Este es un artículo esclarecedor que debe leerse por todos aquellos que consideran que la solución a un sistema educativo estatal ineficiente radica en su sustitución de la obligatoriedad por la libre elección escolar. Pero ese paso tan importante debe hacerse bien, por lo que en la práctica el artículo del profesor Wolf nos ayuda mucho a los ciudadanos de diferentes puntos de vista para que tomemos las mejores decisiones al respecto: “El Diseño Importa.”

HACIENDO REALIDAD LA LIBRE ELECCIÓN ESCOLAR

Por Patrick J. Wolf
Law and Liberty
24 de mayo del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es patrick j. wolf, law and liberty, school choice, May 24, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Los programas gubernamentales no logran nada a menos y hasta que sean puestos en práctica. Cómo ellos son diseñados y administrados influyen en qué tan beneficiosos sean para las familias.

Frederick Hess reconoce los papeles importantes del diseño e implementación de la política en su convincente ensayo “Opening Doors for School Choice.” Él afirma que “la práctica es importante,” cuando los programas deberían diseñarse para apelar al rango más amplio posible de familias. Dice él, “Empoderar a los padres requiere información así como elección.” De hecho, así lo es.

En mis casi 25 años de evaluar programas de elección escolar, he aprendido unas pocas cosas acerca de cómo diseñar y poner en práctica iniciativas de elección paternal. Aquí comparto esas ideas.

Los programas de elección escolar privada varían en relación con quién es elegible, qué puede comprarse, y qué regulaciones encaran los oferentes. Las iniciativas de elección escolar privada han evolucionado generalmente a partir de programas de cupones de matrícula específicos, hasta iniciativas disponibles y flexibles de Cuentas de Ahorro para la Educación (ESA por sus siglas en inglés). Los tipos y niveles de regulaciones impuestas sobre proveedores han tenido un flujo y reflujo con base en corrientes políticas nacionales y el contexto político de los estados. Los estados que han sido deliberados en la implementación de nuevos programas de elección han tenido más éxito que los estados que se apresuraron a implementar el programa.

UN POCO DE HISTORIA

Los programas tempranos de elección escolar se dirigieron estrictamente a poblaciones estudiantiles que encaraban problemas logísticos, sociales, o educativos. Vermont y Maine tenían un problema. En las décadas de 1860 y 1870, esos estados tenían muchos pueblos rurales sin suficientes estudiantes como para poblar las escuelas y colegios grandes e integrales, que, en aquel entonces, eran la moda en la educación pública. La mayoría de estas comunidades tenía pequeñas escuelas primarias y secundarias privadas. Vermont en 1869, y Maine en 1873, establecieron programas de “matrícula a cargo el pueblo” en donde el estado les daba un bono a familias en áreas rurales para cubrir los costos de matrícula de sus hijos en una escuela privada de su elección. Los primeros programas de bonos escolares fueron lanzados en Estados Unidos hace un siglo en áreas rurales. Hoy ambos programas siguen operando.

A principios de la década de 1990, Milwaukee y Cleveland tenían un problema. Las escuelas asignadas residencialmente en esas ciudades post industriales concentraban estudiantes de bajos ingreso en escuelas que parecían no tener poder para enfrentar las diversas necesidades de los niños. Líderes afroestadounidenses entraron en un acuerdo con gobernadores republicanos para crear los primeros programas de bono [voucher] escolar, dirigidos a estudiantes del casco urbano que calificaban para el Programa Federal de Almuerzos (FLP por sus siglas en inglés). El programa de Milwaukee ahora sirve a casi 30.000 estudiantes con ingresos familiares de hasta un 62% por encima del tope para el FLP. Wisconsin posee otros tres programas de bonos escolares. El programa de Cleveland ya no más posee algún ingreso tope. Ohio es hogar de otros cuatro programas de bonos escolares. Para el año escolar 2022-2023, operan 27 programas de bonos escolares en 18 estados de Estados Unidos.

A mediados de la década de 1990, Arizona tenía un problema. Estudiantes con discapacidades estaban luchando por lograr progresar en sus escuelas y los padres estaban demandando más opciones. Al inicio, el Estado del Gran Cañón convirtió en ley un programa para estudiantes con los Programas para la Educación Individualizada (IEPs por sus siglas en inglés). Esa iniciativa iba contra la constitución del estado pues involucraba pagos a escuelas privadas provenientes de una apropiación gubernamental. Los responsables de las políticas respondieron aprobando un programa similar en 1999, financiado indirectamente por la vía de créditos impositivos. Nació el primer programa de becas con base en créditos impositivos. Actualmente, en 20 estados operan 26 de tales programas.

Arizona continuó teniendo un problema. Las becas con base en créditos impositivos que proveían a los estudiantes con IEPs se limitaban a cubrir la matrícula en la escuela privada. Muchos estudiantes con discapacidades requieren más que sólo opciones escolares para enfrentar sus necesidades especiales. Dan Lips de la Fundación Heritage recomendó a los responsables de las políticas en Arizona aplicar a su programa de elección escolar privada el diseño de cuentas de gastos flexibles para gastos médicos y cuido infantil. Nacieron las Cuentas de Ahorro para la Educación (ESAs por sus siglas en inglés). Este año, nueve estados operaron programas ESA, con cinco nuevas iniciativas ESA legisladas por los estados en esta sesión legislativa y es más posible que les sigan otros.

Al salir de la pandemia del Covid, los niños de nuestro país tienen un problema. Así, no sorprende que la mayoría de estados de Estados Unidos esté buscando leyes de elección escolar o expansiones de ellas como una solución parcial.

EL DISEÑO IMPORTA

Los responsables de las políticas tienen muchas opciones en relación a cómo estructurar los programas de elección escolar privada. Las iniciativas elegidas que apuntaron estrechamente a estudiantes de bajos ingresos tienen un registro sólido de mejoría en los resultados académicos de los participantes. También, los programas de selección enfocada suelen ser tratados como campos de fútbol político, debido en parte a la influencia política limitada de los electores a quienes sirve. Más recientemente, los programas de selección escolar a nivel estatal con elegibilidad amplia, han sido aprobados con un apoyo político más fuerte del que puede haber reunido la mayoría de programas de selección enfocada. Los programas de elegibilidad amplia han mostrado efectos competitivos positivos claros en los resultados de exámenes de estudiantes que permanecen en escuelas públicas, en especial si los estudiantes son de ingresos bajos. Pero, los efectos reportados de los participantes por diversas evaluaciones recientes de programas estatales de elección han sido nulos o negativos. Una elegibilidad amplia en programas de elección parece lograr una mayor sostenibilidad política y efectos competitivos positivos, pero, en algunos casos, al costo de resultados de exámenes más bajos para los estudiantes participantes.

También, importa la estructura de los programas de elección escolar privada. Los programas de bonos financiados por el gobierno y los de becas financiadas por créditos impositivos producen la elección “escolar” tradicional. Ellos ayudan a los padres en la selección de una escuela privada como único proveedor de educación alternativa para su hijo. Así, los bonos y programas de becas dependen del conjunto existente de escuelas privadas, al menos inicialmente. Los programas ESA, en contraste, permiten a los padres asignar recursos entre diversidad de proveedores de educación para configurar plenamente la educación de sus hijos. Las ESAs representan la elección de la “educación.” Ellas pueden apoyar a micro escuelas, escuelas híbridas en el hogar, así como educación en el hogar y educación privada tradicionales. Dada la versatilidad de las ESAs, entendiblemente se han convertido en la forma más popular de elección escolar entre padres y responsables de las políticas.

Las regulaciones afectan el tamaño, fortaleza, y diversidad del conjunto de escuelas privadas dispuestas a participar en programas de elección escolar. En una serie de experimentos de encuestas, diversas universidades y yo establecimos que tres regulaciones impiden claramente a proveedores de calidad participar en programas de elección: Admisiones abiertas, prohibición de cobros adicionales a los padres, y exámenes estatales de rendición de cuentas. Las escuelas privadas quieren tener confianza en que los estudiantes que se matriculan estén preparados para ser exitosos en su nueva escuela de su elección. Así, algunas escuelas declinan participar en programas de elección que les impide aplicar sus estándares de admisión normales a estudiantes que los eligen. Prohibir a las escuelas cobrar a los padres más que la cantidad del bono (esto es, sin “recargos”) establece un precio fijo para la educación que los estudiantes reciben por la vía de un programa de elección. Controles rígidos de precios asustan a muchos proveedores de mayor calidad, reduciendo la diversidad de proveedores de escuelas privadas, y negando a los padres la opción de pagar más por un producto mejor.

Las pruebas impulsan los planes de estudios. La mayoría de escuelas privadas emplean planes de estudio que se alejan de los estándares curriculares estatales ordenados para las escuelas públicas. Si una escuela privada ha de administrar la prueba estatal para todos los estudiantes que la han elegido, sus líderes se sienten atascados entre tener que cambiar sus planes de estudios para equipararse con la prueba de la escuela pública o infligir a sus estudiantes un examen que no se acopla con el contenido enseñado. Esta es la razón de por qué órdenes de exámenes de escuelas públicas hacen imposible que existan muchas escuelas privadas. En contraste, la mayoría de escuelas privadas se siente feliz administrando un examen estandarizado de su elección. Regule con cuidado para que los proveedores privados de calidad no lo asusten a usted.

CONSIDERACIONES CLAVES PARA LA PUESTA EN PRÁCTICA

Los programas de elección escolar no se ejecutan por sí solos. Thomas Stewart y yo, en nuestro libro The School Choice Journey, usamos entrevistas y grupos de enfoque para documentar cómo 100 familias experimentaron la puesta en marcha del Programa de Oportunidades de Beca del Distrito de Columbia, un programa de bonos sujeto a LA prueba de capacidad económica lanzado en el 2004. Establecimos que, para poner en operación las organizaciones, era necesario informar a los padres acerca de la disponibilidad del programa, determinar la elegibilidad de estudiantes, reclutar un conjunto robusto de proveedores para que participaran, y apoyar las familias a lo largo del proceso de seleccionar una alternativa a sus escuelas públicas locales.

Nuestro estudio descubrió varias de las mejores prácticas para su puesta en marcha. Quienes las ponen en vigencia deberían trabajar con líderes de la comunidad local, en especial pastores, para que diseminen la palabra acerca del programa. Si fuera posible, deberían contratar a lo externo una organización especializada para la determinación de elegibilidad. Deberían reclutar un conjunto amplio de escuelas religiosas y seculares para que acepten estudiantes que las eligen. Deberían contratar un ente independiente, sin fines de lucro, como Great Schools, para que brinde información objetiva a los padres verificada por el proveedor. Su personal debería entrenar a los padres a través del proceso de elección escolar con un toque moderado, evitando guiarlos hacia escuelas específicamente favorecidas. Críticamente, la puesta en práctica debería enfatizar en los padres la importancia de visitar múltiples escuelas antes de elegir una para su hijo. No hay substituto para la comparación de compras que poner los ojos de uno sobre las operaciones en tiempo real de una diversidad de escuelas.

Los programas ESA tienen dos opciones generales que permiten a los padres asignar sus fondos para la educación. El modelo de Arizona es cargar los fondos a un “tarjeta de débito para la educación” que los padres usan para comprar la matrícula de la escuela u otros productos y servicios educacionales. El modelo de West Virginia es establecer una página en la red, que consiste de un mercado virtual en mucho como los mercados de seguros establecidos posterior a la Affordable Care Act [Ley de Cuidado de la Salud a Bajo Precio]. La tarjeta de débito de Arizona tiene el beneficio de la conveniencia, en donde a los padres se les permite hacer sus compras que ellos consideran apropiadas, mientras que funcionarios de gobierno auditan sus cuentas luego del hecho, para asegurarse que todas las compras sean permisibles. El mercado de elección educativa de West Virginia tiene el beneficio vital de una rendición de cuentas ex ante. Todo vendedor y servicio en el sitio ha sido previamente investigado para ser elegible. El modelo de West Virginia para la puesta en práctica de la ESA provee mayor control gubernamental, pero de forma que no infringe en las elecciones de los padres.

Frederick Hess está en lo correcto al enfatizar lo que es la elección escolar y descansa grandemente en el diseño e implementación de la política. Algunas de las demandas de diseño de la política son fáciles. Los responsables de las políticas deberían preferir los ESAs a los bonos o becas y permitir a las escuelas privadas elegir la prueba que ellas administran a los estudiantes que eligieron esa escuela. Otras demandas de diseño son difíciles. Los programas dirigidos son más eficientes y consistentes con inquietudes acerca de equidad. Los programas universales son políticamente más resistentes y satisfacen los objetivos de igualdad. La situación política en estados individuales determinará cuál diseño gana. Finalmente, la puesta en vigencia del programa necesita tiempo y atención adecuados. El personal que los ponga en práctica debería ser entrenado plenamente acerca de cómo apoyar a los padres en su toma de elecciones educativas. Después de todo, es una elección escolar de los padres.

El Dr. Patrick J. Wolf es profesor y tiene la Silla Siglo XXI en Elección Escolar en el Departamento de Reforma Educativa en la Escuela de Educación y Profesiones de la Salud de la Universidad de Arkansas. Y, también, es el investigador principal de la evaluación el impacto del Programa de Oportunidades de Becas del Distrito de Columbia, por medio de un contrato con el Departamento de Educación de Estados Unidos (subcontrato con Westat), y dirige un equipo de invstigación nacional que conduce una evaluación longitudinal e independiente de múltiples métodos del Programa de Elección Paternal de Milwaukee. El Dr. Wolf ha escrito, y es coautor o ha coeditado, dos libros y más de una docena de artículos y capítulos en libros acerca de elección escolar, en especial educación, administración pública, y financiamiento de campañas. Wolf ha diseñado, administrado y publicado los resultados de estudios sobre educación que emplean una amplia diversidad de métodos de investigación, incluyendo técnicas experimentales, cuasi experimentales, meta analíticas y cualitativas. Un graduado de 1987 en la Universidad de St. Thomas (en Saint Paul, Minnesota,), recibió su Ph.D. en Ciencia Política de Harvard en 1995.

Traducido por Jorge Corrales Quesada