¡LA DESIGUALDAD EN EL BIENESTAR GLOBAL SE REDUCE!

Por Vicente Geloso
American Institute for Economic Research
6 de julio del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es vincent geloso, american institute for economic research, inequality, July 6, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

En la década pasada, hubo múltiples libros -por Johan Norberg, Steven Pinker, Hans Rosling, entre muchos otros- que discuten acerca de que existen razones importantes para ser optimista acerca de la humanidad. ¡Las tendencias lucen bien! La pobreza está disminuyendo, la mala nutrición se está desplomando, la esperanza de vida aumentando, las tasas de escolaridad suben y la participación de la población mundial que vive bajo instituciones democráticas ha ido en la dirección correcta. Aun muchos indicadores ambientales que, dada la discusión en medios, uno creería se están deteriorando, en realidad están mejorando (por ejemplo, muertes por contaminación del aire interior y exterior, cobertura forestal, biodiversidad en países ricos). Un libro optimista, de Indur Goklany, resumió estas tendencias en su título: The Improving State of the World: Why We’re Living Longer, Healthier, More Comfortable Lives on a Cleaner Planet.

No obstante, hay un problema con todos estos trabajos. Ellos no nos dicen claramente que el bienestar está mejorando para todo mundo. Más importante, no nos dicen con claridad si las mejoras están siendo disfrutadas por quienes más las necesitan – los más pobres del mundo. De hecho, una crítica frecuentemente reiterada es que esos trabajos tienden a dejar de lado implicaciones asociadas con la desigualdad.

En un estudio reciente con Chelsea Follett del Instituto Cato, me propuse corregir esa laguna. Chelsea y yo construimos el Índice del Progreso Humano (HPI por sus siglas en inglés), que amalgama ocho indicadores importantes de bienestar entre 1990 y 2018: mortalidad infantil, esperanza de vida, nutrición, muerte por contaminación del aire exterior, educación, libertad política, acceso al internet y PIB per cápita.

Cada una de estas medidas está ligada a una dimensión de estándares de vida ampliamente definida. Puesto en sencillo, estándares de vida superiores se logran cuando uno tiene posibilidades más efectivas entre las cuales elegir. Ingresos superiores facilitan comprar bienes nuevos, invertir en habilidades o ahorrar para el retiro. Mejor salud significa que uno no está inutilizado por enfermedades debilitantes. Mejor escolaridad significa que uno es capaz de encontrar cuáles son las opciones disponibles para uno. Juntos, llamamos a esto “progreso humano,” razón por la que le dimos ese nombre al HPI.

La virtud del HPI es que mezcla todos estos indicadores diferentes en una sola medida para todos los países disponibles. Sin sorprender, dada la oleada de libros arriba mencionada, el HPI aumentó masivamente, pues su valor en el 2018 fue de un 42 por ciento por encima de aquel de 1990.

Pero, ¿qué dice eso acerca de la desigualdad? La virtud de tener un solo número para el bienestar de la vida es que facilita calcular las mediciones de desigualdad. Cuando tomamos este paso adicional, encontramos el gráfico que aparece abajo, en el que se presenta el “coeficiente de Gini.” Ese coeficiente es la medida de desigualdad que oscila entre 0 y 1, en donde el primero significa una igualdad perfecta y el último una desigualdad imperfecta (es decir, todo mundo, excepto una persona, es pobre y las personas restantes tienen todo). En sí, a uno le gustaría ver caer esas líneas – tal como ellas lo hacen claramente. Independientemente de si incluimos algunos componentes -como acceso a la internet- la tendencia es que la desigualdad en el HPI entre países ha venido cayendo constantemente desde los años noventa. En general, la desigualdad en el progreso humano cayó entre 16 y 35 por ciento a partir de 1990.

La figura 3 que presenta la declinación en la desigualdad global del HPI por el coeficiente de Gini, según diferentes especificaciones con y sin ponderaciones por la población, 1990-2018, se puede ver en la fuente original en inglés de este artículo, vincent geloso, american institute for economic research, inequality, July 6, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Como tales, los optimistas, que a menudo son ridiculizados, no sólo porque en general están en lo correcto, sino porque subestiman la fortaleza normativa de sus casos. No es sólo que el mundo está mejorando, está mejorando para quienes más lo necesitan.



Vincent Geloso, un compañero sénior en el American Institute for Economic Research (AIER), es profesor asistente de economía en la Universidad George Mason. Él obtuvo su PhD en Historia Económica en la Escuela de Economía de Londres.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.