¿Se acuerdan cuando aquí cerraron las escuelas y algunos advertimos acerca de los costos de esa medida? Lo que nos respondieron fue, que quienes lo señalamos, sólo estábamos interesados en el dinero y no en la salud de la gente. Los resultados negativos de las medidas de cuarentenas y cierres han venido surgiendo, tanto en el exterior, como aquí, y aún estamos esperando las disculpas de quienes, con sus decisiones políticas, nos causaron -y nos siguen causando- daños como esos descritos en este comentario.

EN CONTRA DE FAUCI, LOS CIERRES DE ESCUELAS ACORTARÁN VIDAS

Por David R. Henderson & Ryan Sullivan
American Institute for Economic Research
5 de setiembre del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es david r. henderson & ryan sullivan, american institute for economic research, Fauci, September 5, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

El 23 de agosto, en una entrevista con el Dr. Anthony Fauci, Neil Cavuto de Fox News le preguntó si los cierres de escuelas habían “dañado por siempre” a los niños. Fauci respondió, “No pienso que por siempre hayan dañado irreparablemente a alguien.”

Si tan sólo eso fuera cierto. Pero, gran cantidad de evidencia acumulada contradice la afirmación rosa de Fauci. Es más, no sólo los cierres de escuelas dañaron a millones de niños, lo que es peor, esos cierres acortarán sus vidas. Mantener escuelas abiertas habría salvado vidas. Los cierres de escuelas causaron pérdidas en aprendizaje, que conducirá a pérdidas en el ingreso, lo que, a su vez, llevará a vidas perdidas y reducidas.

Numerosos estudios alrededor del mundo han documentado las pérdidas de aprendizaje. Un reporte de mayo del 2022 de Harry Anthony Patrinos, Emiliana Vegas, y Rohan Carter-Rau para el Banco Mundial, revisó estimaciones de 36 importantes estudios de pérdidas de aprendizaje debido a la pandemia. Los autores del reporte señalan que los estudios que examinaron encontraron pérdidas de aprendizaje en un rango de 0.13 a 0.25 de desviaciones estándar. ¿Qué significa esto? Cada descenso en la desviación estándar de 0.17 se traduce en más de medio año escolar de pérdida de aprendizaje. Así que, los estudios encontraron pérdidas de aprendizaje que oscilan entre un 40 por ciento de un año a un 75 por ciento de un año. Aún más, como lo muestra un estudio a noviembre del 2021del National Bureau of Economic Research (NBER), realizado por Clare Halloran, Rebecca Jack, James S. Okun, y Emily Oster, gran parte del descenso en resultados de aprendizaje se ha asociado específicamente con el cierre de las escuelas.

Investigadores de la educación han estimado cómo las pérdidas de aprendizaje causan pérdidas de ingreso. George Psacharopoulos de la Universidad de Georgetown y el antes mencionado Sr. Patrinos del Banco Mundial, al examinar 1.120 estimaciones de 139 países, concluyeron que cada año adicional de escolaridad agrega un 9 por ciento extra en ingresos futuros. Por tanto, perder el equivalente de alrededor de medio año de escolaridad reduce los ingresos futuros entre un 4 y un 5 por ciento.

Una crítica posible del traslado de pérdidas en el aprendizaje a pérdidas en el ingreso es que eso está sobrevaluado, pues parte de la ganancia en ingreso por la escolaridad, como ha mostrado el economista Bryan Caplan de la Universidad George Mason, es por su “señal” a empleadores en vez de algún aprendizaje real. Pero, también, hay buena razón para creer que las pérdidas debidas a cierres también pueden estar subestimadas. Los gobiernos cancelaron deportes infantiles, les prohibió jugar en parques, y les prohibió abrazarse e incluso estar cerca de abuelos.
Estas prohibiciones casi que en efecto redujeron las habilidades sociales de los niños. Probablemente esa reducción dañará los ingresos futuros cuando estos niños sean adultos. Y eso deja por fuera la reducción en la salud mental, que, según la literatura, podría ser substancial.

¿Cómo lucen los datos de ingresos para Estados Unidos? NWEA, una organización para la investigación, estimó que las pérdidas de ingreso futuro eran de alrededor de $44.000 para los estudiantes en Estados Unidos. En otro estudio de McKinsey & Company, los investigadores proyectaron pérdidas de ingreso futuro de entre $49.000 y $61.000 por estudiante, debido a pérdidas de aprendizaje. Ambos estudios sugieren una pérdida a lo largo de la vida de más de $2 billones para la cohorte actual de niños estadounidenses, una vez que ingresan a la fuerza de trabajo.

Por tanto, dado el poco riesgo de los niños ante el COVID, los cierres en las escuelas posiblemente mataron más gente de la que salvaron.

¿Cómo puede ser eso? La razón primordial es que el ingreso perdido está ligado estrechamente con menores esperanzas de vida y muerte. Ingresos menores reducen cuánto gasta mucha gente en el cuido de la salud, alimentos más sanos, o productos de seguridad en general. Un artículo reciente de James Broughel de la Universidad George Mason y Kip Viscusi de la Universidad Vanderbilt, encontró que “cada pérdida de un billón de dólares en el ingreso conduce a alrededor de 9.200 muertes.” Por tanto, los $2 billones en pérdidas de ingreso futuro de los niños estadounidenses pueden asociarse con más de 18.000 muertes (tempranas) en el futuro.

Por desgracia la cifra de 18.000 discutida arriba puede ser sólo un limite inferior de cuánta gente murió por cuarentenas, pues los cierres escolares no fueron la única causa de ingreso perdido. Muchos padres perdieron ingresos debido a que, en esencia, los cierres los alejaron de sus empleos. Este ingreso perdido también dañó a los niños.

Otras estimaciones ponen a las reducciones de vida causadas por los cierres de escuelas en niveles más altos. Un artículo de Dimitri A. Christakis, Will Van Cleve, y Frederick J. Zimmerman, publicado en el Journal of the American Medical Association, estimó que se perdieron 13.8 millones de años de vida a causa de los cierres de escuelas. Esta cifra fue estimada de un modelo analítico estándar que examinó la asociación entre cierres de escuelas y el logro educativo reducido y la asociación entre el logro educacional reducido y la esperanza de vida. Se basó en datos de los CDC, la Administración de la Seguridad Social, y la Oficina del Censo de Estados Unidos. Al dividir 13.8 millones de años de vida perdidos entre la esperanza normal de vida de 78 años en Estados Unidos, indica que los cierres de escuelas fueron responsables del equivalente de cerca de 177.000 muertes.

A menudo, los economistas usan el término “panteón invisible” para referirse a muertes como esas. La idea es que esas muertes aún no están identificadas, pero tendrán lugar en el futuro. Ese es un resultado trágico aparte de si los vemos en los obituarios.

Lo que hace que estas muertes proyectadas sean aún más deprimentes, es que los cierres de escuelas fallaron en salvar vidas desde un inicio. Ahora, los investigadores tienen cerca de dos años de datos para analizar el impacto de los cierres de escuelas en la diseminación en la comunidad. Una metodología estándar es comparar áreas que reabrieron (o cerraron) más temprano con aquellas que no lo hicieron. ¿Qué hallaron estos estudios? Artículos en importantes revistas médicas, como Health Affairs y Journal of the American Medical Association, muestran poco o ningún impacto de los cierres de escuelas en la diseminación comunitaria. Esta es una verdad inconveniente para una sociedad que puso tanta fe en los impulsores de cierres al inicio de la pandemia. Así que, en resumen, los cierres de escuelas costarán muchas vidas, pero salvaron pocas o ninguna.

Los cierres de escuelas pasarán a la historia como una de las decisiones de política más equivocadas de nuestras vidas.
El Dr. Fauci puede creer que los cierres no dañaron a nadie, pero los hechos dicen lo contrario.

David R. Henderson es compañero sénior del American Institute for Economic Research. También, es compañero de investigación en la Institución Hoover en la Universidad Stanford y profesor emérito de economía en la Escuela de Postgrado Naval, y editor de The Concise Encyclopedia of Economics. David previamente fue economista sénior de política de salud en el Consejo de Asesores Económicos del presidente Reagan.

El profesor asociado, Dr. Ryan Sullivan, recibió un Ph. D. en Economía de la Universidad de Syracuse en el 2010. El Dr. Sullivan se unió ese mismo año a la facultad de la Escuela de Postgrado Naval y ha enseñado diversos tópicos en relación con el análisis de costo-beneficio y costo-efectividad, razonamiento marginal, presupuestos, finanzas, y economía laboral. Sus investigaciones incluyen programas de análisis de costo-beneficio, evaluaciones del valor de la vida estadística, e impuestos. Ha publicado en numerosas revistas revisadas por colegas, incluyendo American Economic Journal: Economic Policy, Economic Inquiry, Journal of Risk and Uncertainty, National Tax Journal, Public Budgeting and Finance, Public Finance Review, and Risk Analysis, entre otras. Su trabajo se ha discutido en medios prominentes como el Economist, Forbes, Time Magazine, USA Today, U.S. News and World Report, y el Wall Street Journal.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.