PRUEBA DE QUE LOS PROGRESISTAS OCCIDENTALES AMABAN AL ESTALINISMO Y AL MAOÍSMO, A PESAR DE SUS HORRORES

Por Jonathan Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Lunes 13 de febrero del 2023

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Los socialistas modernos pueden preferir distanciarse de Stalin y Mao, pero los progresistas estaban cantando una tonada muy diferente en el siglo XX.

Recientemente tuve la oportunidad de viajar hasta la Escuela de Derecho de la Universidad Texas Tech para debatir acerca de los méritos del capitalismo versus el socialismo, con Ben Burgis, un columnista de la revista Jacobin e instructor de filosofía en el Perimeter College de la Universidad del Estado de Georgia.

Fue una discusión fascinante, y espero que los estudiantes salieron no sólo con una mejor comprensión de los horrores del socialismo, sino de la moral inherente al capitalismo, un sistema que descansa en la acción voluntaria. en vez de la fuerza y coerción estatal.

Hay muchos asuntos en los que Ben y yo estuvimos en desacuerdo, incluyendo su afirmación de que Venezuela no era en realidad un estado socialista, a pesar de la amplia nacionalización de industrias privadas. Intento enfrentar este alegato en el futuro, pero, por el momento, me gustaría enfocarme en la insinuación de Ben de que ambos, el Estalinismo y el Maoísmo, tampoco eran modelos verderamente socialistas.

Ben aseveró que lamentaba que gran parte del debate involucrara discusiones alrededor de la URSS, pues él no estaba defendiendo el socialismo a lo largo de esas líneas. Puesto que socialistas y progresistas respetables hoy no defienden esos sistemas, ¿para qué hablar de ellos?

Entiendo por qué Ben no desearía discutir sobre sistemas que hicieron pasar hambre y ejecutaron a millones de personas, y dije ese tanto durante el debate. Pero, es importante entender lo que socialistas y progresistas de la época -quienes, a diferencia de Ben no tuvieron la ventaja de la retrospectiva- pensaron de ellos. Y la verdad es, ellos los amaban.

“UNA MIRADA DE BONDAD INEFABLE”

En su último libro In Defence of Capitalism, el Dr. Rainer Zitelmann hace una crónica con un detalle meticuloso de cuán enamoradas estuvieron las élites de Occidente con Lenin y el Estalinismo, alabando al sistema violento y opresivo en un lenguaje hagiográfico. He aquí tan sólo unos pocos ejemplos.

“La realidad de la ‘República Soviética es, para mi consciencia, uno de los mayores y más gratificantes acontecimientos. Porque aquí, por primera vez en 2.000 años, se está llevando a cabo un intento muy honesto de llevar justicia al mundo por medio de la energía. Si muero mañana, el pensamiento de este fenómeno aislado en el medio de un mundo tímido y atrasado será el último, la única consolación.” ̶ Alfred Kerr (1933), escritor y crítico de teatro alemán.

“Historiadores futuros bien pueden considerar la lucha por la colectivización rusa como un período heroico en el progreso humano… La sección atrasada de la población tendría la oportunidad de escoger lo que más necesitaba; esto es, educación… igualmente, las mujeres tendrían la oportunidad para el ocio y la libertad… sí o no los pueblos prefirieron su suciedad e ignorancia al Progreso, el Progreso sería impuesto sobre ellos.” ̶ Walter Duranty, corresponsal en Moscú del New York Times.

“He ahí trabajadores felices, pues son hombres y mujeres a plenitud… Los sueños, el pensamiento, el amor, colaboran en la empresa tediosa de hacer repuestos eléctricos, puesto que esos trabajadores no están trabajando para un patrón.” ̶ Waldo Frank, historiador y crítico literario estadounidense.

“[En la Tumba de Lenin] está la única persona en el mundo que no está dormida… él es el hermano paterno quien realmente está cuidando a todos. Aunque usted no lo conoce, él lo conoce a usted y está pensando en usted.” ̶ Henry Barbusse, escritor francés.

No es sólo que el sistema soviético que estos individuos estaban alabando no era una utopía; eso sería perdonado, Lo que es asombroso es que esos comentarios hagiográficos se usaron para describir un sistema asesino que gobernó mediante el terror y hambreó a millones de personas.

Muchos pensarían que los horrores del Estalinismo habrían llevado aún a firmes marxistas lejos del socialismo. No obstante, tal no es el caso. En su obra magna Modern Times [Tiempos modernos], el fallecido Paul Johnson mostró exactamente cuán enamorados estaban los intelectuales de Occidente con el Maoísmo, escasamente una generación después de los horrores del Estalinismo.

La filósofa francesa Simone de Beauvoir testificó que “la vida en China [bajo Mao] es excepcionalmente placentera,” David Rockefeller alabó “el sentido de armonía nacional” bajo Mao, arguyendo que su revolución había tenido éxito “no sólo en producir una administración más eficiente y dedicada, sino, también, en promover una moral alta y comunidad de propósito.”

Johnson señaló que los intelectuales se daban cuenta de los horrores del Estalinismo, pero, se habían autoconvencido que el socialismo finalmente había tenido éxito en una parte importante debido al “genio extraordinario de Mao.”

“’Él era,’ escribió Jan Myrdal, ‘tercero en fila con Marx y Lenin, y había resuelto el problema de cómo ‘se puede evitar que la revolución degenere.’ Él ‘combinaba,’ escribió un científico político estadounidense, ‘cualidades que rara vez coexisten en un ser con tal intensidad.’ Han Suyin afirmó que, a diferencia de Stalin, Mao es extremamente paciente, y cree en el debate y la reeducación,’ y tenía ‘una preocupación siempre presente con la aplicación práctica de la democracia.’ …Felix Greene creía que el hambre de poder había sido eliminada y que ‘no había evidencia de ese maniobrar por el poder o de la rivalidad personal que hemos visto tan a menudo en el Kremlin. Mao no era sólo un soldado, un líder, un poeta, filósofo, maestro, pensador y carismático: también era una especie de santo.”

Si usted piensa que Johnson está exagerando que muchos vieron en Mao como un santo, considere esta cita del famoso comunista cristiano, Hewlett Johnson.

“[Yo vi en Mao] algo que ninguna imagen jamás haya capturado, una mirada inexpresable de bondad y simpatía, una preocupación obvia por las necesidades de otros… estas formaban el contenido profundo de sus pensamientos,” escribió él.

Esta figura santa, bondadosa, fue el mayor asesino en masa de la historia, al dar cuenta de las muertes de no menos de 45 millones de personas entre 1958 y 1962, y posiblemente tantos como 65 millones.

“UN SIGLO DE FRACASO”

Esto es sólo una muestra de citas de intelectuales alabando los sistemas socialistas bajo Stalin y Mao. Usted puede encontrar muchos ejemplos más en el libro del 2019 Socialism de Kristian Niemietz.

De nuevo, yo entiendo por qué Ben Burgis, como la mayoría de socialistas, preferiría ignorar esta historia sangrienta.

Pero, la noción de que marxistas “verdaderos” no apoyarían el socialismo de Mao, Stalin, Lenin, o Pol Pot -quien, como lo señalé en el debate, literalmente estudió marxismo y estalinismo como estudiante en París en los años cincuenta y fundó una organización estudiantil marxista-leninista (El “Círculo Marxista”)- es desmentida por el registro histórico.

Es fácil, por supuesto, rechazar estos sistemas en retrospectiva. Pero, eso no cambia el hecho de que ha fracasado cada uno de los sistemas políticos basados en las ideas de Karl Marx a lo largo del último siglo, como lo expone Niemietz.

“Durante los últimos cien años, ha habido más de una docena de intentos de construir una sociedad socialista. Ha sido intentado en la Unión Soviética, Yugoeslavia, Albania, Polonia, Vietnam, Bulgaria, Rumanía, Checoeslovaquia, Corea del Norte, Hungría, China, Alemania Oriental, Cuba, Tanzania, Benín, Laos, Argelia, Yemen del Sur, Somalia, el Congo, Etiopía, Camboya, Mozambique, Angola, Nicaragua y Venezuela, entre otros. Todos estos intentos han terminado en distintos grados de fracaso. ¿Cómo puede una idea, que ha fallado tantas veces, en tantas variantes diferentes y en tantos ambientes tan radicalmente diferentes, sea aún tan popular?”

El futuro del socialismo depende de auto distanciarse de estos fracasos, que es precisamente la razón de por qué los socialistas quieren enterrarlos en el pasado.

Cuántos socialistas son capaces de pasar por alto el terror y los asesinatos en masa de estos sistemas es otra historia más amplia. Pero, tal como he escrito anteriormente, requiere una impresionante cantidad de disonancia cognitiva.

Este artículo se adoptó de una carta al correo electrónico del FEE Daily.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.