CÓMO EL EXPERIMENTO DE LA TEORÍA MONETARIA MODERNA PERDIÓ (GRAVEMENTE) ANTE LA ECONOMÍA BÁSICA

Por Kellen McGovern Jones
Fundación para la Educación Económica
Jueves 8 de setiembre del 2022

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como kellen mcgovern foundation for economic education, monetary, September 8, 2022 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

La Teoría Monetaria Moderna (TMM) puede ser “moderna,” pero no hecho nada más que revivir viejos problemas.

La Teoría Monetaria Moderna (TMM) fue “El Cotorreo Rap” de la política y economía de fines de la década del 2010. La teoría era incoherente, insubstancial y ̶ antes de la pandemia, no podía evitarla, aunque quisiera.

Gente a lo largo del país celebró la TMM. Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista demócrata de Nueva York, anunció la TMM proclamando que “en lo absoluto [debería ser]… una porción mayor de nuestra conversación [acerca del gasto gubernamental].” El New York Times y otras fuentes de noticias de la vieja guardia exhibió incontables artículos elevando el perfil de la TMM, mientras que universidades se pelearon por hospedar conferencias con prominentes economistas de la TMM, como el Dr. L. Randall Wray. Bernie Sanders llegó tan lejos como contratar a economistas de la TMM para su equipo de asesores económicos.

El principio básico de la TMM es que nuestro gobierno no tiene que cuidar su billetera como el José de todos los días. La TMM alega que el gobierno puede gastar tanto como quiera en diversos proyectos, pues siempre puede imprimir más dinero para pagar por su agenda.

Poco después que la TMM se puso de moda en los medios, la en una época disidente teoría económica saltó, desde estar en la obscura fascinación de profesores bien vestidos fumando pipas en las universidades, hasta la aparentemente deliberada política del gobierno de Estados Unidos. Cuando la pandemia golpeó, muchos afirmaron que la TMM era la solución para los problems de la pandemia. Libros como el The Deficit Myth [El mito del déficit] de la Dra. Stephanie Kelton se convirtieron en éxito de ventas en el New York Times, y Estados Unidos se embarcó en una carrera de gasto masivo sin aumentar los impuestos o las tasas de interés.

Intentando detener la diseminación del Covid, los gobiernos estatales y federal se coordinaron para cerrar casi todos los negocios en Estados Unidos. Luego, siguiendo el modelo de la TMM, el gobierno federal decidió gastar, y gastar, y gastar, para combatir el cierre que acababa de imponer. Las administraciones y congresos, controlados ambos por republicanos o demócratas, gastaron billones de dólares en el Covid.

No es difícil ver que esta mentalidad de rociar y rezar, al tiempo que se disparan montones de dinero hacia la economía y se espera que no tenga consecuencias negativas, desde su inicio estaba madura para una inflación masiva. A pesar de lo que los proponentes de la TMM puedan querer que usted crea, no hay forma de abolir las leyes de oferta y demanda.
Cuando hay mucho de algo, es menos valorado. Aumentar masivamente la oferta de dinero en la economía disminuirá el valor de dicho dinero.

Los economistas de la TMM parecían ser tristemente ignorantes de esta realidad previo a la pandemia. Al dar una conferencia en la Universidad Stony Brook, Kelton intentó calmar las preocupaciones acerca de la inflación, explicando que (en la economía moderna) el gobierno tan sólo da instrucciones a los bancos para aumentar la cantidad de dólares en las cuentas bancarias de alguien, en vez de físicamente imprimir el dólar estadounidense y ponerlo a circular. De alguna forma -a través de medios nunca del todo aclarados- este hecho asumía que haría que la gente se sintiera mejor.

En realidad, no hay diferencia entre cambiar la cantidad en la cuenta corriente de alguien en el banco o imprimir dinero. En ambos casos, el resultado es el mismo, la oferta monetaria ha aumentado, La evidencia de los efectos inflacionarios de la TMM ahora se encuentran en todas partes.

Los precios están por las nubes. Los monumentos más impactantes a los fracasos de la TMM son los precios de todo bien que adquiere en la tienda de alimentos. El índice de Precios al Consumidor ha registrado un 11 por ciento de aumento en el precio de los alimentos y un 33 por ciento de alza en el precio de la energía. Los precios de las viviendas están por los techos, mientras que todo indicador económico señala que la economía estadounidense se desliza hacia una recesión. La en una ocasión inflación “transitoria” se ha convertido en un estado enfermizo a largo plazo para la economía.

Irónicamente, ahora que la TMM ha sido puesta en práctica, nadie quiere hablar más acerca de ella. Desde que empezaron los primeros signos de inflación a surgir a fines del 2020 y principios del 2021, ha habido un desplome en las discusiones de la TMM. Según Nexis Uni, hubo cerca de 5.000 menciones de la TMM en las noticias y artículos académicos et al. entre el 2019 y fines del 2021. Este año, ha habido sólo alrededor de 700 menciones. La moda económica de jure se ha convertido rápidamente en las nuevas ropas del emperador.

No obstante, a medio camino dentro de la pandemia, los arquitectos de la TMM no se habían arrepentido. Kelton acreditó a la TMM por brindar “la recesión más corta en la historia de Estados Unidos,” que era verdad sólo en el grado en que una curita cubre una herida por apuñalamiento. La TMM enmascaró los síntomas de la recesión del Covid, mientras que la herida se enconó e hizo gangrena. Ahora, cerca de un año después que Kelton dio su conferencia fanfarroneando acerca del “éxito” de la TMM, la economía estadounidense se está contrayendo.

La TMM puede ser “moderna,” pero no ha hecho nada más que revivir problemas viejos. La estanflación ha regresado. Se le ha pagado a la gente para que no trabaje, mientras que empresas luchan por encontrar trabajadores ̶ y los mercados financieros ahora se sientan sobre numerosas burbujas. De muchas formas, la TMM ha mostrado no ser más que una Barrida del Supermercado, al estilo y según el nombre del espectáculo de televisión, apropiándose de todos los peores fenómenos económicos de la década de 1979, el asistencialismo social, y la crisis del 2008.

La única elección responsable es descartar la TMM, ahora claramente una teoría descreditada, en el basurero de la historia. Kelton, en su Ted Talk, citó a Margaret Thatcher en un intento por demostrar fallos y antigüedad en el pensamiento de la Dama de Hierro, pero la referencia de Thatcher es más relevante para la TMM y la economía actual que en vez alguna.

“No olvidemos nunca esta verdad fundamental: el Estado no tiene otra fuente de dinero que el dinero que la gente gana por sí misma,” hizo ver Thatcher. “Si el Estado desea gastar más, sólo puede hacerlo pidiendo prestados sus ahorros o gravándolos más. No existe el dinero público; solo hay dinero de los contribuyentes”.

Kellen McGovern Jones es un académico, periodista, y editorialista cuyo trabajo ha aparecido en diversas publicaciones, desde The Western Journal al The Daily Caller.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.