SEIS FORMAS EN QUE EL SOCIALISMO ES ANTISOCIAL

Por Lawrence W. Reed
Fundación para la Educación Económica
Domingo 4 de diciembre del 2022

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Si es voluntario, no es socialismo. Es así de sencillo.

He aquí una pregunta para una disertación de Ph.D: ¿Cómo, algo tan radicalmente antisocial, obtuvo alguna vez el nombre social-ismo?

Dejo este asunto tan irritante a quien quiera que desee escribir acerca de él. Entre tanto, puedo ayudar al proyecto ofreciendo algunas razones de por qué el socialismo es un artificio auto evidentemente antisocial.

Primero, ¿qué es el socialismo? En busca de una definición, los mismos socialistas ofrecen numerosos objetivos en movimiento. Por ejemplo:

Es charla feliz y compartir cosas, aún cuando bajo el socialismo hay menos que compartir y ser felices con ellas.

Son cosas gratis, hasta que nos pasan la cuenta.

Es el estado de bienestar, en donde políticos la pasan bien y el resto de nosotros paga el precio. (Ver “John Calhoun’s Mouse Utopia and Reflections on the Welfare State”).

Son filas para obtener el pan que nos juntan a todos, de alguna forma. Recuerde que Bernie Sanders proclamó, en una ocasión, que gente haciendo fila para obtener comida en países comunistas era una bendición disfrazada.

Es la propiedad gubernamental de los medios de producción para que la economía pueda zumbar con la eficiencia del Departamento de Vehículos.

Es cuando los trabajadores manejan las fábricas en las que alguien más invirtió.

Es cuando élites ignorantes le dicen a la economía qué hacer.

Es Escandinavia (que no sea socialista).

Es una utopía comunitaria en donde todo mundo, independientemente del esfuerzo, logra una porción igual, hasta que casi se mueren de hambre. Los Peregrinos lo intentaron [en Estados Unidos] hasta que se vieron obligados a reemplazarla con propiedad privada. (Tambien, vea “The Dark Side of Paradise: A Brief History of America’s Utopian Experiments in Communal Living”).

Es Venezuela, o fue Venezuela, hasta que no funcionó.

Si parece que los socialistas en realidad no conocen lo que es, es sólo parcialmente verdadero. En la mayoría de los casos, ellos tan sólo no quieren que USTED sepa lo que es en realidad. Los mejores charlatanes son siempre los más listos.

El socialismo es correcta y ampliamente percibido como diametralmente opuesto al capitalismo. Así que posiblemente no pueden ser acciones de cuidar, compartir, dar y ser compasivo con el necesitado. ¡Hay demostrablemente más cuido, compartir, dar y compasión hacia los necesitados bajo el capitalismo!

Incluso cuando se trata de ayuda externa, los países capitalistas son los donantes y los países socialistas los receptores. Usted no puede desprenderse de algo o compartirlo con alguien, si usted, en primer lugar, no lo crea, y, del todo, el socialismo no ofrece una teoría de creación de riqueza, sino sólo de confiscación y consumo de la riqueza.

Otra forma de pensar acerca de las diferencias entre estos dos sistemas opuestos es esta: El capitalismo es lo que pasa cuando se le deja sola a gente libre y pacífica. En tal sentido, es natural y espontáneo. El socialismo no es nada más que planes presuntuosos de abusadores y sabelotodos que imponen esos planes a mano armada. En tal sentido, es antinatural, artificioso y oficioso.

Los socialistas son desafiados por las matemáticas: Son buenos en la división y la substracción, pero no se reconocen la suma o la multiplicación. Si su compañero de segundo grado le dice a usted que 3 + 2 = 1, usted sabe que es un futuro socialista. Por igual, si él le dice que los impuestos a los cigarrillos desalientan el fumado, mientras que los impuestos a la inversión, a la contratación o para iniciar un negocio sólo tienen efectos beneficiosos. El conocimiento económico de los socialistas es aún más deprimente: Piensan que la oferta y la demanda significan que la gente demanda y que el gobierno suministra.

En mi libro, Was Jesus a Socialist? hice volar las bombas de humo para revelar lo que en realidad es el socialismo:

“Es la concentración del poder en manos del Estado, que luego despliega la fuerza legal para uno o más de estos propósitos (y usualmente todos los tres en uno u otro grado): la redistribución del ingreso, la propiedad gubernamental de la propiedad, y la planificación central de la vida económica.”


Observe que los socialistas no se proponen lograr sus objetivos a través del consentimiento mutuo. No abogan por recaudar dinero para sus planes mediante la venta de pasteles o peticiones de caridad. La participación suya no es voluntaria. De principio a fin, la característica definitoria del socialismo no es tanto las promesas dirigidas a seducir, sino, más bien, el método por el que pone en práctica su agenda ̶ la FUERZA. Si es voluntario, no es socialismo. Es así de sencillo.

Ahora que sabemos que es el socialismo, ¿por qué es antisocial? Permítanme contarles las formas:

1. LOS PLANES DE LOS SOCIALISTAS SON MÁS IMPORTANTES QUE LOS SUYOS

¿Por qué? Porque ellos lo dicen. ¿No es esa una razón suficiente? “Entre más planifica el Estado,” escribió el economista austriaco F.A. Hayek, “más difícil se hace planificar para el individuo.” Pero, eso no les importa a los socialistas, pues lo que ciertamente tienen en mente es más noble de lo que sea que nosotros palurdos estemos pensando.

2. SIMULTÁNEAMENTE, LOS SOCIALISTAS SON SABELOTODOS Y NO SABEN NADA

Este es un logro notable, tal vez la contribución sin par del socialismo a la sociología. Aún si la propia vida del socialista es un desastre, conoce cómo manejar la de todos los demás. Aún si no cree que Dios existe, piensa que el Estado puede ser uno. Hayek, por igual, dio en el clavo en este tema al escribir: “La curiosa tarea de la economía es demostrar a los hombres lo poco que realmente saben acerca de lo que imaginan que pueden diseñar.” Los socialistas se imaginan que pueden diseñar casi cualquier cosa pero, como lo he explicado, ninguno podría hacer algo tan simple como un lápiz.

3. EL SOCIALISMO RECHAZA LA CIENCIA BIOLÓGICA

Nadie que niegue el cambio climático niega que el clima existe. Pero, los socialistas alegan que, si existe tal cosa como una naturaleza humana, ellos la pueden abolir y reinventar. Los humanos son individuos, sin dos iguales en todos los sentidos, pero los socialistas creen que pueden homogeneizarnos y colectivizarnos en una masa amorfa obediente. No les inquieta penalizar el éxito y logro individual aún si el resultado final fuera el empobrecimiento Creen que los seres humanos trabajarán más fuerte e inteligentemente para el Estado, que como lo harán para sí mismos o sus familias. Esto está más cerca de la brujería que de la ciencia.

4. LOS SOCIALISTAS LLAMAN A LA POLICÍA PARA TODO

¿Alguna vez notó usted que la agenda socialista no es una página llena de sugerencias útiles, o una lista de consejos de cómo vivir mejor? Cuando ellos están a cargo, usted no puede decir “No, gracias.” ¿Libertad de elección? ¡No, señor! Las ideas socialistas son tan buenas que, como dice el viejo dicho, ellas deben ser obligatorias e ideas que se le opongan ser censuradas. En lo más hondo de cada socialista, incluso entre los ingenuos, sino es que, también, entre los bien intencionados, un totalitario está luchando por salir. Eso es lo que, en su momento, los socialistas hacen con regularidad monótona, con la cual usted puede contar absolutamente. Cuando un capitalista compra una plataforma de medios sociales y la abre para todos los puntos de vista, son los socialistas quienes se enloquecen y demandan investigaciones.

5. EL SOCIALISMO ES ANTI CAPITAL

En su notable libro, Intellectuals [Intelectuales], el historiador británico Paul Johnson escribió una acusación abrasadora acerca del máximo gurú del socialismo, Karl Marx. Johnson cita a la propia madre de Marx haciendo ver, famosamente, que ella deseaba que su hijo Karl “acumulara algún capital en vez de sólo escribir acerca de él.” La Sra. Marx estaba en algo. Karl y sus acólitos, en uno u otro grado, le declararon la guerra al único generador más poderoso de la riqueza material que mejora las vidas de las personas ̶ es decir, la propiedad privada y su acumulación por individuos privados en busca de obtener ganancias, quienes invierten y crean y dan empleo. En donde sea que tal locura llega el poder, dirige a sus súbditos de regreso hacia la caverna.

6. EL CONFLICTO ES SU DIOS

Desde Marx a los socialistas del día de hoy, el conflicto lo es todo. Si no está presente, lo inventarán. Después de todo, cualquiera es ya bien una víctima o villano, un opresor o parte de los oprimidos. El conflicto es la forma en que la historia se desarrolla, nos dicen ellos. Y, como lectores de palmas de la mano y practicantes de las cartas del tarot, declaran que el futuro está de su lado. Esta perspectiva de siempre furiosos elimina un espíritu de gratitud, en especial hacia capitalistas. Los socialistas nunca se presentan ante un negocio del tamaño que sea exclamando “Gracias a usted por asumir riesgos, brindar productos y dar empleo a la gente.”

Imagínese que usted está en una fiesta de coctel e ingresa un aguafiestas detestable. Domina la conversación e irradia desdén por ideas diferentes. Sálgase de la raya y él amenaza con callarlo desde arriba hasta abajo. Le dice a toda persona lo que debería beber y les quita todo lo demás. Aburre al grupo con su arrogancia. Todo lo que dice es una simple pretensión de conocimiento que no sólo no conoce sino que tampoco le importa conocer. Él lo denuncia a usted por sus ambiciones y exige que usted cumpla con las suyas. Se apodera de sus cosas porque usted tiene más que él, o tan sólo porque así lo quiere. Rechace sus avances y él le echará los policías a usted. Es un charlatán con un bate de béisbol.

¿Diría usted que ese tipo era antisocial? Por supuesto que sí. Es tan antisocial como lo parece.

Por las mismas razones, lo es el socialismo.

Uno de los mejores economistas de todos los tiempos, Ludwig von Mises, escribió este elocuente resumen:

“Un hombre que elige entre beber un vaso de leche y un vaso de una solución de cianuro de potasio no elige entre dos bebidas; él elige entre la vida y la muerte. Una sociedad que elige entre capitalismo y socialismo no elige entre dos sistemas sociales; elige entre la cooperación social y la desintegración de la sociedad. El socialismo no es una alternativa al capitalismo; es una alternativa a cualquier sistema bajo el cual los hombres puedan vivir como seres
humanos.”

Una versión previa de este ensayo se publicó en El American.

PARA INFORMACIÓN ADICIONAL, VEA:

The XYZs of Socialism (eBook gratuito) por Lawrence W. Reed
Lenin’s New Economic Policy: When the Soviets Admitted Socialism Doesn’t Work por Lawrence W. Reed
You May Think You Like Socialism, But You’re Probably Not a Socialist at Heart por J. Kyle deVries
Margaret Thatcher on Socialism: Twenty of Her Best Quotes por Lawrence W. Reed
Was George Orwell a Socialist or a Libertarian? It’s Complicated por Lawrence W. Reed
My Response to Time Magazine’s Cover Story on Capitalism por Lawrence W. Reed

Lawrence W. Reed es presidente emérito y compañero senior Familia Humphreys de la Foundation for Economic Education (FEE) y Embajador Global por la Libertad Ron Manners, habiendo servido por casi 11 años como presidente de la FEE (2008-2019), Es autor del libro del 2020, Was Jesus a Socialist? así como de Real Heroes: Incredible True Stories of Courage, Character, and Conviction y Excuse Me, Professor: Challenging the Myths of Progressivism.

Traducido por Jorge Corrales Quesada