LAS PALABRAS ESCALOFRIANTES DE HITLER ACERCA DE MEDIOS Y FINES

Por Jonathan Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Lunes 19 de diciembre del 2022

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No es una coincidencia que la filosofía de Hitler condujera a las muertes de millones de personas.

La primera biografía que alguna vez leí acerca de Adolfo Hitler fue el libro de John Toland de 1976, Adolfo Hitler, que conseguí en la universidad.

Si bien desde ese entonces he leído cosas aquí y allá de Hitler y los nazis, nunca sentí la necesidad de estudiar seriamente el tema de nuevo, pues el libro de Toland fue muy penetrante y comunicativo. (Y, enfrentémoslo: el tópico es muy feo y obscuro).

No obstante, hace poco recibí el nuevo libro del Dr. Rainer Zitelmann, Hitler’s National Socialism, y a pesar mío, de nuevo me encontré escarbando en la mente de Hitler. Es un lugar escalofriante en donde estar, para ser franco; pero, una ventaja del libro de Zitelmann es que brinda un análisis increíblemente perspicaz de las ideas de Hitler.

Si bien no he terminado de leer el libro -el 2022 ha sido un año algo ocupado- desde ya le estoy dando dos pulgares arriba.

Aunque se han escrito decenas de miles de libros acerca de Hitler, pocos parecen sondear seriamente las ideas del Führer. Los autores tienden a enfocarse más en su personalidad, discursos, y psicología; la batallas que libró, los errores que cometió, las características que le permitieron a él seducir una nación para elevarse al poder.

Por supuesto que todas estas cosas valen la pena que se examinen. Pero, siempre me ha parecido que la ideas de le dieron forma e impulsaron a Hitler han recibido poca atención de los historiadores. Tal no es el caso del libro de Zitelmann.

Zitelmann obtuvo su doctorado en filosofía hace más de 35 años, luego de completar su tesis acerca del Führer -Hitler; The Policies of Seduction- y es visible. Los lectores aprenden lo que Hitler pensó acerca de acontecimientos históricos claves, escritores que le influenciaron, y -más importante- la filosofía que emergió a partir de ellos.

Los historiadores seguirán discutiendo acerca de si Hitler fue en verdad un “socialista” (aún cuando la palabra “socialista” aparece en el nombre de los nazis). Eso está bien. Lo que es innegable es que Hitler era un colectivista que vio los derechos del individuo como subordinados al estado. Esto contrasta claramente con la tradición liberal clásica/estadounidense, que sostiene que el estado existe con el único fin de proteger los derechos de los individuos.

Si bien difícilmente esta observación es nueva, es una que surge, una y otra vez, en el libro de Zitelmann, el cual explora profundamente la Weltanschauungde Hitler (en esencia, la palabra en alemán para visión o filosofía de la vida).

Uno de los mejores ejemplos de la Weltanschauung de Hitler se puede encontrar en su idea acerca de medios y fines. Durante una conversación con Joseph Goebbels el 23 de febrero de 1937, Hitler alardeó acerca de su “gran logro.”

“De nuevo le enseñé al mundo a diferenciar entre los medios y el fin,” le dijo Hitler al ministro de propaganda nazi.

El fin, dijo Hitler, era la vida de la nación, “todo los demás son sólo unos medios.”

No es una coincidencia que la filosofía de Hitler condujera a las muertes de millones de personas. Una visión del mundo que subordina los derechos de los individuos a los intereses del colectivo es una receta para el desastre, aún si el fin aparece como siendo virtuoso, noble, o íntegro.

En su libro de 1969, Let Freedom Reign, el fundador de la Fundación para la Educación Económica, Leonard Read, también discutió acerca de medios y fines. Un liberal clásico/libertario, Read arribó a una conclusión opuesta a aquella de Hitler, al señalar que los fines no pueden justificar los medios.

“Los fines, metas, objetivos no son sino la esperanza de cosas por venir… Ellas no son una parte de la realidad… a partir de las cuales podemos con seguridad tomar como estándares para la conducta correcta. No pueden más ser confiados como parámetros lo que son ensueños o vuelos de fantasía. Muchos de los actos más monstruosos en la historia humana se han perpetrado en nombre de hacer el bien ̶ en persecución de algún objetivo ‘noble.’ Ellos ilustran la falacia de que el fin justifica los medios.”

No tengo razón para pensar que Read alguna vez vio la cita de Hitler, pero, él entendió que debemos tener cuidado con quienes usarían medios injustos -fuerza, amenazas, coerción- para lograr sus fines.

La parte escalofriante es que Hitler puede haber estado en lo correcto en su alarde.

El mundo parece operar crecientemente con base en fines, no en medios. Hemos crecido confortables ante el monopolio estatal de la fuerza y extracción de riqueza, porque supuestamente creemos que sirve algún fin superior (menos pobreza, vidas salvadas, más orden, un populacho más educado, etcétera).

Leonard Read le diría a usted que tal no es el camino, y hasta puede señalarle algunas palabras del escritor Ralph Waldo Emerson, a quien él admiró grandemente.

“Causa y efecto, medios y fines, semilla y fruto no pueden ser separados, pues el efecto ya florece en la causa, el fin persiste en el medio, y la fruta en su semilla.”

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.