mejor persona es en mucho un proceso de substraerse de nuestras auto creadas barreras a lo que Aurelio llamó nuestra Naturaleza verdadera. Aurelio estaba mirando continuamente a su nos [nosotros], sus bloqueos para vivir lo que él entendía eran sus valores y su propósito. Él notó todas las formas en que echó a perder su día. Él vio lo que le estaban costando sus reacciones pobres, y, habiéndolo hecho, estuvo luego en capacidad de tomar mejores decisiones.

El camino Estoico no es pensamiento positivo, sino tener consciencia honesta de nuestro nosotros. Con dicha consciencia, dejamos de culpar a otros.

Salí a caminar cuando un gran camión emergió de una entrada casi a una milla de distancia de mi hogar. El vecino, a quien nunca había conocido, se detuvo en el camino rural y se bajó de su taxi. Él estaba buscando un oído amistoso. Su salida sin pavimentar era extensa, con una pendiente empinada. La compañía de pavimentación que había contratado este pasado otoño se quedó corta de personal y no llegó a hacer el trabajo. Frente a él había una frustrante remoción de nieve invernal.

Nos compadecimos por la pobre condición de su salida. Pero, lo que le preocupaba en realidad era la nieve apilada a través de la parte baja de su salida. Se preguntó si había hecho un “enemigo” (su palabra) de un vecino quien estaba lanzando nieve para bloquear su salida.

Yo le ofrecí una explicación más sencilla: el operador de la quitanieves avanza en línea recta, y no levanta la pala al llega a una salida.

Si bien yo estaba leyendo a Aurelio exactamente antes de mi caminata, no estaba tentado para citarle a Aurelio. Pero, si lo hubiera estado, le habría citado esto:

“Apenas amanezca, piensa todos los días: hoy encontraré a cualquier persona que tenga alguna de estas faltas: que sea un indiscreto, un ingrato, un insolente, un embustero, un envidioso, un egoísta. Los desgraciados que tienen estos defectos es porque no distinguen los verdaderos bienes y los verdaderos males.” En resumen, hoy nada tiene que salir bien. Aun si el operador de la quitanieves es malintencionado, hay algo por aprender sobre cómo nuestra experiencia del mundo que no es determinada por otros.”

Aurelio no nos está diciendo que ignoremos el mal comportamiento sino que pongamos lentes más amplios sobre él. Continuó:

“Pero yo, que he aprendido que el bien verdadero consiste en lo que es honesto y el mal verdadero está en lo vergonzoso, yo, que conozco la naturaleza de quien comete la falta, que sé que es hermano mío, no de sangre y de carne, sino por nuestra común participación en un mismo espíritu procedente de Dios, no puedo sentirme ofendido por su parte, ya que nada de cuanto hago podría avergonzarme.”

Aurelio está arguyendo que todos somos hechos de la misma cosa. Eso significa que todos tenemos poder para elegir entre nuestra mente correcta y nuestra mente equivocada. Cuando estamos en nuestra mente correcta, actuamos de acuerdo con nuestra verdadera Naturaleza. Cuando no entendemos lo que es bueno para nosotros, podemos permitir que la vida nos enseñe. No tenemos que construir una teoría implausible acerca de un “enemigo” para explicar el bloqueo de nieve en nuestra salida.

Si somos parte de la misma “divinidad,” podemos dejar a otros tranquilos por sus errores. También, podemos reconocer, como a menudo lo hicieron los Estoicos, que lo que pensamos viene de nuestra interpretación de los acontecimientos, no de los acontecimientos propiamente. Aurelio lo resumió de esta forma:

“Nadie [aquellos que actúan en oposición a Aurelio] podría despojar a mi alma de la honradez; es imposible que llegue a enfadarme con un hermano y que pueda odiarle. Ambos hemos sido hechos para obrar de común acuerdo, como los pies, las manos, los párpados; como dos hileras de dientes, superior la una e inferior la otra.”

Arguyó Aurelio, “Obraríamos, pues, contra la Naturaleza si fuésemos enemigos; y obraríamos así si expresásemos disgusto y aversión con estos desdichados.” Nuestra libertad depende de la cooperación humana voluntaria. Los Estoicos ofrecen sabiduría práctica para promover la libertad al ayudarle a remover sus barreras internas para cooperar con otros.

Todo es grano para el molino en el aprendizaje de la experiencia, aún ver deportes. Temprano en Meditaciones, Aurelio reconoció que gente específica en su vida le enseñó con su ejemplo o consejo. De su tutor, aprendió que “ya sea no apoyar a los Verdes ni a los Azules” era buena idea. Los Verdes y los Azules eran dos equipos de carreras de cuadrigas en la antigua Roma. Según Waterfield, las carreras de cuadrigas “desataron gran pasión en la Roma imperial, y la rivalidad, algunas veces violenta, entre aficionados opuestos.” Como potencial futuro emperador, Marco Aurelio tenía que estar por encima de esas rivalidades partidarias.

No mucho ha cambiado en 2000 años. Usted no es un emperador, pero puede ser un vecino, un colega, un socio, o un padre. De nuevo, no trate de controlar su pensamiento, pero ponga atención cuándo su pensamiento lo lleva de disfrutar de los deportes a una “rivalidad furiosa.” Observe si esa pasión extrema le cuesta a usted su paz mental y erosiona la calidad de sus relaciones. Si usted ha perdido contacto con su poder para escoger entre su mente correcta y su mente equivocada, fácilmente usted puede llegar a ser parte de la masa de gente excitada para odiar a otros.

Cuando nosotros y otros aprendemos de la experiencia y substraemos lo que nos impide que actuemos con nuestra mente correcta, edificamos y mantenemos la civilización de la que dependemos. Escribió Hayek, “Es el estado de la civilización en un momento dado lo que determina el alcance y posibilidades de fines y valores humanos.” Lo que estamos edificando depende mucho de nuestras elecciones diarias.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership, y sus ensayos han aparecido en publicaciones como la Fundación para la Educación Económica e Intellectual Takeout.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.