PROPIEDAD DE LAS IGLESIAS: ¿CONGREGACIONES, VECINOS, O LA CIUDAD?

Por Christopher Lingle & Janna Lu
American Institute for Economic Research
22 de julio del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es Christopher lingle & janna lu, american institute for economic research, churches, July 22, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

En una época una iglesia vibrante con un pasado histórico, la Iglesia Presbiteriana de West Park se ha visto envuelta en una lucha sobre derechos de propiedad. Establecida en 1852 en la parte Alta del lado Oeste de la Ciudad de Nueva York, apoyó el movimiento LGBT cuando ganó popularidad en 1978, y suministró comidas durante la epidemia del SIDA.

Ahora la asistencia a la iglesia se ha reducido a 12 miembros, y los lideres de la iglesia y la congregación quieren vender el edificio y el terreno. Los vecinos, incluyendo algunas celebridades, se oponen basados en que la iglesia le da valor al vecindario y ha expresado su oposición a la venta.

Dado que la iglesia es dueña de toda la propiedad, su congregación y liderazgo piensan que ellos deberían decir la última palabra de lo que pase con el edificio. Pero, en el 2010 la Comisión para la Preservación de Sitios Históricos de la Ciudad de Nueva York designó a la iglesia como sitio histórico, por tanto bloqueando los deseos del liderazgo de la iglesia.

Con una congregación tan pequeña, ellos no pueden pagar el mantenimiento ni restaurar la propiedad. Como dueños de la propiedad, quieren reclamar su derecho sobre ella, de forma que puedan legalmente vender o transferir el edificio.

Una designación de sitio histórico “preserva y protege estas propiedades de ser demolidas o alteradas
significativamente, de forma que menoscabaría su valor histórico o cultural.” Construida a fines del siglo XIX, el edificio ha sido descrito como “uno de los mejores ejemplos de estructura religiosa de estilo románico renacentista en la Ciudad de Nueva York.”

Cuando en el 2010 la Comisión de Sitios Históricos deliberó para conferir el estatus de sitio histórico al edificio de la iglesia, creyó que la comunidad financiaría las renovaciones necesarias. Pero, debido a estimaciones elevadas de costos de renovación – en junio del 2022 los lideres de la iglesia hicieron una petición para remover la designación de sitio histórico con base en motivos de dificultad.

Al liderazgo de la iglesia se le dio una estimación de costos de reparación que excedía $50 millones, incluso $17 millones para reparar la fachada. Durante los últimos 7 años, la iglesia ha gastado más de $1 millón en reparaciones financiadas con la venta de algunos activos, incluso una casa del pastor.

Ellos han tratado de hallar otras soluciones, hasta alquilar a una instalación de artes sin fines de lucro, el Centro en West Park, a un precio inferior al de mercado a cambio de una promesa de restaurar el edificio. A pesar de numerosas actividades orientadas al arte, el Centro fracasó en lograr fondos suficientes para cumplir con su promesa.

Una revocatoria de la designación de sitio histórico permitiría al liderazgo de la iglesia vender la propiedad a Alchemy Properties por $30 millones. Ellos demolerían la iglesia, construirían un condominio de 19 pisos sobre el terreno, y brindarían espacio para la iglesia y otros entes sin fines de lucro dentro del nuevo edificio.

Pero, los vecinos objetaron ese plan y tomaron acciones para asegurarse que los derechos de propiedad de la iglesia continuaran siendo restringidos por su estatus de sitio histórico. Algunas de las celebridades más destacadas hicieron cabildeo ante la oficina del Alcalde, insistiendo en que iba en el interés de la Ciudad de Nueva York que se preservara una importante pieza de su historia.

A ellos les puede importar el pasado, pero es posible que tengan la esperanza de disfrutar gratuitamente de “externalidades positivas,” en tanto que los miembros de la iglesia soportan los costos actuales de mantenimiento y de renovación futuros. También, vecinos de la inmediatez disfrutan de un vecindario menos atiborrado de gente, al no tener a los ocupantes de un edificio de 19 pisos.

De hecho, su preocupación pierde la paciencia por la herencia de la Ciudad, cuando la fachada que se deteriora ha requerido andamios sobre la acera durante más de 20 años. Quienes pasan por ella no pueden apreciar de veras la historia del edificio; deben vivir al lado o cerca del edificio para lograr ventajas de él.

La iglesia preciosa y una expectativa de que se mantendrá el statu quo pueden haber elevado los precios de los bienes raíces del vecindario. Así, el cambio en el estatus de la propiedad puede ocasionar que dueños actuales incurran en pérdidas.

En este caso, Ronald Coase sugiere que ninguna de las partes pueda ser identificada como una “víctima,” aún si usar un recurso daña a alguna otra de las partes. Obligar al actor original a cesar y desistir, a fin de evitar daño o imponer costos a alguien más, ocasionará daño o pérdidas al primero.

Restaurar los derechos de propiedad a la iglesia permitiría negociar con otras partes afectadas y le brindaría a la iglesia una manera de determinar su destino. Cuando hay externalidades y las partes interesadas pueden negociar e intercambiar, pueden descubrir quien pone el valor más alto al usar o poseer un recurso.

Esto abre el camino para algunas soluciones a los intereses dispares de los dueños de la iglesia y sus vecinos. Si se levanta la designación de sitio histórico, los vecinos podrían revelar sus valores, al pujar contra el desarrollador u ofrecer pagarle a la iglesia por la renovación y mantenimiento.

O la Ciudad podría eliminar las exoneraciones del impuesto sobre la propiedad para esta y todas las otras propiedades religiosas. Alternativamente, la Ciudad podría adquirir los terrenos de la iglesia y permitir que se conviertan en un espacio entre religiones o ponerlos a la disposición para actividades seculares de la comunidad.

Podría afirmarse que un rechazo de funcionarios de la Ciudad a retractar la designación de sitio histórico puede constituir una expropiación de “patria potestad.” Si es así, las cortes pueden decidir que la iglesia debería recibir una compensación.

Comparadas con soluciones ofrecidas por funcionarios gubernamentales, las soluciones por negociaciones basadas en el mercado, de cooperación, e intercambio, reflejan los intereses divergentes de todos aquellos afectados. Esta afirmación se basa en la economía de la Elección Pública, que aplica el análisis económico al contexto de la gobernanza política.

Los incentivos influyen las elecciones que llevan a cabo individuos auto interesados, y la gente desea aumentar su montón, al menos ex ante. Los funcionarios del sector público tienen sus propios objetivos y actuarán de la misma forma auto interesada como lo hacen otros individuos.

Dejar el destino de la Iglesia en manos de la Comisión de Preservación de Sitios Históricos o la oficina del alcalde, posiblemente reflejaría los intereses y valores de los actores individuales del sector público. Estos combinarán sus logros ideológicos o partidarios con su interés propio de adquirir estatus, ingreso, o aprobación.

Como indicó Hayek, funcionarios del sector público no pueden adquirir el conocimiento necesario para identificar una solución “óptima.” Este conocimiento sólo emerge como parte del proceso de mercado, cuando actores interesados negocian y cooperan para decidir acerca de las condiciones apropiadas para transferir derechos de propiedad.

Y, esto nos deja en dónde empezó la discusión. La Ciudad de Nueva York debería restaurar los derechos de propiedad a los líderes y congregación de la Iglesia Presbiteriana de West Park.

Christopher Lingle es compañero visitante sénior en AIER, profesor visitante de Economía en la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala. Académico de investigación en el Centro para la Sociedad Civil (Nueva Delhi), asesor económico de política internacional para el Instituto Asiático de Diplomacia y Asuntos Internacionales (AIDIA-Katmandú), compañero sénior internacional del Instituto de Derechos de Propiedad (Estados Unidos), compañero sénior en el Centro para la Educación de Mercado (Malasia), y compañero sénior visitante de Advocata (Colombo, Sri Lanka). Sus intereses de investigación son las áreas de Economía Política y Economía Internacional con un enfoque en economías de mercado emergentes y reforma de la política pública en Europa del Este y Central, Asia del Este, América Latina, y Sur de África.

Janna Lu es una estudiante de PhD de economía en la Universidad George Mason, compañera de investigación graduada de verano en el American Institute for Economic Research, y compañera Hayek del Mercatus Center.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.