¿QUÉ ES UN LÁPIZ?

Por Byron B. Carson, III
American Institute for Economic Research
15 de octubre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es byron b. carson, III, american institute for economic research, pencil, October 15, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Muchos lectore están familiarizados con el ensayo clásico de Leonard Read, “Yo, El Lápiz,” que muestra cómo el proceso de mercado facilita la cooperación entre miríadas de individuos para producir ítems simples como un lápiz de madera.
Haciendo eco de Hayek, Read arguye que los mercados, señales de precios, y la disciplina de la pérdida o ganancias son maravillosos, pues coordinan los individuos en su miríada de comportamientos, valores, y objetivos. Bastiat reconoció famosamente esto al hacer ver que la gente en París se alimentaba. Hayek usa la frase “maravilla” para formular el punto. Estos argumentos básicamente indican la importancia del conocimiento disperso y la dificultad -sino es la inutilidad- de la planificación central.

Para estar claros, hay lecciones importantes, pero, hay otra lección que a menudo pasa sin ser notada. ¿Qué es un lápiz? ¿Qué características definen que es un lápiz? Read lleva a cabo un estupendo movimiento retórico y enfoca la atención del lector en un sencillo lápiz de madera con un corazón de grafito. Si bien la elección de Read motiva ese ensayo, él supone, para empezar, que sabemos lo que es un lápiz. Este asunto aparentemente sencillo oculta complejidades adicionales que además demuestran la importancia del conocimiento disperso que Read y la mayoría no reconocen.

El proceso de mercado no sólo facilita la producción de bienes como un lápiz -y, por supuesto, bienes más complejos- sino también ayuda a definirlos.

¿Debería un lápiz ser hecho de madera? ¿Debería ser de siete y media pulgadas o de cinco pulgadas? ¿Debería tener un corazón de grafito o uno hecho de plomo? Las respuestas a esas preguntas varían entre personas: diferentes personas tienen valores diferentes y diferentes respuestas. Algunas personas pueden querer lápices de madera que duren más que lápices hechos de cera o textiles. Algunas personas pueden querer lápices más grandes que puedan usarse por períodos más largos. Algunas personas quieren lápices de grafito que dejan marcas más obscuras.

Las características de un lápiz a la larga dependerán de los costos de oportunidad que enfrentan consumidores y productores. Ciertos compradores pueden estar dispuestos a pagar por un lápiz chapado en oro y prescindir de otros bienes; pero no muchos, para ser claros. Algunos productores pueden inclinarse a contratar docenas de trabajadores y maquinaria relacionada que combinen los materiales requeridos en una fábrica.

Con todo y todo, el mercado de lápices coordina la miríada de decisiones de compradores y vendedores y toma en cuenta estas evaluaciones y costos individuales subjetivos. Así, el proceso de mercado selecciona características que hacen que la mayoría de compradores y vendedores esté mejor. Un lápiz emerge por medio de un proceso de mercado.
La gente puede, por un rato, usar palos de grafito, pero puede cambiar hacia la versión de lápices de madera más duraderos una vez disponibles. Así, un lápiz se convierte en un palo redondo de madera con un centro de grafito, de aproximadamente siete pulgadas de largo, con un pedazo de hule agregado en su final.

La historia del lápiz y sus diversos antecedentes aclara el punto. Previo al “lápiz,” la gente tenía muchos instrumentos que podía usar para escribir, por ejemplo, sus dedos, agujas hechas de junco, hueso, pluma, metal y, finalmente, núcleos de grafito. Mientras que los egipcios antiguos usaron juncos, los romanos usaron agujas delgadas de metal. Con el descubrimiento del grafito en el siglo XVI, corazones de grafito -a menudo envueltos en cuerdas- eran más comúnmente usados. Y, después, están los crayones y sus predecesores, como pedazos de carbón.

El lápiz se hizo más o menos estandarizado luego de la Revolución Industrial, la era innovadora en Europa occidental y Norteamérica en que la actividad comercial se volvió prudente y loable (como señala McCloskey en su proyecto sobre la burguesía). En sus esfuerzos por obtener ganancias por la vía de la producción e intercambio voluntarios, fabricantes prominentes de lápices, como Faber-Castell en Nuremberg y la Compañía Dixon Ticonderoga en Estados Unidos, a mediados del siglo XIX empezaron a hacer lápices. Estos lápices satisficieron muchos de los valores que a la gente le importaban. Eran fáciles de usar, duraderos, y el precio estimulaba el intercambio. Ellos produjeron lápices con base en los márgenes que diferentes individuos valoraban, y esos lápices llegaron a ser el estándar.

Hoy, los lápices son manufacturados con diferentes características por firmas como Faber-Castell, en una escala que cautivaría a gente como Adam Smith.

La lección general es que nosotros, comúnmente, no pensaríamos de los lápices como tales sin el proceso de mercado y su miríada de interacciones entre compradores y vendedores. James Buchanan expresa un punto similar en su breve ensayo “Order Defined in the Process of its Emergence” [“El orden es definido en el proceso de su surgimiento”]. El orden espontáneo producido en un mercado, o, en este caso, el resultado de un proceso de mercado que estandariza lo que significa un lápiz, es sólo definido al desarrollarse el proceso. El lápiz (el orden) se define en el proceso del surgimiento del lápiz.

Así como “Yo, El Lápiz” nos obliga a considerar la infinidad de aplicaciones más allá de los lápices, hay un sinnúmero de formas en que el proceso de mercado produce y estandariza los productos que consideramos valiosos. Desde carros a inhaladores de dosis medidas y desde teléfonos inalámbricos a anteojos, el proceso de mercado aclara las cosas que usamos.

Byron Carson es Profesor Asistente de Economía y Negocios en la Universidad Hampden-Sydney, en Hampden-Sydney, Virginia. Enseña cursos de principios de economía, dinero y banca, economía del desarrollo, economía de la salud, y economía urbana. Byron obtuvo su Ph. D. en Economía en el 2017 de la Universidad George Mason y una Licenciatura en Economía de la Universidad Rhodes en el 2011. Sus intereses en investigación incluyen economía de la epidemiología, elección pública, y economía austriaca.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.