CHINA: UNA CASA DIVIDIDA

Por Michael Munger
American Institute for Economic Research
31 de enero del 2023

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es michael munger, american institute for economic research, China, January 31, 2023. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Ha habido aseveraciones de que el enorme crecimiento económico de China y una prosperidad ampliamente compartida son resultado de virar hacia el capitalismo. Pienso que eso no es cierto; China no es capitalista.

Por supuesto, eso depende de tener una definición de capitalismo clara, y eso simplemente no es aplicable a todas las naciones. También, requiere una definición que no es tan ingenuamente ambiciosa como para que ninguna nación pueda satisfacer las condiciones para calificar como verdaderamente capitalista, debido a la tendencia hacia el amiguismo en las democracias.

He llegado a pensarlo en términos de círculos concéntricos, cada uno más pequeño, y plenamente contenido dentro de la categoría más amplia. Para mí, las categorías son las relaciones de intercambio, las sociedades de mercado, y el capitalismo. Todas las sociedades capitalistas son sociedades mercado, y usan relaciones de intercambio. Pero, muchas sociedades de mercado no son capitalistas.

El gráfico referido puede verse en michael munger, american institute for economic research, China, January 31, 2023.

LAS RELACIONES DE INTERCAMBIO
El intercambio es un medio para mejorar el bienestar de ambas (todas) partes en un intercambio, si el intercambio es voluntario. He escrito cantidad de artículos (este, y este) acerca de la naturaleza de intercambios “verdaderamente voluntarios,” o euvoluntarios. Un intercambio que no es voluntario, sino obligado por agencia humana, es un robo. Tales intercambios pueden parecer voluntarios si se convierten en rutina con el paso del tiempo, como el caso del “bandido estacionario” de Mancur Olson.

El intercambio voluntario debe dejar mejor a quienes intercambian, pues ellos no están obligados al intercambio y, sin embargo, eligen hacerlo. Son tres las bases del intercambio voluntario:

1. Preferencias diferentes, mismas dotaciones

2. Diferentes dotaciones, mismas preferencias

3. La división y especialización del trabajo que crea lo que parece como dotaciones diferentes, en esteroides

Más simplemente, si a mí me gustan los bananos y a usted las naranjas, y ambos tenemos bananos y naranjas, entonces, yo cederé algunas de mis naranjas a cambio de sus bananos, y ambos estamos mejor, aún con la misma cantidad de cosas. Si tengo muchos bananos, y usted tiene muchas naranjas, y a ambos nos gusta la ensalada de frutas, de nuevo, intercambiamos y ambos estamos mejor.

El ejemplo en verdad interesante es aquel descrito por Adam Smith y David Ricardo, resultante de la división del trabajo y la ventaja comparativa. Si todos nosotros somos clones, pero especializados, pronto tendríamos más cosas que si cada cual supliera sus propias necesidades individuales, Y, aún más, si esa especialización fuera guiada por diferencias en dotaciones, clima, recursos naturales, y habilidades locales, el aumento en la cantidad total de productores disponibles se redobla y redobla de nuevo.

Es posible que el intercambio haya sido frecuente en los primeros días de los clanes y tribus humanas de cazadores y recolectores. Grupos de 150 recorriendo el terreno posiblemente podrían encontrar la mayoría de lo que necesitaban, Pero, alguna gente aprendió a hacer ropa, y otros aprendieron cómo hacer puntas de flecha y atar esas piedras afiladas a palos para hacer lanzas. La división del trabajo, aún a este nivel, recompensó a tribus que promovieron la especialización interna, de forma que el grupo podía aumentar su producción total.

Pero, como lo observó Adam Smith, la división del trabajo está limitada por la extensión del mercado. Así que, la presión por expandir el comercio más allá de la especialización interna en una tribu, creaba recompensas al figurarse cómo multiplicar las transacciones a distancias mayores y números más amplios de personas que se pueden especializar.

LAS RELACIONES DE MERCADO
El intercambio, en el sentido de trueque, es engorroso, y los costos de transacción pueden afectar todos los intercambios excepto los más sencillos. El trueque requiere una “doble coincidencia de deseos,” en donde yo quiero lo que usted tiene, pero sólo podemos intercambiar si sucede que tengo algo que usted quiere a cambio, y que nos podamos encontrar el uno con el otro.

Los mercados son un subconjunto de relaciones de intercambio en donde han emergido instituciones, o, tal vez, sido creadas, para reducir los costos de transacción de un extenso intercambio impersonal y geográfico. Alguna moneda ampliamente aceptada, un sistema de contabilidad, un sistema compartido de pesos y medidas, y un sistema para resolver disputas sobre ruptura de contratos usando reglas que sean consistentes y predecibles, todos ellos transforman un intercambio simple en algo totalmente diferente. Los mercados facilitan el grado de división del trabajo para llegar a una mayor elaboración, y crear un crecimiento mucho más rápido en la riqueza de los participantes en el mercado. La observación de Adam Smith de que la división del trabajo está limitada por la extensión del mercado, es un reconocimiento de que los rendimientos crecientes no son sólo la fuente de riqueza, sino requisito para que la sociedad comercial evolucione instituciones que manejen un volumen de comercio incrementado, y la mercantilización de muchos aspectos de la actividad humana.

EL CAPITALISMO
La restricción a la expansión de los mercados es parcialmente la dificultad de extender normas comerciales compartidas en distancias físicas y culturales. Pero, los mercados y su consecuente división del trabajo, también pueden ser frenados por una carencia de capital líquido. Capital físico es edificios, maquinarias, herramientas y tecnología que aumentan la productividad de la mano de obra e impulsan la creación de productos y servicios. Capital líquido es el producto del ahorro, o consumo pospuesto, que permite a empresarios usar valor abstracto en forma de dinero para dar forma física a sus concepciones de producción. El genio del capitalismo en Estados Unidos puede verse en el Valle del Silicón o en Wall Street, en que “inversionistas de capital de riesgo” aceptan acciones de propiedad en una empresa potencial, luego de que ellos brindan la liquidez que los fundadores de las empresas necesitan para dar forma y estructura física a sus ideas. Esta conversión de la estructura de capital desde la forma líquida, que podía invertirse en cualquier parte, hacia una forma física, que es ahora un riesgo pues no puede fácilmente convertirse de regreso en dinero efectivo, es tanto la fuente de las ganancias como la fuente del riesgo en un sistema capitalista.

Sin embargo, también el capitalismo crea concentraciones de poder económico, debido a la habilidad de inversionistas y empresarios exitosos de reunir grandes cantidades de riqueza. La propiedad en un sistema capitalista es tanto el mecanismo para conseguir capital líquido -al vender acciones que son derechos contra el valor de las ganancias futuras- como un medio de controlar recursos sustanciales independientemente de la dirección y control estatal. La propiedad privada de las herramientas y materiales que caracteriza un sistema de mercado es, en una escala mucho menor que la propiedad de la tierra y una participación mayoritaria en acciones de sociedades anónimas. Países que no tienen una forma corporativa de propiedad privada es posible que tropiecen con limitaciones de capital, pues es difícil generar liquidez en una escala, y en un marco de tiempo, que permita la explotación exitosa de oportunidades de tener ganancias.

ASÍ QUE, ¿ES CHINA CAPITALISTA?
Lo que me lleva de regreso a la pregunta planteada al inicio: ¿Es China capitalista? La respuesta es NO; China es un sistema de mercado comercial, pero no es capitalista. El enorme incremento en la riqueza total de China, y la naturaleza ampliamente distribuida de ese aumento en la prosperidad, que resultó en una declinación sin precedentes de la pobreza, fueron producto de adoptar reformas de mercado empezando en 1978. Había alguna esperanza de que China podría continuar evolucionando en dirección del capitalismo, pero el gobierno ha visto (correctamente) que el capitalismo verdadero crearía lo que es, de hecho, centros de poder compensatorios en concentraciones de riqueza grandes en manos de propietarios de las empresas.

Los mercados son sistemas que producen riqueza y reducen fuertemente la pobreza. El capitalismo es un sistema para conseguir capital líquido y crear centros de poder compensatorios que restringen las aspiraciones totalitarias del gobierno. En tanto el estado chino sea primordialmente centralizado y totalitario, el capitalismo estará bloqueado. Pero, eso significa que el crecimiento económico chino se verá estrangulado, al restringirse más y más el capital.

Parafraseando a Abraham Lincoln, el estado comercial chino no puede permanecer divido contra sí mismo. China no cesará de existir, pero dejará de estar dividida. Llegará a ser totalmente autoritaria, o llegará a ser capitalista.

Michael Munger es profesor de Ciencia Política, Economía y Política Pública en la Universidad Duke y compañero sénior del American Institute for Economic Research. Sus títulos son de Davidson College, Washington University en St. Louis y Washington University. Los intereses de investigación de Munger incluyen regulación, instituciones políticas y economía política.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.