LA DOLARIZACIÓN ES UNA SOLUCIÓN EFECTIVA EN COSTO PARA ARGENTINA

Por Nicolás Cachanosky
American Institute for Economic Research
11 de noviembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es nicolás cachanosky, american institute for economic research, dollarization, November 11, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Los defensores del banco central de Argentina están cuestionando la factibilidad de la dolarización. Dicen que Argentina necesitaría unos asombrosos 40 mil millones de dólares estadounidenses a fin de dolarizar. Con reservas netas del banco central en un nivel histórico bajo, el economista de mercados emergentes Guillermo Mondino advierte de los peligros de dolarización sin dólares.

Mondino y otros que defienden este argumento yerran por dos motivos. Primero, Argentina no requiere 40 mill millones de dólares para dolarizar. Segundo, la dolarización no es una simple operación al contado. Es un proceso que puede extenderse durante varios meses.

¿De dónde salen los críticos de la dolarización con la cifra de $40 mil millones? Es el valor en dólares de la base monetaria argentina y las deudas del banco central antes de la última variación significativa en el tipo de cambio. Hoy, con un peso considerablemente devaluado, ese monto ha caído por debajo de ese umbral.

La idea básica tras el alegato de que Argentina necesitaría $40 mil millones es clara. Bajo la dolarización, Argentina reemplazaría su peso con el dólar. Para hacerlo, debe tener suficientes dólares para convertir su moneda en circulación y deudas del banco central. El debate no es tanto sobre este enfoque claro, sino, más bien, sobre lo que sería la cantidad de dólares suficiente. Los familiarizados con casos de dolarización en el mundo real, como los de Ecuador y El Salvador, indican que Argentina podría dolarizar con mucho menos dólares de los que alega la gente anti dolarización.

Empecemos con la base monetaria. La base monetaria consiste de moneda en circulación y saldos de reserva mantenidos por bancos en el banco central. Sólo lo primero requiere conversión a dólares. Al tipo de cambio prevaleciente de libre mercado, aproximadamente $6 miles de millones serán suficientes para reemplazar el peso como moneda de circulación por dólares de Estados Unidos. Qué tanto Argentina necesitaría al inicio de esos $6 miles de millones, dependería, en parte, en el enfoque tomado para administrar la transición de moneda. Por ejemplo, Ecuador ejecutó una dolarización obligatoria de sucres en circulación, lo que aproximadamente tomó nueve meses en completarse. En contraste, El Salvador hizo una dolarización voluntaria de colones, por la cual aquellos interesados en dolarizar podrían, ya fuera hacer un depósito bancario (todos los cuales están denominados en dólares) o bien pagar sus impuestos en colones. El Salvador tomó aproximadamente dos años para dolarizar a plenitud la moneda en circulación. Al inicio, ningún país requirió el equivalente total en dólares de su moneda, y El Salvador requirió una porción mucho menor.

Además de la moneda en circulación, también, el banco central convertiría sus obligaciones financieras a dólares. Esto incluye billetes y letras de corto plazo denominados en pesos. Al tipo de cambio prevaleciente en el mercado, las obligaciones financieras del banco central valen entre $14 y $15 miles de millones.

Similar a la moneda en circulación, hay muchos métodos para dolarizar gradualmente estas obligaciones financieras, Emilio Ocampo y yo hemos propuesto un enfoque. Tal como cualquier bono que se paga a través de un cronograma de fondo de amortización, las obligaciones del banco central pueden ser dolarizadas y redimidas en el transcurso del tiempo.

Poner en marcha la dolarización en Argentina puede ser una tarea formidable, pero lejos de ser imposible. Argentina necesita alrededor de $6 miles de millones a lo largo de varios meses para administrar los cambios de moneda, y hasta menos si se sigue un enfoque voluntario. Ciertamente, Argentina estaría en capacidad de obtener los $6 miles de millones si un nuevo gobierno introdujera un conjunto creíble de reformas.

Probablemente, la dolarización nunca ha sido más barata para Argentina de lo que es hoy, pues mucho del costo ya ha sido incurrido. Individuos y empresas han convertido muchos pesos a dólares por decisión propia. Una dolarización oficial formalizaría en mucho la dolarización informal que ya ha ocurrido.

Para ser consistentes, los críticos de la dolarización deberían preocuparse más por planes de estabilización alternativos diseñados para salvar el peso. Esas reformas, que necesitarían alguna forma de control del tipo de cambio, muy posiblemente requerirían aún más dólares que la dolarización. Si Argentina carece de los recursos para la dolarización, en verdad no posee los medios para rescatar el peso. La alternativa es continuar el curso actual, y aproximarse a la dolarización bajo circunstancias similares a Zimbabwe, en vez de la más exitosa experiencia de Ecuador. La dolarización no sólo brinda la salida más costo-efectiva para la pesadilla monetaria de Argentina, sino que, también, presenta la reforma con los más altos prospectos de éxito a largo plazo.

El Dr. Cachanosky es Profesor Asociado de Economía y Director del Centro para la Libre Empresa de la Escuela de Negocios Woody L. Hunt de la Universidad de Texas en El Paso. Es también Compañero del Centro Fridman-Hayek para el Estudio de una Sociedad Libre de la UCEMA. Sirvió como presidente de la Asociación de Empresas Privadas de la Educación (APEE, 2021-2022) y en la Junta Directiva de la Sociedad Mont Pelerin (MPS, 2018-2022). Obtuvo su licenciatura de la Pontificia Universidad Católica Argentina, una Maestría en Artes en Economía y Ciencias Políticas de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), y su Ph.D. en Economía de la Universidad Suffolk, en Boston, Massachusetts. Es autor de Reflexiones Sobre la Economía Argentina (Instituto Acton Argentina, 2017), Monetary Equilibrium and Nominal Income Targeting (Routledge, 2019), y coautor de Austrian Capital Theory: A Modern Survey of the Essentials (Cambridge University Press, 2019), Capital and Finance: Theory and History (Routledge, 2020), y Dolarización: Una Solución para la Argentina (Editorial Claridad, 2022). Su investigación se ha publicado en medios como el Journal of Economic Behavior & Organization, Public Choice, Journal of Institutional Economics, Quarterly Review of Economics and Finance, y el Journal of the History of Economic Thought, entre otros.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.