MILTON FRIEDMAN ESTARÍA MUY FELIZ EN SU CUMPLEAÑOS

Por Kerry McDonald
Fundación para la Educación Económica
31 de julio del 2023

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La visión de Friedman sigue viva a través de la elección educativa.

Pienso que Milton Friedman estaría feliz.

No lo puedo saber con certeza, pues el economista ganador del premio Nobel falleció en el 2006 a la edad de 94, pero él pasó mucha de su carrera impulsando más opción educativa para las familias.

Hoy, cuando honramos lo que sería el aniversario 111 de Friedman, ahora millones de familias tienes dichas opciones.

Según datos recientes de EdChoice, organización previamente conocida como la Fundación Friedman para la Opción Escolar, que el laureado con el Nobel y su esposa economista, Rose, fundaron en 1996, aproximadamente 18 millones de estudiantes en Estados Unidos, o un 37 por ciento de la población de kínder hasta secundaria, tiene o pronto tendrá acceso a opciones de elegir una escuela privada en su estado.

Eso significa que esos estudiantes están en capacidad de usar parte del financiamiento de la educación estatal hacia la de elegir una educación privada de su elección, incluida la matrícula en una escuela privada, y, en algunos estados, un conjunto más amplio de opciones de aprendizaje, abarcando micro escuelas, módulos de aprendizaje, programas de educación en el hogar, tutorías, y herramientas y terapias educativas.

Ocho estados, incluidos Arizona, Arkansas, Florida, Iowa, Ohio, Oklahoma, Utah, y Virginia Occidental, ahora facilitan a todos los estudiantes de kínder hasta secundaria, el acceso a estos dólares si tal cosa elige, con seis de esos estados promulgando, tan sólo en este año, estas políticas universales de elección de educación.

La idea de separar mediante mecanismos de elección escolar, como bonos escolares [vouchers], la provisión de educación por el gobierno del financiamiento de la educación por los contribuyentes, fue popularizada por Friedman en su artículo de 1955, The Role of Government in Education. Ahí explicó los beneficios de alejarse de una educación manejada por el gobierno e ir hacia una educación financiada por el gobierno usando bonos. Friedman concluyó:

“El resultado de estas medidas sería una reducción substancial en las actividades directas del gobierno, a la vez que una gran ampliación en las oportunidades educativas que se abren para nuestros niños. Ellas traerían un incremento saludable en la diversidad de instituciones educativas disponibles y en competencia entre sí. La iniciativa y empresa privada acelerarían el ritmo del progreso en esta área, como lo han hecho en muchas otras. El gobierno serviría su función propia de mejorar la operación de la mano invisible sin substituir la mano muerta de la burocracia.”

Notoriamente, en décadas posteriores, Friedman y su esposa reconocieron que no era suficiente el financiamiento descentralizado de la educación. Vieron a mecanismos de elección escolar como primer paso importante hacia liberar la sujeción gubernamental de la educación, pero no uno final. En su popular libro de 1980, Free to Choose, los Friedman escribieron: “Nosotros consideramos al plan del bono escolar [voucher] como una solución parcial, pues no afecta ya sea el financiamiento de la educación ni tampoco las leyes de asistencia obligatoria. Favorecemos ir mucho más allá.”

Aunque todavía hay mucho por hacer para enfrentar la obligación subyacente inherente en la política educativa de Estados Unidos, las victorias en elección escolar, en especial en este año, valen la pena se les celebren. Ellas permiten salir a más familias de una escuela asignada, manejada por el gobierno, si están insatisfechas, y tener acceso a una mejor alternativa para sus hijos. Ellas inspiran a más empresarios de la educación a lanzar escuelas privadas de bajo costo y modelos de aprendizaje relacionado que satisfagan la demanda de los padres de una mayor elección educativa.

Por ejemplo, las robustas políticas de elección escolar de Florida durante los últimos años, han conducido a un rápido crecimiento en el número de escuelas privadas en ese estado, según el investigador de la educación, Ron Matus. Con el nuevo programa de cuentas de ahorro universales para la educación (ESA, por sus siglas en inglés), que extiende la elección a todas las familias, es posible que se acelere la empresariedad de la educación.

Al verse más de cerca la visión de Friedman de una educación descentralizada, satisfecha mediante elección, vale la pena recordar, también, que Friedman puso a las familias en primer lugar. Él manifestó su desagrado hacia intentos por caracterizar a padres, en particular, padres de bajos ingresos, como incapaces de tomar las mejores decisiones acerca de la educación de sus propios hijos.

“Por lo general, los padres tienen tanto mayor interés en la educación de sus hijos como conocimiento más íntimo de sus capacidades y necesidades que alguien más,” escribieron los Friedman en Free to Choose. “Los reformadores sociales, y, en particular, los reformadores de la educación, a menudo, santurronamente, dan por un hecho que los padres, en espacial los que son pobres y poseen poca educación, tienen poco interés en la educación de sus niños y ninguna capacidad para escoger por ellos. Este es un insulto gratuito. Con frecuencia, esos padres han tenido poca oportunidad de elegir.”

Hoy, cuando bien intencionados reformadores educativos ponen en práctica en muchos estados políticas de elección escolar, deberían ser sabios recordando que los padres no necesitan ser llevados de la mano. No necesitan de “navegadores para padres” nombrados por el estado o definiciones aprobadas por el gobierno sobre “calidad” y “efectividad” educativa. No necesitan que actores estatales les digan cómo luce una buena “escuela.” Todo lo que necesitan es poder elegir.

Ahora, más familias tienen esa posibilidad de escoger, y eso debería hacer que todos estemos muy contentos.

Kerry McDonald es compañera sénior en educación en la Fundación para la Educación Económica y anfitriona del podcast semanal LiberatED. También, es autora de Unschooled: Raising Curious, Well-Educated Children Outside the Conventional Classroom (Chicago Review Press, 2019), académica adjunta del Instituto Cato, compañera de política educativa en State Policy Network, y contribuyente regular de la revista Forbes. Kerry tiene una licenciatura en economía de Bowdoin College y una maestría en política de la educación de la Universidad de Harvard. Ella vive en Cambridge, Massachusetts con su esposo y cuatro niños.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.