¿POR QUÉ EL CUIDADO PRIVADO DE LA SALUD TIENE UN AUGE EN PAÍSES ESCANDINAVOS?

Por Ulyana Kubini
Fundación para la Educación Económica
Sábado 26 de agosto del 2023

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La medicina socializada viene con numerosos efectos colaterales, muchos de los cuales son extremamente desagradables. Los países nórdicos ven esto, pero parece que sus admiradores en Estados Unidos no lo ven.

Ante los ojos de votantes y socialistas jóvenes de todos los credos, Bernie Sanders es un superhéroe, que aboga apasionadamente por su visón de una utopía socialista en Estados Unidos. Con Dinamarca como ejemplo brillante, él defiende la idea de que Estados Unidos debería derivar inspiración en los logros de países como Suecia y Noruega, en particular en lo que se trata de “beneficiar a la clase trabajadora.”

Durante los debates presidenciales de Estados Unidos en el 2016, enfáticamente él declaró, “Deberíamos ver hacia países como Dinamarca, como Suecia y Noruega, y aprender lo que ellos han logrado para su gente trabajadora,” continuando el sentimiento hasta la fecha.

El sistema nórdico del cuidado de la salud a menudo se ha asociado con el socialismo, pero, un examen más cercano revela que aquel no se adhiere a la definición de socialismo. El diccionario Merriam-Webster define al socialismo como un sistema económico igualitario en que los medios son poseídos colectivamente por el estado o la sociedad. Pero, los medios económicos de los países nórdicos incorporan tanto elementos públicos como privados.

Si bien las naciones nórdicas proveen un cuidado de la salud financiado públicamente, ellas también permiten opciones de seguros de salud a sus ciudadanos. Este seguro privado permite a los individuos sobrepasar las largas filas de espera y tener acceso a un cuidado de mayor calidad. En Suecia, más de 643.000 individuos están únicamente cubiertos por grupos privados de seguros.

Similarmente, en Dinamarca, el programa de seguro privado suplementario, Sygeforsikring Danmark, cubre más de 14% de la población danesa, con 42% teniendo al menos alguna cobertura por grupos de seguros privados.

Notoriamente, empresas privadas de cuidado de la salud, como Aleris, tienen una presencia significativa en países nórdicos, indicando el crecimiento del sector privado en la región. Con siete compañías privadas en Dinamarca y catorce más en Noruega, Aleris opera a través de numerosos países en Escandinavia, enorgulleciéndose de tener mas de 4.500 empleados y casi mil millones de dólares estadounidenses en ingresos anuales.

Tan sólo para estar claros, todas estas opciones mencionadas arriba de cuidado privado de la salud serían eliminadas bajo el plan Medicare for All. Así, la propuesta conduciría a una intervención todavía mayor en el cuidado de la salud, aún mayor que en las naciones que alaban los socialistas democráticos.

Políticos de alto nivel en los países nórdicos también han enfatizado sus estructuras económicas orientadas hacia el mercado, destacando la mezcla de elementos públicos y privados dentro de sus sistemas de cuidado de la salud.

Mientras Bernie Sanders y sus seguidores alababan a Dinamarca por sus políticas socialistas igualitarias, el primer ministro de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, expresó con firmeza que su nación es, de hecho, una economía de mercado (si bien una con regulación gubernamental significativa en la economía, tal como Estados Unidos).

La oposición clásica a la medicina socializada es por el aumento obvio en los tiempos de espera, pero, muchos progresistas apuntan hacia los sistemas nórdicos como prueba de que ellas pueden ser administradas efectivamente por el estado. Pero, ¿qué dicen los propios escandinavos?

En el 2009, unos pocos años después del auge de los estados de bienestar en naciones nórdicas, sorprendentemente pocos daneses aprobaron los tiempos de espera en su nación. Casi el 50% de los daneses encuestados sentía que las listas de espera eran injustas.

También, quienes respondieron hicieron ver que una razón primaria para elegir el cuidado privado de la salud era el descenso en tiempos de espera, en otras palabras, por la disminución en el riesgo de morir ante una lista de espera autorizada por el gobierno.

Esto es particularmente impactante, pues el gobierno danés aprobó, dos años antes de completarse la encuesta, una ley que ponía un tope de un mes a los tiempos de espera.

¿Podría ser que el estado es incapaz de asignar efectivamente los recursos aún cuando se trata del cuidado de la salud? Parece ser que el problema del cálculo económico es aplicable a todas las industrias, incluyendo la del cuidado de la salud.

También, son claras las ineficiencias de la medicina socializada sueca. Aún luego de garantizarles a los suecos que las esperas no serían más allá de 90 días para recibir el cuidado médico, más de 46% de los residentes en el condado de Jämtland en Suecia esperó todavía más tiempo. La espera para una cirugía de próstata salvadora potencial de la vida fue más del doble del promedio global en algunos condados suecos, con 271 días de espera.

Para combatir estas ineficiencias, el cuidado médico privado en Suecia se ha convertido en un negocio en auge. Más y más hospitales están siendo adquiridos y administrados por grupos de capital accionario privado. El ingreso de esos grupos de capital accionario privado al mercado del cuido de la salud, ha permitido una competencia adicional y mejorado el servicio para todos los suecos. El mercado de capital accionario sueco se ha convertido en el segundo más grande de toda Europa, valorado en casi $8 miles de millones, gracias a esta privatización.

Estas observaciones subrayan que los sistemas nórdicos de cuidado de la salud operan dentro de un marco de economía de mercado, a pesar de un involucramiento substancial del gobierno y de muchos monopolios autorizados por el gobierno.

Claramente, la medicina socializada viene con numerosos efectos colaterales, muchos de los cuales son extremamente desagradables. Las naciones nórdicas ven eso, pero parece que sus admiradores en Estados Unidos no lo ven.

Ulyana Kubini es una empresaria ucraniana-estadounidense y activista política.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.