LOS NUEVOS ANARQUISTAS ESTADOUNIDENSES

Por Ronald W. Dworkin
Law & Liberty
7 de noviembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es ronald w. dworkin, law & liberty, anarchists, November 7, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Muchos estadounidenses quedaron impactados al ver grupos en ciudades universitarias defendiendo la matanza de Hamas de ciudadanos israelíes inocentes. ¿Qué es la vida para una persona incapaz de decir que cortarles las cabezas a bebés es malo, o que trata de matizar el acontecimiento al “darle contexto”? La mayoría de la gente ni siquiera lo puede imaginar. Tal persona debe tener sentimientos diferentes y alegrías diferentes – su idea del mundo no es la misma que la nuestra y la vida no parece ser un don muy apreciado.

Sin embargo, fotografías de los grupos en ciudades universitarias revelan no una sino distintas poblaciones de estudiantes radicalizados, y la explicación de su inmoralidad puede no ser la misma para todos.

Una de las poblaciones incluye a estudiantes descendientes de árabes. Algunos de ellos posiblemente fueron creados en la bien documentada cultura anti judía en la vida del Medio Oriente. También, es posible que muchos de estos estudiantes tuvieran amigos o parientes directamente afectados por la disputa árabe-israelí. Su inmoralidad al condonar el objetivo de Hamas de civiles inocentes es horrible, pero comprensible.

Otra población de estudiantes es un misterio mayor. Parecen ser estadounidenses descendientes de europeos, bien alimentados, y de clase media superior. Tal vez, ellos no fueron expuestos al antisemitismo al crecer; tampoco tienen un miembro de la familia asesinado o tierra confiscada durante las guerras árabe-israelíes. Pero, ahora usan la kufiya palestina [tocado beduino masculino formado por un paño cuadrado doblado en forma de triángulo y a veces sujeto por una banda o aro] alrededor de sus cuellos y festejan a Hamas. Su camino desde citas para jugar a centros comerciales hasta un virulento antisemitismo y festejar las matanzas de civiles inocentes, es tan desconcertante como es de artificial.

No es suficiente con llamar a su comportamiento una rebeldía juvenil, pues la rebelión se dirige a establecer un nuevo gobierno en lugar del viejo gobierno. Los estudiantes árabe-estadounidenses pueden ser rebeldes en su llamado para eliminar a Israel -ellos tienen un objetivo definido- pero, para los otros estudiantes (los llamaremos “estadounidenses antiguos”) sus objetivos parecen ser confusos, al oscilar desde el cambio climático a derechos de gais (los que pocos árabes reconocen) hasta un odio hacia la policía, mientras sus enemigos van más allá de Israel para incluir al gobierno, corporaciones, y cualquiera que exprese una opinión que puede causar dolor a una persona marginada.

Tampoco es suya la ideología del socialismo, que también tiene un objetivo definido. Los socialistas pueden ver al capitalismo en todas partes – porque sus mentes están fijas en el capitalismo. Pero, no ven cosas para matar en todas partes, porque tienen control sobre sus mentes. Algo similar se puede decir de estudiantes árabe-estadounidenses que apoyan la ideología del anti sionismo. Ellos ven al sionismo en todas partes porque sus mentes están fijas en el sionismo. Los más extremistas entre ellos quieren matar a civiles judíos. Pero, ellos no ven cosas para matar en todas partes. Su odio está enfocado como un rayo láser.

En contraste, algunos de los antiguos estudiantes estadounidenses no sólo no saben lo que quieren, sino que ni siquiera saben exactamente a quién odiar. Carecen de cualquier poder de diferenciación o sentido de proporción, por el cual dibujar una línea entre violencia justificada e inhumanidad, no porque su odio hacia los judíos es tan intenso, como lo es para algunos estudiantes árabe-estadounidenses, sino porque no pueden detener sus propios pensamientos de odio.
No pueden retornar a lo normal. En este sentido, ellos son más anarquistas que socialistas o anti sionistas. Si los estudiantes árabe-estadounidenses que celebraron la matanza de civiles inocentes, son como la persona feliz que ríe, entonces, los antiguos estadounidenses que festejaron el acontecimiento son como la persona histérica que no puede dejar de reír.

La inmoralidad de los antiguos estudiantes estadounidenses puede entenderse mejor en conexión con otros dos tipos de anarquistas ahora frecuentes en la vida estadounidense: el lobo solitario asesino y el trabajador del conocimiento radicalizado. A primera vista, los dos tipos no parecen tener nada en común. El primero es a menudo del ala derecha, mientras que el segundo es a menudo del ala izquierda. El primero es a menudo pobremente educado; el último es a menudo sobre educado. Pero, los dos tipos comparten una experiencia en común. Pasando horas en línea, y con poco contacto con el mundo de los objetos, ambos creen firmemente en ilusiones, lo cual los inspira a atacar – el trabajador del conocimiento radicalizado por medio de una acción antidemocrática iliberal, intolerante y violenta; el lobo solitario asesino por medio del asesinato en masa.

DISTANCIADOS DE LA REALIDAD

El 14 de mayo del 2022, Payton Gendron, un hombre blanco de 18 años, viajó 200 millas a un supermercado en un vecindario negro, en donde disparó y mató a diez personas, todo el tiempo gritando insultos racistas.

Gendron era un lobo solitario asesino. No tenía lazos formales con organización alguna. Tampoco conocía a sus víctimas. Todo lo que tenía eran sus ilusiones, incluyendo la ilusión de la raza. Muchas de sus ilusiones venían de conceptos que aprendió en línea, lo que luego Gendron admitió.

Otros lobos solitarios asesinos también habían gastado una cantidad desmedida de tiempo en línea. Logran una idea del mundo sin aprender de primera mano sobre la vida y personas, sino a través de un estudio en línea de imágenes y símbolos – a través del lenguaje. En Estados Unidos, más de la mitad de los tiroteos masivos mortales en los últimos 100 años han ocurrido a partir del 2014, cuando despegaron los medios sociales. Gendron, en un esfuerzo por explicar su pensamiento salpicó su manifiesto previo al asesinato con palabras abstractas como “fascismo,” “capitalismo,” “nihilismo,” hedonismo,” e “individualismo.” “Dijo que, cuando era jovencito, se comprometió con el “comunismo,” luego con el “autoritarismo,” y después con el “populismo.” Connor Sturgeon, otro lobo solitario asesino (y trabajador del conocimiento), quien disparó y asesinó a cinco personas en el 2023, llenó su manifiesto de palabras vagas y mal definidas provenientes de la psicología popular, incluyendo “autoestima” “autoimagen negativa,” y “mejora personal.”

Todas estas palabras pueden existir sin ser conectadas con cualquier cosa que existe. No tiene un contenido cognitivo bien definido. Se prestan a sí mismas para la ilusión pues una persona puede proyectar en ellas sus deseos, odio, y temores. Ellos pueden dar a entender lo que la persona dice que quieren decir.

Aún si fuéramos a soñar el mismo sueño todas las noches, lo cual no hacemos, si acaso eso afectaría nuestras mentes pues la gente y objetos que vemos todos los días ahogarían su efecto. Debido a esta ausencia de continuidad, sabemos que el mundo de nuestros sueños no es el mundo real. Nuestro sueño -nuestra ilusión- no puede sobrevivir a nuestro despertar. Pero, para los lobos solitarios asesinos, las ilusiones se mantienen firmes, porque, en cierto sentido, esas personas nunca despiertan. Su mundo de vigilia es un mundo de sueños, transcurrido principalmente entre símbolos, imágenes, y palabras abstractas, a menudo en línea. Con la educación de la ciencia social dirigida hacia conceptos abstractos, la educación en ese campo, hasta en el nivel de secundaria, casi que se convierte en una extensión de ese mundo soñado.

Los trabajadores del conocimiento radicalizado revelan una tendencia similar, pasando gran parte de su tiempo, tanto en el trabajo como en la casa, en medios sociales. También, están los años pasados en entrenamiento escolar para el trabajo en el conocimiento, en donde, también, vida es extrañamente abstracta.

Urooj Rahman fue una trabajadora del conocimiento radicalizada en sus treintas. En las manifestaciones sobre George Floyd en el 2020 lanzó una botella de cerveza llena de gasolina ardiendo a un carro de la policía de Nueva York. Tendiendo hacia la anarquía a pesar de ser una abogada, ella gritó, “Espero que ellos quemen todo. Necesitamos quemar todas las estaciones de policía y probablemente también las cortes.”

Rahman pasó mucha de su vida en medio de conceptos abstractos. Ella hablaba “el mensaje del tuiter abolicionista,” hizo ver un escritor. Estaba “inmersa en el lenguaje de la justicia social y política racial.” Términos mal definidos como “raza,” “género,” “LGBTQI,” y “ambientalismo” parecen haber dado forma a su cruda percepción de la realidad. La vida para ella se convirtió en un teatro en donde su propia pequeña trama, edificada sobre palabras abstractas, siempre estaba siendo actuada.

Los antiguos estudiantes estadounidenses que festejaron la matanza deliberada de civiles israelíes inocentes revelaron una obsesión similar con palabras abstractas, al referirse constantemente a expresiones como “colonialismo,” “apartheid,” “humanitario,” e “identidad.” Las palabras reflejan la misma espeluznante simpleza de mente que congela la sangre.

PALABRAS ABSTRACTAS

¿Cómo es que palabras abstractas penetran tan plenamente a nuestras vidas? En cierto grado, el problema es acumulado, con ilusiones en general bombardeándonos desde cada esquina de la sociedad, De la política vienen las ilusiones de la ideología. El arte, por definición, es una ilusión. La psicología popular promete ilusiones de perfección personal. La ciencia impulsa la ilusión de que el método científico puede aplicarse a asuntos humanos. La tecnología cultiva un reino de ilusión para ayudar a la gente a escaparse de la realidad – por ejemplo, en línea.

El lenguaje abstracto empezó su más reciente ascenso en los ochentas, cuando palabras elementales como “gordo” y “tonto” perdieron favor en círculos de influencia. Aunque desconcertada por las razones, mucha gente dejó de emplear esas palabras; escondió sus personalidades naturales tras una fachada de decoro. Entre tanto, en el vocabulario de la nación irrumpieron nuevas palabras, tan amplias y abstractas como vacías de contenido – palabras como “desencadenante” e “inclusividad.” Ninguna de las nuevas palabras estaba sujeta a una definición precisa. Todas tenían que ser interpretadas. Cualquiera que expresaba las palabras jugaba un juego en sus mentes; luego en alguna situación dada proyectaban sus propias mentalidades en las palabras -esto es, crearon ilusiones- compitió con otros para ver cuya ilusión prevalecería.

Un cierto tipo de inteligencia se expresó en las nuevas palabras. Era el tipo de inteligencia que arriba con soluciones a problemas por medio del razonamiento abstracto, en vez de por medio de un instinto basado en un conocimiento profundo de las personas y cosas. Es la diferencia entre alguien que cree en el “capitalismo” (o “socialismo”) y trata de manejar una factoría con base en tal creencia, y un manufacturero de verdad quien ha crecido con su planta, que conoce cada tuerca, y quien ha trabajado con sus empleados.

Las nuevas palabras van en contra de verdades instintivas. Las viejas palabras “perro” y “gato,” por ejemplo, son claras en contenido y fáciles de definir. Cuando la gente ve un perro o un gato sabe instintivamente qué está mirando; cuando está pensando las palabras “perro” o “gato” son uno con el objeto de su pensamiento. En contraste, las nuevas palabras abstractas son vagas a propósito – por ejemplo, “cambio social” o “persona oprimida.” Mucha gente llegó a creer que era equivocado hurgar en lo real, en la simplicidad, para conocer cosas por medio de la intuición y sentido común, y usar palabras simples, breves, de una sílaba. Usó las nuevas palabras abstractas, las que deben ser interpretadas con cuidado. Y la interpretación es el origen de ilusiones.

Las nuevas palabras han volcado a muchos de sus usuarios hacia circunloquios, pero para un propósito peculiar. Por ejemplo, los antiguos estudiantes estadounidenses que apoyan a Hamas proclamaron algo así como lo que sigue: “El régimen opresor de Israel invitó a un ataque sobre civiles que amerita un análisis balanceado y sugiere que el ataque no fue ni desproporcionado ni intolerable, incluso hacia civiles de edad más joven.” La frase los calmó. Pero, si uno hubiera dicho, “Asesinen bebés judíos,” estos estudiantes de repente se habrían quedado sentados. Esto, de hecho, sucedió cuando a algunos estudiantes les dio vergüenza, si bien las dos frases, en una lógica fría, son exactamente lo mismo.

Sin embargo, lo que impactó a estos estudiantes, así parece, no sólo fue justamente la crudeza de la segunda frase, o porque habían sido expuestas sus verdaderas intenciones, sino porque la frase más ambigua le habría permitido a cada uno de ellos interpretar el suceso horrendo en Israel tal como lo vieron apropiado, para sus propios fines, y dentro del contexto de su mayor motivo favorito. Por ejemplo, algunos antiguos estadounidenses transgénero, algo extraño, se lanzaron hacia el antisemitismo y apoyaron los asesinatos de Hamas, a menudo ligando la causa de Hamas y la causa transgénero con las palabras abstractas “humanidad” o “gente oprimida.” Estas palabras abstractas les permiten relacionar acontecimientos en Israel con algún resentimiento privado más profundo, cuando ambas experiencias se hicieron para que cayeran bajo un deseo más general, de nuevo, eufemísticamente expresado, de “construir un mundo mejor” o “llevar a cabo un cambio significativo.” Al deshacerse de la frase ambigua y enfocarse en específico en la cantidad de niños inocentes les robaba su oportunidad de deleitarse en su furia privada a través de la conexión.

NUESTRAS PESADILLAS

Cuando lobos solitarios asesinos, trabajadores del conocimiento radicalizados, y antiguos estudiantes estadounidenses que consienten con matar civiles inocentes expresan creencias atroces, a menudo nos preguntamos qué encuentro extraordinario les condujo a estar tan comprometidos con la causa de ellos. Pero, es no es la forma de pensar sobre eso. A menudo, esta gente no se compromete con la causa de ellos debido a un encuentro con el tema a mano. Como se hizo ver arriba, muchos de los antiguos estudiantes estadounidense no tienen conexión con la disputa árabe-israelí. En vez de eso, las causas llegaron a sus vidas en un momento en que ellos estaban comprometidos, sólo que aún no sabían a qué causa.

La gente joven se compromete con causas por una diversidad de razones. Alguna porque es idealista. Otra porque está aburrida. Alguna porque necesita un sentimiento de propósito, Pero, alguna porque está… muy enojada.

Para muchos antiguos estudiantes estadounidenses que apoyaron la matanza de civiles inocentes, se generó la ira por una causa por la que podría decidirse. En su momento, encontró una. Luego, le dieron a esa causa características especiales y la suplió con toda la substancia que necesitaba para crecer apasionadamente en ella. Usar palabras abstractas para enmarcarla hizo que fuera especialmente fácil para ellos conectaran esa causa con otras causas, a partir de lo cual creaban un mundo ilusorio que coloreaban con sus propias pasiones. Por medio de su apoyo a Hamas, llevaron su ira al nivel de lo real.

Su estado de mente se puede asemejar a cómo un hombre puede enamorarse rápidamente de una visión extraña y efímera de una bella mujer, pero, igual de rápido pierde interés cuando él en realidad llega a conocer esa mujer. Se pone en movimiento todo un proceso de ansiedad y sirve para reparar su amor por la mujer que ha sido el objeto de su amor, si bien ella es escasamente conocida por él. La pasión por su amor no lo es en realidad; está en su imaginación.

Para los antiguos estudiantes estadounidenses que apoyaron a Hamas, la pasión por su causa fue igual de ilimitada. No se les ocurrió pensar sobre qué tan poco espacio ocupó la causa en sus propias vidas. Como el hombre enamorado de su visión de la mujer más perfecta, extrajeron de la causa de Hamas algo placentero precisamente porque la causa todavía acarreaba un misterio acerca de ella. Existía principalmente dentro de sí mismos, en sus imaginaciones. Despojen su causa de su pasión y no quedará nada.

Algo similar es cierto de los lobos solitarios asesinos y trabajadores del conocimiento radicalizados. Se sienten enojados y agobiados, por la razón que sea. Encuentran una causa mediante la cual expresar su furia. En su ira, se sienten deprimidos y por debajo de la moralidad convencional. Pero, también sienten ser supremamente educados sobre el mundo, pues conocen palabras abstractas, y así, también, se sienten por encima de él. En todo caso, se sienten libres, y que tienen el deber moral ardiente de atacar violentamente o adoptar posiciones indignantes expresadas en palabras extrañas, imprecisas. Ninguno de los dos tipos parece carecer de una actitud moral eficaz. Todo lo hacen por principio.

Al perder más estadounidenses contacto con lo real, el resto de nosotros se queda intentando obtener sentido sobre su cruel sinsentido. Pero, para hacerlo, algunas veces nos preguntamos privadamente si estamos soñando, o soñando que estamos soñando, o soñando que estamos despiertos, tan horrenda como lo es la pesadilla ante nosotros.

Ronald W. Dworkin es médico y científico político. Sus otros trabajos se pueden encontrar en RonaldWDworking.com

Traducido por Jorge Corrales Quesada.