POR QUÉ EL RECIÉN FALLECIDO ROBERT LUCAS MERECIÓ SU PREMIO NOBEL

Por Peter Jacobsen
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 31 de mayo del 2023

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Robert Lucas fue un faro de humildad en la profesión de la economía.

Hace poco más de dos semanas falleció el economista ganador del premio Nobel, Robert Lucas, Jr. Estas noticias aumentaron la pérdida que experimentó la profesión por la muerte en diciembre del compañero de viaje intelectual Edward Prescott.

En artículos previos, he argüido que no debería existir un premio Nobel en economía. Aún lo creo. Sin embargo, estoy en capacidad de reconocer que, dado que existe un premio Nobel en economía, las personas que reciben el premio son señales importantes acerca del pensamiento en la profesión.

Robert Lucas fue un buen economista, y buena señal para la profesión. Sus contribuciones fueron muchas, pero me enfocaré en lo que es tal vez su más famosa – La Crítica de Lucas.

LOS “EXPERTOS” ECONÓMICOS

Para comprender la importancia de la crítica de Lucas, vale la pena retroceder en el tiempo un poquito, a allá por la década de 1960. En los sesentas, el paradigma dominante al pensar acerca de la economía como un todo (macroeconomía) era el modelo keynesiano.

Son muchos los problemas con la economía keynesiana, pero, la idea más interesante fue la adopción por los economistas keynesianos de la creencia de que existe una compensación entre inflación y desempleo. En otras palabras, cuando la inflación aumenta, el desempleo se reduce y viceversa.

Los economistas llaman a esta aparente compensación la curva de Phillips. Una nota importante es que el propio John Maynard Keynes no fue pionero de la idea de la curva de Phillips, pero sus herederos intelectuales de la época creyeron que naturalmente provenía de su marco macroeconómico básico. En palabras del economista Alan Blinder:

“Previo a 1970, los keynesianos creyeron que el nivel de empleo a largo plazo dependía de la política gubernamental, y que el gobierno podía lograr una tasa de desempleo baja al aceptar una tasa de inflación elevada pero constante.”

Cuando arribaron los sesentas, los keynesianos tuvieron la posibilidad de someter su teoría a prueba. Entre 1958 y 1962, el desempleo osciló entre 5.5% y 7%. En otras palabras, el desempleo era alto. Entonces, la respuesta keynesiana fue adoptar una política monetaria que aumentaba la inflación. Imprimir dinero significa más gasto lo que significa más empleos según la curva de Phillips?

Entonces, ¿cuál fue el resultado? Bueno, al principio las cosas funcionaron. Vea este gráfico que muestra la inflación y el desempleo.

El cuadro 1: Inflación y desempleo en los sesentas puede verse en peter Jacobsen, foundation for economic education, Lucas, May 31, 2023

Como puede verse, al aumentar la inflación cayó la tasa de desempleo. Esto es exactamente lo que predijeron los keynesianos con la curva de Phillips. Eso no duró por siempre. Mire lo que pasó en los setentas.

El cuadro 2: Inflación y desempleo en los setentas puede verse en peter Jacobsen, foundation for economic education, Lucas, May 31, 2023

Observe que, para 1980 ¡ambos, la inflación y el desempleo, aumentaron! En otras palabras, ¿ya no más había una compensación! Frente a los ojos de todos, se rompieron las reglas keynesianas de la macroeconomía. Algo estaba mal con el pensamiento de los “expertos.”

Para entender qué pasó, primero tenemos que pensar un poquito acerca de cómo se suponía funcionara la curva de Phillips. En esencia, cuando la inflación empezó a aumentar y los precios se elevaron, esto significaría que las ofertas de trabajo estarían ofreciendo lo que parecía como salarios más altos.

Si todo se hace 10 veces más caro, incluyendo la mano de obra, súbitamente un empleo de $3 la hora se convertiría en un empleo de $30 la hora. Bueno, para la gente aún no acostumbrada a los precios superiores, un empleo de $3 la hora no parecería mal, pero un empleo de $30 la hora sonaría mucho mejor. En otras palabras, los salarios nominales más altos engañaron a los trabajadores a tomar empleos que, de otra forma, no asumirían.

La lógica de usar la curva de Phillips en la política descansa en la idea de que los encargados de políticas puedan engañar a gente ordinaria para que se comporte de la manera que aquellos quieren.

LA CRÍTICA DE LUCAS

La crítica de Lucas se dirigió directamente a la política activista como el uso de la curva de Phillips en los años sesenta y setenta. En esencia, Robert Lucas arguyó que los responsables de la política no podían suponer que los ciudadanos serían engañados repetitivamente para cometer el mismo error.

La política keynesiana de la época asumía que los expertos, en el largo plazo, tendrían mayor conocimiento e información que la gente ordinaria. Lucas le dio la vuelta a este argumento. ¿Por qué no suponer que gente inteligente y creativa sería capaz de captar los conceptos básicos de los modelos macroeconómicos, y actualizar sus expectativas con base en ese entendimiento?

En otras palabras, en los años setenta la gente empezó a darse cuenta que los empleos que habían asumido no eran en realidad los empleos de alta paga que ellos creyeron que eran. Habían sido “engañados” por la inflación para que aceptaran esos empleos. Pero, ya no más. La gente sabía que un 6% de inflación significaba que los salarios reales eran un 6% más bajos.

Para reducir de nuevo el desempleo, la autoridad monetaria tendría que aumentar la inflación aún más de lo que la gente esperaba. Esta es la razón por la que en los años setenta usted ve la curva de Phillips moviéndose hacia la derecha. Se necesitaba de una tasa de inflación cada vez mayor para engañar a la gente. Y, para 1980, ni siquiera una tasa de inflación del 13% podía engañar a la gente. El desempleo se mantuvo alto y constante en un 7%.

El pensamiento keynesiano de la época asumía que los responsables de las políticas eran expertos al margen del modelo de la economía, y que podían ajustar ciertos parámetros del modelo (como la tasa de inflación) para influir en otros modelos (como el desempleo).

Pero, como lo señala la crítica de Lucas, las personas no son simplemente piezas de ajedrez, que responden a los parámetros que ajustan expertos ilustrados. En vez de eso, las personas son inteligentes y sensibles. Usted no puede esperar que las personas respondan de la misma manera ante cambios cada vez.

A diferencia de las ciencias naturales, los sujetos de las ciencias sociales (seres humanos) piensan y reaccionan diferentemente. Ellos mismos pueden aprender el juego de los responsables de las políticas y derrotarlos en él.

La Critica de Lucas no es sólo acerca del momento histórico de la curva de Phillips. Cualquier modelo macroeconómico que supone que las personas no se adaptarán a la puesta en práctica de las políticas, es puesto en duda en la crítica de Lucas.

La norma de Robert Lucas obliga a los economistas a pensar de los actores económicos como seres racionales y conscientes. Cualquier política que suponga estupidez consistente de parte de la gente puede (y debería) ponerse en duda.

Robert Lucas fue un faro de humildad en la profesión de la economía. Su trabajo obliga a los economistas a poner gente creativa y ambiciosa de vuelta en las conversaciones económicas. Como tal, a pesar de mi desagrado del premio Nobel en economía, puedo decir, sin reservas, que Robert Lucas merecía el suyo. Descanse en paz.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.

Peter Jackson enseña economía y tiene la posición de Profesor Gwartney de Economía. Recibió su educación de posgrado en la Universidad George Mason.