LA ADVERTENCIA FINAL DE CARL SAGAN SOBRE LA IMPORTANCIA DEL ESCEPTICISMO CIENTÍFICO

Por Jonathan Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Lunes 18 de setiembre de 2023

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En su última entrevista, Carl Sagan les aconsejó a los estadounidenses “hacer preguntas escépticas” y “ser escépticos ante aquellos con autoridad.”

Poco antes de su muerte, el astrónomo Carl Sagan (1934-1996) ofreció una advertencia en dos partes en una entrevista con Charlie Rose.

La primera parte de la advertencia se refirió a la creciente ignorancia de la humanidad sobre la ciencia, que Sagan la atribuyó principalmente al fracaso de las escuelas modernas. Sagan vio esto como un claro peligro para la humanidad, en especial en una sociedad edificada sobre la ciencia y la tecnología.

“Hemos organizado una sociedad sobre la ciencia y tecnología, en la que nadie entiende cosa alguna acerca de la ciencia y la tecnología, y esta mezcla combustible de ignorancia y poder más tarde o más temprano va a estallar ante nuestros ojos,” le dijo él a Rose. “Pregunto, ¿quiénes están gestionando la ciencia y tecnología en una democracia en donde la gente no sabe nada acerca de ella?”

La segunda parte de la advertencia de Sagan fue aún más profunda. El astrofísico entrenado en la Universidad de Chicago señaló que la ciencia no es sólo “un cuerpo de conocimiento, es una forma de pensar,” una basada en el escepticismo y el cuestionamiento. Era imperativo, dijo él, no sólo que la gente se eduque en las ciencias y se arraigue en un escepticismo sano, sino que a la gente se le permita cuestionar y desafiar a quienes tienen autoridad.

“Si no somos capaces de hacer preguntas escépticas para interrogar a quienes nos dicen que algo es cierto para ser escépticos con respecto a quienes tienen autoridad, entonces, estaremos al alcance del próximo charlatán -político o religioso- que se nos presente.

… Es una cosa que Jefferson enfatiza mucho. No era suficiente, dijo él, con consagrar algunos derechos en la Constitución y la Declaración de Derechos, la gente tenía que ser educada y ella tiene que practicar su escepticismo y su educación. De otra forma, nosotros no manejamos al gobierno, sino que el gobierno nos maneja.”

EL COVID Y LA CORRUPCIÓN DE LA CIENCIA

La advertencia de Sagan fue inquietantemente profética. Durante los últimos tres años y pico, hemos sido testigos de un crecimiento preocupante de autoritarismo disfrazado de ciencia, que ha resultado en un colapso de la confianza en la salud pública.

En parte, este colapso ha sido por un cambio más amplio y partidario de los estadounidenses que dicen tener “un alto grado de confianza en la comunidad científica.” Los demócratas, que por mucho tiempo habían tenido menos confianza en la comunidad científica, ahora son mucho menos escépticos. Los republicanos, que históricamente tenían mayores niveles de confianza en la comunidad científica, han experimentado un colapso en su confianza en la comunidad científica.

John Burn-Murdoch, un reportero de datos en The Financial Times quien compartió en Twitter los datos en cuestión, dijo que los republicanos son ahora “esencialmente el partido anti ciencia.”

Primero, esta es una inferencia chapucera de un periodista. La encuesta de Burn-Murdoch no le está preguntando a quienes responden si confían en la ciencia. Está preguntando si confían en la comunidad científica. Hay una enorme diferencia entre las dos, y el hecho que un periodista no entienda la diferencia entre “confianza en la ciencia” y “confianza en la comunidad científica” es algo alarmante.

Segundo, tal como señaló el Dr. Vinay Prasad, ningún partido tiene el monopolio sobre la ciencia; pero, es claro que muchas de las políticas que el partido “pro ciencia” estaba impulsando durante los últimos tres años, no estaban basadas en la ciencia.

“El partido ‘pro ciencia’ estaba favor del cierre de escuelas, de poner una mascarilla de tela a un niño de 26 meses de edad, y ordenó un refuerzo de ARNm a un estudiante universitario sano que ya había tenido COVID,” tuiteó Prasad, un médico en la Universidad de California, en San Francisco.

Hoy, podemos admitir que tales políticas eran erradas, sin sentido o ambas cosas, tal como lo fueron muchas de las mitigaciones tomadas y ordenadas durante la pandemia del Covid-19. Pero, muchos olvidan que durante la pandemia era verboten [prohibido] siquiera cuestionar tales políticas.

A instancias de agencias federales, a la gente se le prohibió, suspendió, y censuró en las plataformas de medios sociales. “La Ciencia” se había convertido en un conjunto de dogmas que no podía cuestionarse. Nada menos que una autoridad como el Dr. Fauci dijo que criticar sus políticas era similar a “criticar la ciencia, pues yo represento la ciencia.”

Eso no podía ser más equivocado. La ciencia nos puede ayudar a entender el mundo natural, pero no hay “deberías” en la ciencia, señaló el economista Ludwig von Mises, haciendo eco del argumento del filósofo David Hume.

“La ciencia es competente para establecer lo que es,” escribió Mises. “[La ciencia] nunca puede citar lo que debería ser y a qué fines debería aspirar la gente.”

Pero, aún más importante, apagar la discusión y censurar opositores políticos es la antítesis del espíritu de la ciencia, que sólo ha experimentado los principales avances al desafiar y derribar supuestos y ortodoxias científicas previamente aceptadas.

Carl Sagan entendió esto, razón por la cual él dijo que era tan importante “hacer preguntas escépticas” y “ser escépticos ante aquellos con autoridad.”

Si fallamos en hacer eso, o si no se nos permite hacer eso, Sagan advirtió lo que pasará: no estaremos más manejando al gobierno; el gobierno nos estará manejando.

El artículo apareció originalmente en el Substack del autor.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.