ROMPIENDO CINCO MITOS DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Por Madeleine Kearns
National Review
2 de marzo del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es madeleine kearns, national review, gender, March 2, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente subrayados en el texto.

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Al hacer un escrutinio de las alegaciones de la ideología de género, pronto se hace evidente qué tan incoherentes son. Por un lado, se nos dice que hombres y mujeres son lo mismo – que las diferencias que observamos en resultados profesionales y comportamiento sexual son el resultado de estereotipos sexistas. Y, sin embargo, ellos son diferentes; y hombres pueden realmente ser mujeres y mujeres pueden realmente ser hombres, al apropiarse de estereotipos del sexo opuesto.

Por años, editores y periodistas del New York Times han estado desinteresados en ideas escépticas del transgenerismo, descartándolas como intolerancia. Eso está empezando a cambiar, al escribir acerca de eso en la próxima edición de la revista. Pero, ¿qué les tomó tanto tiempo?

En el 2018, cuando acríticamente el Times estaba circulando mitos transgénero, nosotros en el National Review estábamos batallando contra la desinformación. Y esta es sólo una de las muchas áreas en que el National Review ha luchado por ser una voz de la verdad y razón. Esta semana, y por esta razón, estamos pidiendo el apoyo de nuestros lectores -donaciones de cualquier monto- para que nos ayuden a continuar nuestra misión. Sus contribuciones a estos maratones en la red, y por supuesto sus suscripciones de NRPlus, nos ayudan a hacer lo que hacemos.

He aquí sólo algunos de los mitos que hemos roto hasta el momento.

MITO 1: TODOS TENEMOS UNA “IDENTIDAD DE GÉNERO”

La teoría de la identidad de género se originó con experimentos clínicos en psiquiatría y cirugía en la segunda mitad del siglo XX. Luego, esta teoría evolucionó hacia una ideología de género en la década de 1990, bajo la influencia de académicos izquierdistas. Entró en la corriente principal por vía de la internet en los años de la década del 2010 y, con ayuda de activistas y cabilderos políticos, se convirtió en el movimiento transgénero moderno. En su manifestación actual, la ideología de la identidad de género sostiene que todo mundo tiene una “identidad de género” -un sentimiento interno de ser hombre, mujer, o algo más- que es diferente del sexo y capaz de anularlo.

En la jerga activista, una persona que acepta su sexo anatómico es “cisgénero,” mientras que una persona que rechaza su sexo anatómico es “transgénero.” Sin embargo, en realidad, una persona que rechaza su sexo anatómico (esto es, la realidad) está mentalmente perturbada -mereciendo una ayuda compasiva- mientras que una persona que acepta su sexo anatómico no lo está.

Esto es lo que Ray Blanchard, un sexólogo, explicó en el 2019, durante una entrevista con el National Review. Blanchard considera la “identidad de género” siendo un concepto inútil para “gente normal,” pues la “identidad de género cruzado es una preocupación constante, y de infelicidad, acerca del género del individuo” y no, como alegan los activistas, “una identidad de género normal que se ha encontrado a sí misma almacenada en el cuerpo equivocado.”

MITO 2: LOS BLOQUEDORES DE LA PUBERTAD SON SEGUROS Y TOTALMENTE REVERSIBLES

En el sitio en la red del Servicio Nacional Británico de la Salud (NHS por sus siglas en inglés), cuya principal clínica juvenil de género fue cerrada a principios de año luego de que una investigación independiente confirmó preocupaciones acerca de la seguridad del paciente, se leía con anterioridad que: “Los efectos de tratamiento con análogos de GnRH [bloqueadores de pubertad] eran considerados como siendo reversibles a plenitud, así que usualmente el tratamiento puede detenerse en cualquier momento.”

Pero, en el 2020, el NHS cambió la entrada en ese sitio para reflejar la realidad de que “poco se sabe acerca de los efectos colaterales de largo plazo de la hormona o bloqueadores de pubertad en niños con disforia de género.”

Pero, ¿qué les tomó tanto tiempo?

Susan Bradley, una psiquiatra de niños con 40 años de experiencia e investigación clínica, le dijo al National Review en el 2018 que “sabemos por diversos estudios que alrededor de un 80 por ciento de niños con disforia de género desistirá de la identificación de sexo cruzado en la infancia, para identificarse con su sexo natal. La mayoría de aquellos crecerá para ser gai o lesbiana; también, una minoría substancial ha sido diagnosticada con autismo.”

Por años, nosotros en el National Review hemos reconocido al llamado “botón de pausa” en el contexto de “afirmación del género” por lo que realmente es – un botón nuclear.

MITO 3: EXISTE CONSENSO MÉDICO A FAVOR DE “CUIDADO EN LA AFIRMACIÓN DE GÉNERO”

El subsecretario de salud de Biden, Rachel (anteriormente Richard) Levine, insiste falsamente que existe consenso médico que favorece las transiciones medicalizadas de menores. Alega él que, “No hay argumento entre profesionales de la medicina.” Esa es una falsedad insostenible en el 2023, cuando hasta el New York Times concede que dentro del campo hay una “Batalla sobre la Terapia de Género.”

En el National Review, hemos estado siguiendo estrechamente por años el debate de la profesión médica, haciendo ver los desarrollos recientes en Suecia, Gran Bretaña, y diversos estados de Estados Unidos, al moverse más hacia un enfoque basado en evidencia.

MITO 4: LA DISFORIA DE GÉNERO DE INICIO RÁPIDO PUEDE SER DESCARTADA COMO “PROPAGANDA ANTI TRANS”

Cuando la doctora en medicina y profesora asistente de la universidad Brown, Lisa Littman, planteó la idea de contagio social como un factor tras el súbito aumento en la identificación transgénero entre niñas jóvenes sin historia previa de disforia de género, muchos medios descartaron su trabajo como “propaganda anti trans.” En el National Review respondimos de manera diferente. Tan pronto como empezó la controversia, investigamos el fenómeno, el cual se encontró ser creíble. El contagio social ahora es ampliamente aceptado entre médicos clínicos, que lo citan como razón para apoyar un enfoque más cauteloso en el trato de jóvenes angustiados por el género.

MITO 5: LOS SUPRESORES DE HORMONAS EMPAREJAN EL CAMPO ENTRE ATLETAS HOMBRES Y MUJERES

El estribillo del activista de que “mujeres trans son mujeres,” fin de la discusión, es, tal vez, más obviamente absurdo en el contexto de los deportes, cuando hombres son desprovistos de sus ropajes de mujer y claramente muestran sus ventajas en fuerza y velocidad. Los activistas han tratado de evitar eso, alegando que supresores de hormonas revierten de alguna forma las ventajas otorgadas por la juventud masculina. Dejando de lado la idea sexista de que un hombre incapacitado o mediocre puede ser hecho equivalente a una mujer, no hay evidencia que apoye aquella afirmación. En efecto, el único estudio citado para apoyarla ha sido plenamente desacreditado.

De hecho, sólo al ver a Lia Thomas aplastar a sus competidoras mujeres -como lo hice, en un viaje de reportaje del National Review- es suficiente para descreditar ese mito.

¿Son mujeres las mujeres trans? ¿No es el sexo binario? ¿Negarse a “afirmar” una identidad transgénero probablemente resultará en suicidio?

En el National Review estamos comprometidos a exponer los mitos de ideólogos del género por lo que son. Pero, sólo somos capaces de hacerlo gracias a usted, nuestros lectores generosos. Su apoyo nos ayuda a armarnos en esta lucha contra la desinformación. Por favor, considere contribuir a este maratón en la red.

Madeleine Kearns es escritora de planta en el National Review y compañera visitante del Foro de Mujeres Independientes.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.