EL MOMENTO DECISIVO DE PERÚ- CORRECTAMENTE SU GOBIERNO PREVIÓ UN GOLPE IZQUIERDISTA ILEGAL

Por Álvaro Vargas Llosa
Instituto Independiente
30 de diciembre del 2022

Usted no duda al ver las imágenes impactantes que vienen de Perú. Manifestantes violentos han incendiado edificios gubernamentales, obligado a cerrar aeropuertos, secuestrado oficiales de policía, atacado oficinas de medios, saqueado negocios, invadido fábricas, y bloqueado carreteras y rutas de acceso a centros de distribución de alimentos. Al menos siete personas han perdido la vida y cientos heridas.

Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido han expresado apoyo a Dina Boluarte, primera mujer presidenta de Perú, y pidieron un fin al pandemonio. La Sra. Boluarte ha declarado un estado de emergencia, pero no es claro si eso será suficiente para contener la violencia bien organizada.

La Sra. Boluarte, la anterior vicepresidenta, asumió el cargo luego que Pedro Castillo, su predecesor, fue impugnado por el Congreso de Perú y removido del cargo luego de un intento de “autogolpe” temprano este mes, que habría convertido a Perú en una dictadura. Ahora, él ha sido detenido y está bajo investigación.

Al contrario de la narrativa que vende la izquierda extrema de Perú, con la ayuda de los gobiernos populistas de la izquierda de México, Colombia, Argentina y Bolivia, el Sr. Castillo no es una víctima. El Sr. Castillo intentó destruir las instituciones democráticas de Perú al disolver el Congreso y el poder judicial y gobernar por decreto. Él ordenó el arresto de fiscales que lo investigaban. Y su llamado a una asamblea constituyente para reescribir la constitución tenía un único y sólo propósito: aumentar su poder, a la vea que reducía aquel de cualquiera que pudiera desafiarle.

Todas las medidas eran ilegales, reminiscentes del pasado trágico de Perú, cuando una secuencia de golpes y autogolpes impidió que echara raíz la regla de la ley. Afortunadamente para Perú, este intento más reciente fracasó.

Un anterior funcionario del sindicato de maestros cercano a MOVADEF -un frente de Sendero Luminoso, la organización terrorista maoísta- el Sr. Castillo se postuló para la presidencia en el 2021, como candidato por el mal llamado partido Perú Libre, otro grupo marxista-leninista.

Su campaña giró alrededor de una promesa de reescribir la constitución. Aunque ganó estrechamente, su promesa de rehacer la constitución instauró el temor en millones de peruanos, y no sólo entre quienes apoyaban a su oponente, Keiko Fujimori, hija de otro expresidente.

El temor se justificaba pues otros países latinoamericanos habían seguido el mismo rumbo, por el que los populistas de la izquierda extrema ganan el poder a través de medios electorales legítimos y después desmantelan las instituciones políticas democráticas y el sistema legal del país y concentran el poder permanentemente en sus propias manos.

Bajo la ley actual, la constitución de Perú puede reformarse sólo por el Congreso, en donde el Sr. Castillo y sus aliados no ganaron una mayoría. Una vez en el poder, buscó vías alrededor de este impedimento, mientras Vladimir Cerrón, jefe del partido Perú Libre, estaba ocupando alrededor del país colocando sus peones en posiciones claves.

Durante su año y medio de gobierno, el Sr. Castillo estuvo implicado en más escándalos de corrupción de lo que acumularon en cinco años muchos de sus corruptos predecesores. Pero, él logró evitar el proceso de destitución, en parte porque sobornó a varios miembros del Congreso.

Luego, el fiscal general de Perú formuló cargos de corrupción contra él, el primero para un presidente en ejercicio, y su popularidad se desplomó. Más temprano en este mes, decidió llevar a cabo un golpe, esperando apoyo de las fuerzas armadas. Falló en su cálculo. Los militares y la policía se rehusaron a obedecer, conduciendo a su arresto.

Las cortes han determinado que él permanezca en prisión preventiva en tanto se le investiga.
La crisis ha desatado acciones violentas de extremistas, en particular en el sur, con autócratas y autócratas potenciales de Latinoamérica, incluyendo los cuatro gobiernos antes mencionados, así como Venezuela y Cuba, alimentando los fuegos desde el exterior.

Queda claro al hablar con mis muchos contactos alrededor de la región, que la izquierda latinoamericana ha sufrido un serio retroceso en un país decisivo en América del Sur ̶ y ella lo sabe. Su respuesta ha sido interferir descaradamente en los asuntos de Perú del lado de un corrupto dictador potencial.

Este es un momento crucial para la democracia liberal en Perú, ahora escena de una batalla clave en América Latina. Si los populistas autoritarios logran su objetivo, habrán ganado un aliado importante; si no lo logran, la democracia sobreviviente en Perú puede inspirar un maremoto de movimientos anti populistas, interesados en revertir una tendencia peligrosa que ha puesto a la región en camino de la dictadura y miseria económica.

También publicado en el Washington Times, el jueves 29 de diciembre del 2022

Álvaro Vargas Llosa es un compañero senior en el Independent Institute.