LA SABIDURÍA DE MARIO VARGAS LLOSA

Por Lawrence W. Reed
Fundación para la Educación Económica
Sábado 25 de marzo del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es lawrence w. reed, american institute for economic research, heroes, January 15, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

El 28 de marzo, Vargas Llosa cumple 87 años de edad.

En su notable nuevo libro, La llamada de la tribu, el peruano laureado con el premio Nobel Mario Vargas Llosa explica cuán lejos le ha llevado su viaje intelectual. En los años cincuenta y sesenta, era un socialista quien incluso flirteó con el comunismo cubano. Gracias a una mente abierta y observadora, se sobrepuso a ello. Desde hace 50 años hasta la fecha, ha luchado por la libertad y los mercados libres del liberalismo clásico. Escribe él,

“La igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades no significan igualdad de ingresos... Porque eso sólo sería posible en una sociedad dirigida por un gobierno autoritario que "igualara" económicamente a todos los ciudadanos mediante un sistema opresivo, acabando con las diferentes capacidades individuales, la imaginación, la inventiva, la concentración, la diligencia, la ambición, la ética del trabajo y el liderazgo. Esto implicaría la desaparición del individuo, subsumido en la tribu.”

El primer capítulo de La llamada de la tribu en sí vale el precio del libro. A partir de él, el libro incluso es mejor. El autor dedica cada uno de los subsecuentes siete capítulos a los intelectuales cuyos trabajos le convirtieron desde un fatuo joven marxista a un pensador, maduro, liberal clásico: Adam Smith, José Ortega y Gasset, F.A. Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin, y Jean-François Revel. Lo recomiendo con entusiasmo.
El 28 de marzo, Vargas Llosa llega a los 87 años. Esta actualización de un ensayo previo que escribí en ocasión de su cumpleaños 86 en el 2021, es mi forma, una vez más, de enviarle mis deseos de un feliz cumpleaños al Patriarca de la Libertad de América Latina.
Al explotar el coronavirus a lo largo del globo en marzo del 2020, Vargas Llosa derivó fuego del régimen comunista chino cuando afirmó que la pandemia puede que no hubiera sucedido, si China “fuera un país libre y democrático en vez de una dictadura.” (Usted aprende mucho de un hombre tan sólo por quiénes son sus enemigos).
Escribiendo para periódicos en Perú y España, hizo ver lo que ahora el mundo sabe es un hecho indisputable; este es, que “al menos un doctor prestigioso, y tal vez varios, detectaron este virus con tiempo suficiente y, en vez de tomar las medidas correspondientes, el gobierno trató de ocultar información y silenciar esa voz, o aquellas voces sensatas, y trató de suprimir la información tal como lo hacen todas las dictaduras.”
El “doctor prestigioso” al que Vargas Llosa aludió era el médico de 34 años de edad Li Wenliang, una víctima temprana tanto del virus como de la cleptocracia comunista que trató de ocultarlo.
Los tiranos mentirosos tomaron tiempo de su genocidio contra los uigures, de su persecución de cristianos, de su posible liberación (ya sea por accidente o intención) del virus del COVID de un laboratorio en Wuhan, de su aplastamiento de libertades en Hong Kong, y de su acoso a Taiwán, para refutar al desafiante peruano por su “difamación arbitraria” y “opiniones prejuiciadas e irresponsables.” Él merece lucir esas acusaciones como una insignia de honor.
Perú perdió una oportunidad para su grandeza cuando sus votantes estrechamente fallaron en elegir a Mario Vargas Llosa como su presidente en 1990. Este es un hombre lo suficientemente inteligente para rechazar el socialismo cuando vio la tiranía y privación que producía en lugares como Cuba. Él es reconocido en todo el mundo como uno de los más grandes novelistas latinoamericanos de épocas recientes.
Más recientemente, el pueblo peruano dio un salto al precipicio al elegir al “socialista democrático” Pedro Castillo como su presidente en el 2021. Cuando hombres o mujeres de la persuasión de Castillo llegan al poder, su componente socialista toma prioridad sobre aquel democrático y la libertad empieza a desaparecer. Escasamente Castillo había pasado un año en el cargo cuando, en diciembre del 2022, fue impugnado y removido al intentar un golpe antidemocrático. Los peruanos deberían haber escuchado a Vargas Llosa años atrás, en cuyo caso podrían haber evitado ese episodio doloroso.
Hace trece años, Mario Vargas Llosa recibió el premio Nobel de Literatura “por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes incisivas de la resistencia, rebelión, y derrota individual.” Decirle la verdad al poder es motivo frecuente en sus novelas y ensayos; es, también, un compromiso personal con su propia vida. Titulado “Elogio de la lectura y la ficción,” él dijo que la cosa más importante que jamás le pasó a él fue aprender a leer a la edad de cinco. La lectura, explicó él, “convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura.” Pronto se dio cuenta que “para que la literatura floreciera en una sociedad era requisito alcanzar primero la alta cultura, la libertad, la prosperidad y la justicia.”

Un comentarista de la conferencia declaró que ella era “un tributo contundente al poder de la ficción para inspirar a lectores a una mayor ambición, a disentir, y a la acción política.”

En honor a Mario Vargas Llosa en su cumpleaños 87, comparto los siguientes extractos de su conferencia al recibir el premio Nobel. Espero que mis lectores se unan para desearle muchos años más de poner su pluma al servicio del bien de la humanidad.

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Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola. Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes.
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Como todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los fanáticos, la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso, que la sangre de los inocentes lava las afrentas colectivas, corrige las injusticias e impone la verdad sobre las falsas creencias. Innumerables víctimas son inmoladas cada día en diversos lugares del mundo por quienes se sienten poseedores de verdades absolutas.
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No debemos dejarnos intimidar por quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización. Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos –aunque nunca llegaremos a alcanzarla– a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer. Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad.
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¡Feliz cumpleaños 87, Mario Vargas Llosa!

(Una versión previa de este ensayo apreció en El American.)

Lawrence W. Reed es presidente emérito y compañero senior Familia Humphreys de la Foundation for Economic Education (FEE) y Embajador Global por la Libertad Ron Manners, habiendo servido por casi 11 años como presidente de la FEE (2008-2019), Es autor del libro del 2020, Was Jesus a Socialist? así como de Real Heroes: Incredible True Stories of Courage, Character, and Conviction y Excuse Me, Professor: Challenging the Myths of Progressivism.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.