AHORA PARECE POSIBLE QUE EL GOBIERNO CREÓ EL COVID-19 – Y QUE LUEGO TRATÓ DE OCULTAR LA VERDAD

Por Jonathan Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Lunes 6 de marzo del 2023

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Hasta el FBI ahora concluye que la pandemia del Covid-19 posiblemente provino de un incidente en un laboratorio en Wuhan, China. He aquí por qué esto es importante.

Más de tres años luego del brote del Covid-19, el mundo aún se tambalea por el virus y la respuesta global a ello.

Alrededor de 6.8 millones de personas ha muerto por el virus, según estadísticas oficiales, incluyendo un estimado de 1.1 millones estadounidenses. Cada día la tasa de muertes se eleva más; globalmente, más de 10.000 personas muere cada semana.

Ahora, un conjunto de evaluaciones gubernamentales indica que la fuente posible del virus no fue un mercado húmedo, sino el Instituto de Virología de Wuhan (IVW), que por años ha incursionado en la creación de coronavirus quiméricos.

El domingo pasado, el Wall Street Journal reportó que el Departamento de Energía de Estados Unidos había concluido que posiblemente el laboratorio de Wuhan era el origen de la pandemia, Días después, el FBI intervino, al declarar que “la Oficina ha evaluado que los orígenes de la pandemia del COVID-19 posiblemente se originaron a partir de un incidente en un laboratorio en Wuhan, China.”

Si ello es cierto, no es una hipérbole decir que este sería el mayor escándalo del siglo.

Como lo reportó el Washington Post hace casi dos años, cables del Departamento de Estado previamente habían advertido acerca de temas de seguridad en el IVW, en donde investigadores estaban estudiando coronavirus de murciélagos. Los cables se enviaron después que diplomáticos científicos hicieron una visita en enero del 2018 al laboratorio de Wuhan, en nombre de la embajada de Estados Unidos en Beijing. Lo que los funcionarios encontraron en el laboratorio, que en el 2015 se había convertido en la primera instalación en China en lograr el nivel máximo de seguridad internacional en bio investigación, les impactó.

“Lo que funcionarios de Estados Unidos aprendieron durante sus visitas les preocupó tanto que despacharon dos cables diplomáticos considerados como Sensibles pero no Clasificados de regreso a Washington,” escribió el periodista del Post Josh Rogin. “Los cables advirtieron acerca de debilidades de seguridad y administración en el laboratorio de IVW y propuso más atención y ayuda. También, el primer cable, que yo obtuve, advierte que el trabajo del laboratorio en coronavirus de murciélagos y su transmisión humana potencial, representaba un riesgo de una nueva pandemia del tipo SARS.”

A pesar de estas preocupaciones, los dólares estadounidenses continuaron fluyendo hacia el Instituto de Virología de Wuhan.

Como la BBC lo hizo ver en el 2021, el Instituto Nacional para la Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos (NIAID), agencia encabezada por el Dr. Anthony Fauci, otorgó $3.7 millones en el 2014 a una organización -EcoHealth Alliance basada en Estados Unidos- que financió y trabajó directamente con el laboratorio de Wuhan para “ver acerca de posible coronavirus de murciélagos.” Algunos de estos experimentos parecen haber involucrado “ganancia de función,” forma riesgosa de investigación que el gobierno de Estados Unidos había prohibido se financiara en octubre del 2014, que involucra alterar genéticamente un organismo para ampliar sus funciones biológicas.

Aunque Fauci repetidamente negó que tuvo lugar investigación de ganancias de función, otros apuntan a dos artículos académicos del propio instituto chino -uno del 2015 y uno del 2017- que detallan cómo investigadores desarrollaron nuevos coronavirus que previamente no existían.

“La investigación en ambos artículos era investigación de ganancia de función,” le dijo a la BBC el Dr. Richard Ebright de la Universidad Rutgers.

EL OTRO ESCÁNDALO

La fuga del laboratorio tiene el potencial de ser uno de los mayores escándalos en la historia. En su arrogancia tipo Frankestein, los gobiernos conducen investigación peligrosa que puede haber inadvertidamente matado a millones de personas, y, también, haber disparado una recesión global.

Sin embargo, el escándalo no termina aquí.

Si bien el involucramiento del gobierno de Estados Unidos en el escándalo de la fuga del laboratorio de Wuhan puede haber sido inadvertido, es ahora obvio su intento por evitar una responsabilidad en potencia y esconder la verdad.

Desde el inicio de la pandemia, el Dr. Fauci, el mismo Dr. Fauci cuya agencia premió con una donación de $3.7 millones a EcoHealth Alliance, la que financió la investigación de coronavirus en el laboratorio de Wuhan- se convirtió en la principal voz en negar la posibilidad de que el Covid-19 podría haber emergido del IVW.

Era “molecularmente imposible” que el virus de Wuhan hubiera mutado a su cepa viral actual, alegó él en octubre del 2021. En abril del año previo, llamó a la teoría de fuga del laboratorio “un objeto luminoso que pronto desaparecerá,” haciendo ver después que las “mutaciones” del virus eran “totalmente consistentes con un salto de una especie desde un animal hacia un humano.” En mayo del 2020, le dijo al National Geographic que “todo… indica fuertemente” que el virus “evolucionó en la naturaleza,” llamando a la teoría de la fuga del laboratorio un “argumento circular.”

Por supuesto que los científicos tienen derecho a sus propias opiniones, pero hay dos grandes problemas que acompañan las aseveraciones públicas de Fauci.

El primer problema es que, si bien estas declaraciones se emitieron públicamente, privadamente estaba teniendo lugar una conversación diferente, hizo ver el martes el New York Times.

“…en el 2020, muchos de esos científicos que llegarían a ser los más incondicionales críticos de la teoría de fuga del laboratorio, reconocían privadamente que los orígenes de la pandemia en mucho eran objeto de debate,” escribe David Wallace-Wells, “y que la fuga de un laboratorio era -tal vez hasta la más posible- una perfectamente plausible explicación del surgimiento del SARS-CoV-2 en Wuhan unos pocos meses antes.”

Sabemos esto porque una serie de correos electrónicos obtenidos por BuzzFeed, por medio de peticiones bajo la Ley de Libertad de Información, muestra que algunos de los más altos virólogos creyeron inicialmente en la hipótesis de fuga del laboratorio como al menos tan plausible como la teoría de la evolución natural. En específico, el virólogo y biólogo natural Kristian Anderson describió al nuevo virus como “inconsistente con expectativas de teoría evolucionaria.” En otro correo electrónico, Jeremy Farrar, el científico jefe entrante de la Organización Mundial de la Salud, resumía las perspectivas de científicos que concluían que la “teoría de liberación accidental” era el escenario más posible – “70:30” o “40-60” a favor. (Farrar puso las probabilidades en 50:50.)

No obstante, esas ideas no se hicieron públicas. Y, después de una conferencia telefónica el 1 de febrero arreglada por Fauci, los científicos publicaron un artículo en Nature en donde expresaron su creencia de que el escenario más plausible era que el virus evolucionó naturalmente por sí sólo.

“Nuestro análisis muestra claramente que el SARS-CoV-2 no es un constructo de laboratorio o un virus manipulado a propósito,” hicieron ver enfáticamente los científicos, incluyendo el inicialmente escéptico Andersen.

“ESO ES UN POCO DEMASIADO RARO”

Cómo estos científicos llegaron a estar tan seguros de que el virus evolucionó naturalmente -un escenario que ahora parece ser altamente poco posible- no está claro. Pero, lo que siguió es aún más inquietante.

Para la primavera del 2020, las agencias gubernamentales habían cerrado filas. La oficina del Director de Inteligencia Nacional (DNI) emitió una declaración en que hace ver que un “consenso científico” había emergido de que “el virus del COVID-19 no era hecho por el hombre o genéticamente modificado.” Con rapidez, las agencias de noticias empezaron a etiquetar la hipótesis de fuga del laboratorio como “tonterías desacreditadas.”

Las agencias noticias necesitaron un pequeño empujón. De hecho, aún antes que se publicara la declaración del DNI, mientras que privadamente científicos debatían en serio los orígenes del virus, las agencias de noticias estaban describiendo a la hipótesis de fuga del laboratorio como una “teoría del margen” y una “teoría de conspiración.”

Los esfuerzos por suprimir la idea de que el virus lo creó el hombre aumentaron más cuando empresas de medios sociales empezaron a censurar a usuarios que especulaban que el virus podía haber sido creado por el hombre. En febrero del 2021, Facebook -posiblemente a instancias de funcionarios de gobierno- empezó a marcar como alegatos “que inducen al error” afirmaciones que sugieren que el Covid puede haber sido manufacturado.

La noción de que el virus puede haber emergido del laboratorio de Wuhan fue tratada ampliamente como una teoría descabellada inventada por usuarios de sombreros de papel de aluminio – en mucho gracias a una campaña de propaganda masiva orquestada por el gobierno tras el escenario.

Pero, las señales que llevan de regreso a Wuhan eran demasiado conspicuas como para ignorarlas, y un avance se presentó en junio del 2021 cuando Jon Stewart apareció en The Late Show with Stephen Colbert, expresando su creencia de que la pandemia “era más que posible que fuera causada por la ciencia.”

“Colbert: ‘Da usted a entender que hay una posibilidad de que eso fue creado en un laboratorio?’

Stewart: ¿Una posibilidad? Oh, mi Dios.

Colbert: Si hay evidencia me encantaría oírla.

Stewart: (burlonamente) Hay un coronavirus respiratorio superando a Wuhan, China. ¿Qué hacemos? Oh, ¿sabe usted a quién le podríamos preguntar? Al laboratorio de coronavirus respiratorio de Wuhan. ¡La enfermedad es la misma del laboratorio! Eso es un poco extraño, ¿no lo cree? “

Stewart no necesitaba ofrecer evidencia científica para apoyar su teoría. Es posible que su punto no era probar que la teoría de la fuga del laboratorio era cierta, sino apuntar que la teoría no era una locura.

La semana pasada en su espectáculo “The Problem With Jon Stewart,” Stewart reflexionó sobre el rechazo que recibió luego de su aparición en el espectáculo de Colbert hace casi dos años, que incluía cargos de racismo y acusaciones de que él se había unido a la “derecha alternativa.”

“No es sobre certeza,” dijo Stewart. “El problema más grande con todo esto es la inhabilidad de discutir cosas que están dentro del reino de la posibilidad, sin caer en absolutos y probándonos los unos a los otros por nuestras lealtades políticas, como surgió de eso.”

“UNA ILUSIÓN DE CONSENSO CIENTÍFICO”

Aún no conocemos con certeza los orígenes del Covid-19. Muchas preguntas siguen sin respuesta.

Pero, es claro que el escenario más plausible es aquel de que la pandemia del Covid-19 fue causada por una fuga del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, que estaba conduciendo experimentos arriesgados de coronavirus quiméricos en una instalación insegura – con el apoyo financiero del gobierno de Estados Unidos.

Para empeorar las cosas, funcionarios del gobierno de Estados Unidos -principal entre ellos el Dr. Anthony Fauci- por casi dos años orquestó una campaña para descartar la posibilidad de que el virus pudiera haber sido creado en el Instituto de Virología de Wuhan.

“Fauci vendió la ilusión de un consenso científico a medios corporativos acerca de la fuga del laboratorio como una conspiración,” señaló recientemente en Twitter el Dr. Jay Bhattacharya, profesor de medicina, economía, y salud pública en la Universidad Stanford. “Ellos aceptaron su palabra como si fuera un evangelio. ¿Por qué?

Esa es una pregunta importante.

Pocos en el gobierno o los medios parecían tomar en consideración que Fauci puede haber tenido un incentivo para ofuscar la verdad, pues su propia agencia había financiado una organización de salud con lazos directos y financiamiento para la investigación del Instituto de Virología de Wuhan, que puede haber causado una pandemia global, matando a millones.

En vez de eso, Fauci fue tratado, en diversos momentos, como una estrella de rock, una celebridad, y un dios.

“Soy una fanática de Fauci,” dijo a borbotones Nicole Wallace de la MSNBC, hablando por muchos.

“EL DESTRUCTOR DE UNA CIVILIZACIÓN”

Wallace y muchos otros habrían hecho bien si prestaran atención a los consejos del historiador fallecido Paul Johnson, quien advirtió que deberíamos tener cuidado con intelectuales y evitar darles poder.

“Una de las principales lecciones de nuestro siglo trágico, que ha visto a tantos millones de vidas inocentes ser sacrificadas por esquemas para mejorar la suerte de la humanidad, es – cuidado con los intelectuales,” escribió Johnson en Intellectuals: From Marx and Tolstoy to Sartre and Chomsky [Intelectuales]. “No sólo ellos deberían ser mantenidos lejos de las palancas del poder, también deberían ser objetos de una sospecha particular cuando buscan ofrecer un consejo colectivo.”

Johnson no emitió esta advertencia acerca de los intelectuales porque son inherentemente malas personas. Lo que vio fue el problema identificado por el economista ganador del premio Nobel F.A. Hayek: que a menudo los intelectuales son empoderados por el estado con amplios derechos colectivos de toma de decisiones, que creen poseer un conocimiento que, en realidad, no tienen.

“Para que el hombre no haga más mal que bien en sus esfuerzos por mejorar el orden social, deberá aprender que aquí, como en todos los demás campos donde prevalece la complejidad esencial organizada, no puede adquirir todo el conocimiento que permitirá el dominio de los acontecimientos,” escribió Hayek.

“El reconocimiento de los límites insuperables de su conocimiento debiera enseñar al estudioso de la sociedad una lección de humildad que lo protegiera en contra de la posibilidad de convertirse en cómplice de la tendencia fatal de los hombres a controlar la sociedad, una tendencia que no sólo los convierte en tiranos de sus semejantes sino que puede llevarlos a destruir una civilización no diseñada por ningún cerebro, alimentada de los esfuerzos libres de millones de individuos.”

Los estadounidenses ignoraron estas advertencias, y los resultados fueron catastróficos.

Ahora luce posible que el gobierno de Estados Unidos estuviera financiando la propia investigación que causó la pandemia global del Covid-19 – y pasó año y medio tratando de ocultarlo. Si es verdad, representaría dos de los más grandes escándalos en la historia moderna.

La pregunta es, ¿alguna vez se responsabilizará a alguien de ello? La historia sugiere que eso es poco posible.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.