UN DESTACADO MÉDICO DEFIENDE LA DESOBEDIENCIA CIVIL POR EL COVID

Por Barry Brownstein
American Institute for Economic Research
22 de setiembre del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es barry brownstein, american institute for economic research, disobedience, September 22, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Famosamente, al inicio de su ensayo de 1849, “On the Duty of Civil Disobedience,” [“Desobediencia Civil”], Henry David Thoreau hizo ver que “El mejor gobierno es el que gobierna menos.”

Durante el COVID pocos responsables de políticas o políticos fueron influidos por Thoreau, quien también señaló que “El gobierno nunca promovió empresa alguna, y en cambio sí mostró cierta tendencia a extralimitarse en sus funciones.” ¿Nos hicieron más o menos seguros las órdenes y cuarentenas durante el COVID? ¿Más sanos o menos sanos?

Thoreau definió al “derecho a la revolución” como “el derecho a negar su lealtad y a oponerse al gobierno cuando su tiranía o su ineficiencia sean desmesuradas e insoportables.”

El Dr. Vinay Prasad es un oncólogo practicante y profesor de epidemiología y bioestadística en la Universidad de California en San Francisco. Es uno de los más destacados practicantes en el mundo de la medicina basada en evidencia. Él cree que ha llegado la hora de “rehusar lealtad” y “resistirse” a la burocracia del COVID, la que acude a mentiras.

Para quienes justifican políticas irracionales como poner mascarilla a un bebé, escribe Prasad, “Tan sólo porque las cosas están mal, o que la enfermedad es peor que la intervención, no significa que la intervención ayuda, o debería practicarse.” Prasad está llevando la idea clásica de Frédéric Bastiat a la medicina: No ignore las consecuencias.

Crecientemente, Prasad ha llegado a sentirse perturbado ante políticas formuladas por razones políticas, no médicas,
Hace poco, en respuesta a un reporte de que las mascarillas N-95 estaban siendo ordenadas para niños enrolados en una escuela del Condado de Montgomery en Maryland (suburbio del Distrito de Columbia), escribió Prasad, “Sólo la resistencia no violenta puede detener a los actores irracionales de la salud pública.” En este punto, observe que el título original del ensayo de Thoreau fue “Resistencia al Gobierno Civil.”

Las siguientes son formas de resistencia no violenta que Prasad recomienda: Aún si usted o su hijo están enfermos, no se haga la prueba del COVID. Envíe a su niño de regreso a la escuela cuando se sienta lo suficientemente bien. “Deje de reportar estas enfermedades” a escuelas y empleadores. “Quéjese ante su empleador acerca de cualesquiera órdenes.”
“Decline cualquier vacuna adicional para el COVID-19, a menos que PCA (Pruebas controladas al azar) muestren beneficio para su grupo etario.”

En resumen, ignore las autoridades; ellas no tienen los mejores intereses suyos en mente. Prasad agrega que la resistencia “es el único curso lógico que queda… Es hora de ponerse a oscuras con todos los datos sobre el COVID. Si suficiente gente no participa, se detendrá la irracionalidad. En su momento.”

Si Prasad hubiera defendido esto en el 2020 o el 2021, habría encontrado que su certificación para practicar habría sido objeto de audiencias disciplinarias. Pero este es el 2023 y, a pesar de la censura, la evidencia crece, y el clima intelectual cambia.

¿No se basa toda la medicina en la evidencia? El Dr. Prasad respondería, si tan solo fuera así. En el 2015, con su colega el Dr. Adam Cifu, Prasad escribió Ending Medical Reversal. Prasad y Cifu indicaron que,

“La medicina es ciencia aplicada. Cuando una teoría científica es refutada, la prueba científica controlada debería darse en un laboratorio o en el lugar equivalente en la ciencia clínica. No debería ser refutada en el mundo de la medicina clínica, en donde millones de personas ya han sido expuestas a un tratamiento inefectivo o, tal vez, hasta dañino.”

En su libro, Prasad y Cifu escribieron, “Cada uno de nosotros recuerda momentos en que nos dimos cuenta de que, lo que les habíamos dicho a nuestros pacientes, o hicimos por ellos, estaba equivocado: Habíamos promovido una práctica aceptada que, en el mejor de los casos, era inefectiva.” Observe el uso del calificativo “en el mejor,” pues, a menudo, las intervenciones son dañinas.

Prasad y Cifu estimaron que “tanto como un 40 por ciento de las cosas que médicos hacen son inefectivas.” Aquellos brindan numerosos ejemplos, como el reemplazo de estrógeno para mujeres post menstruales y procedimientos médicos como “colocar un stent en lesiones coronarias abiertas en personas con angina estable.”

Si usted ve televisión, posiblemente haya visto los anuncios incesantes de Pfizer promoviendo su medicina para el tratamiento del COVID, Paxlovid. No obstante, nos dice el Dr. Prasad, que, a pesar del subsidio a la medicina y presión de la administración Biden, hay poca evidencia de que la medicina funciona.

Aún sin el amiguismo que muestra el camino, las medicinas inefectivas y peligrosas no son extrañas en los anales de la medicina. Hasta 1992, el medicamento flecainida era parte del cuido estándar para estabilizar pacientes con ritmos cardíacos irregulares. Prasad y Cifu reportaron que, “un extenso estudio llamado Prueba de Supresión de Arritmia Cardiaca (o prueba CAST, en idioma inglés) mostró que la flecainida, así como un medicamento similar, disminuyó la presión venosa central (PVC) tal como se esperaba, pero, también, elevó la probabilidad de muerte de los pacientes.”

Prasad y Cifu arribaron a la conclusión esencial de que “hasta el razonamiento más cuidadoso y los mejores modelos científicos, no garantizan un tratamiento clínico efectivo. Lo que funciona en el laboratorio, o en un computador, o en la cabeza del investigador más inteligente, no siempre funciona en un paciente.”

Con todo, Prasad y Cifu reconocen que, “esta es una lección que muchos médicos e investigadores importantes realmente aún no han aprendido.” Durante el COVID, la falta de aprendizaje contribuyó poderosamente a los errores devastadores de política.

Escribiendo años antes del COVID, Prasad y Cifu señalaron que, “Lo que ha sucedido en la medicina es que el tratamiento hipotético a menudo se instituye en millones de personas, y se gastan miles de millones de dólares antes de hacer la investigación adecuada.” Durante la pandemia, se deshabilitaron señales económicas de alarma al declararse indemnes de responsabilidad a manufactureros de la vacuna fueron indemnes de responsabilidad por daños causados por sus productos.

Prasad y Cifu proveen ideas imperecederas de por qué persisten tratamientos infectivos y peligrosos sin una “fuerte base de evidencia.” Ellos señalan que “la débil base de evidencia es a menudo ignorada por la fe que tienen médicos en explicaciones mecanicistas o estudios que fueron diseñados para ser engañosos por la industria.”

Prasad y Cifu describieron la mentalidad de “actúe ahora, datos después” tan frecuente hoy en medicina y la vida:
“Tenemos un problema, necesitamos una solución. Todos los días oímos el mantra. Necesitamos resolver este problema ahora. Hace diez minutos. Ayer. No está sólo en la medicina sino en todas partes.” Esa mentalidad, adoptada por millones de estadounidenses, está detrás de toda práctica mal concebida instituida durante el COVID y también, detrás del apuro crecientemente destructivo hacia “energía verde.”

Revertir los errores no es fácil, Lo explicaron Prasad y Cifu,

“Es muy difícil aceptar evidencia de que algo que usted ha hecho por los pacientes, algo que usted verderamente creyó que era beneficioso, no es útil. La evidencia es aún más difícil de aceptar cuando usted ha sido bien compensado por su trabajo. Debido a esto, la aceptación de los reveses médicos nunca es fácil y la oposición a ellos suele ser apasionada.”

Por tanto, el estado administrativo médico no cambiará fácilmente. Pero, como afirmó Thoreau, el gobierno “no puede ejercer más derecho sobre mi persona y propiedad que el que yo le conceda.” Hemos concedido demasiado. Con nuestras concesiones, hemos perdido nuestra humanidad. En palabras de Thoreau,

“La gran masa de hombres sirve al Estado, no como hombres primordialmente, sino como máquinas; con su cuerpo… En la mayoría de los casos no ejercitan con libertad, ni crítica, ni sentido moral, sino que se igualan a la madera y la tierra y las piedras, e incluso se podría fabricar hombres de madera que hicieran el mismo servicio. Tales individuos no infunden más respeto que hombres de paja o terrones de barro. No tienen más valor que caballos o perros.”

Podemos recuperar nuestra libertad médica siendo más que “hombres de paja o terrones de barro.” Podemos ampliar nuestra zona de confort para ir contra la manada. Ahora es momento de resistir la presión de amigos y familia y dejar de obedecer a autoridades. La resistencia no violenta es un recurso viable.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership, y sus ensayos han aparecido en publicaciones como la Fundación para la Educación Económica e Intellectual Takeout.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.