Igual que aquí.

LOS CDC (FINALMENTE) ADMITIERON LA CIENCIA ACERCA DE LA INMUNIDAD NATURAL. ¿POR QUÉ SE TARDARON TANTO?

Por Jonathan Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Lunes 22 de agosto del 2022

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Los CDC llegaron tarde a la fiesta acerca de la inmunidad natural, y muchos estadounidenses han sufrido a causa de ello.

En agosto del 2021, Science Magazine, una revista revisada por pares de la American Association for the Advancement of Science, destacó una investigación pionera proveniente de Israel que causó un vuelco en el sistema de salud pública.

La investigación, que descansaba en una base de datos que comprendía alrededor de 2.5 millones de israelitas y la dirigió Tal Patalon, director del KSM Research and Innovation Center en los Servicios de Cuido de la Salud Maccabi, y por el segundo Sivan Gazit, encontró que una infección previa de Covid-19 confería una protección considerablemente más fuerte y duradera contra la variable Delta, que las vacunas.

“Los datos recién publicados muestran que, gente que en una ocasión tuvo la infección del SARS-CoV-2, tenía una posibilidad menor que la gente vacunada, nunca antes infectada, de contagiarse de Delta, desarrollar síntomas de ella, o ser hospitalizada por un COVID-19 serio,” hizo ver la escritora del equipo de Science, Meredith Wadman.

También, Wadman hizo ver que la investigación mostraba que “gente nunca antes infectada que fue vacunada en enero y febrero tenía, en junio, julio, y la primera mitad de agosto, de 6 a 13 veces mayor probabilidad de infectarse, que gente no vacunada” quien previamente tuvieron Covid.

“Es un ejemplo de libro de texto de cómo la inmunidad natural es realmente mejor que la vacunación,” le dijo a Science, Charlotte Thálin, una médica e investigadora de inmunología del Hospital Danderyd y el Instituto Karolinska de Suecia.

¿LA MUERTE DE LAS ÓRDENES DE VACUNARSE?

El momento de estos hallazgos fue importante.

En el verano del 2021, muchos países a lo largo del mundo, así como ciudades de Estados Unidos, estaban en el proceso de poner en marcha pasaportes de vacunación. Otros gobiernos, en los niveles nacional, estatal, y local, estaban considerando imponer medidas coercitivas para obligar a la gente a vacunarse, política éticamente dudosa que va contra un derecho humano básico: la autonomía corporal.

Los resultados del estudio de Israel han hecho que esas políticas sean reconsideradas por funcionarios de salud pública. El profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, Martin Kulldorff, indicó que estos hallazgos parecían destruir la lógica de las órdenes de vacunarse.

“Antes de la enfermedad del COVID (muchos de la clase trabajadora) proveyeron una mejor inmunidad que las vacunas (muchos profesionales),” escribió Kulldorff, un epidemiólogo y bioestadístico quien ha estudiado durante décadas las enfermedades infecciosas, “de forma que las órdenes de vacunación no sólo científicamente carecen de sentido, sino que, también, son discriminatorias y no éticas.”

A pesar de estos hallazgos y otra evidencia clara y convincente de que la inmunidad natural ofrecía una protección poderosa contra el Covid, los gobiernos continuaron aprobando y aplicando mandatos.

En diciembre, el presidente Biden impuso estrictas reglas de vacunación para trabajadores federales, corporaciones, y trabajadores del cuido de la salud, que CNN estimó podían ser aplicadas a 100 millones de estadounidenses.

“Tenemos las herramientas para combatir el virus si nos unimos en usar esas herramientas,” dijo Biden.

La política significaba que muchos trabajadores estadounidenses serían despedidos si no se vacunaban, aun cuando previamente hubieran tenido Covid. (Vale la pena indicar que, mientras hacía campaña para presidente, Biden dijo “yo no pienso que [la vacunación] debiera ser obligatoria. Yo no ordenaría que fuera obligatoria.”)

Si bien la Corte Suprema de los Estados Unidos bloqueó partes de la orden de vacunación de Biden, otras porciones de esta siguen vigentes. Es más, también, muchos estados y gobiernos locales aprobaron políticas de vacunación coercitiva debido a recomendaciones de los CDC.

¿UN TONO DIFERENTE?

Nueve meses más tarde, los CDC están cantando una tonada muy diferente.

Al publicar la semana pasada nuevas directrices sobre la pandemia, la epidemióloga Greta Massetti explicó a reporteros lo que muchos han estado diciendo durante más de un año: que tanto las vacunas como la infección previa ofrecen protección ante un Covid con síntomas severos.

“Ambos, una infección previa, así como las vacunas, confieren alguna protección contra enfermedad severa,” les dijo Massetti a los reporteros. “Así que, en realidad, en este momento tiene el mayor sentido no diferenciar en nuestra guía o nuestras recomendaciones con base en el estatus de vacunación.”

Debido a ello, las nuevas directrices de los CDC tratan por igual a la gente vacunada y la no vacunada. Menos de un año después de declarar al Covid “una pandemia de los no vacunados,” la administración Biden está construyendo una campaña de medio período alrededor del “retorno triunfal a la normalidad,” reporta The Atlantic.

“HEMOS CREADO UN GRUPO DE INTERÉS”

Deberíamos estar agradecidos de que, por fin, las políticas de los CDC se hayan puesto al día con la ciencia y que los epidemiólogos del estado ahora estén reconociendo la ciencia básica de “libro de texto” acerca de la inmunidad natural.

No obstante, el cambio también invita a hacer preguntas, siendo la más importante, ¿Por qué tomó tanto tiempo?
Tenemos evidencia convincente desde hace más de un año de que personas con inmunidad natural era mucho menos posible que desarrollaran Covid sintomático con la enfermedad, que personas vacunadas que nunca habían tenido la enfermedad.

A pesar de lo anterior, estadounidenses que no estaban vacunados fueron despedidos, avergonzados, y condenados al ostracismo, porque funcionaros de salud pública se rehusaron a reconocer en aquel entonces lo que hoy reconocen: la inmunidad natural protege a los humanos. Así que, ¿por qué tomó más de un año para que los funcionarios de salud pública reconocieran la “ciencia de libro de texto”?

No hay una respuesta fácil a esta pregunta. Una hipótesis es que el gobierno creó incentivos perversos, lo que críticos del enfoque gubernamental, como el epidemiólogo de Stanford, el Dr. Jay Bhattacharya, llamaron “el Complejo Industrial del Covid.”

“Hemos creado un grupo de interés en mantener vigente la pandemia,” dijo Bhattacharya en una entrevista reciente con la periodista británica Lucy Johnston.

Esto puede sonar cínico, pero la economía nos enseña a mirar la política sin romance.

Pfizer tiene un valor de mercado de $275 miles de millones, y, entre marzo del 2020 y diciembre del 2021, el precio de sus acciones más que se duplicó ̶ de $26.04 la acción a $59.48. El crecimiento de Moderna fue aún más impresionante. Previo a la pandemia, su acción se vendía en $19. Para setiembre del 2021, el precio de la acción había superado los $449, un aumento de más del 2.000 por ciento.

No es una exageración decir que miles de millones de dólares estaban en juego en torno a si las vacunas para el Covid eran obligatorias o voluntarias, lo que puede explicar por qué Pfizer por sí sola gastó más de $10 millones en cabildeo en el 2021 e incluso más en el 2020.

Sugerir que algo tan burdo como incentivos financieros pudiera haber jugado un rol (incluso pequeño) en la política del Covid puede impactar a gente, pero, es útil recordar que obligar a la gente a comprar o usar bienes (ostensiblemente para su propio beneficio) es una táctica probada y verdadera del capitalismo de los amigotes.

Cuando la gente piensa acerca del capitalismo de los amigotes, a menudo piensa en donativos gubernamentales a mega corporaciones, pero, difícilmente este es el único método que el Gran Gobierno y las Grandes Firmas usan para tomar ventaja para sí.

El economista francés del siglo XIX Frédéric Bastiat hizo ver en una ocasión que “el estado es la mayor entidad ficticia mediante la cual todo mundo busca vivir a expensas de todos los demás.” Sin embargo, a diferencia de bandoleros comunes, ladrones callejeros o merodeadores, Bastiat explicó que los actores estatales y sus aliados saquean a súbditos por medios legales, y encuentran formas elaboradas de hacerlo ̶ tal como hacer cabildeo ante los que hacen leyes para que ordenen el uso de productos a quienes no tienen deseos de usarlos, duplicando sus ingresos en el proceso y enriqueciendo a los accionistas.

“Cuando el saqueo se convierte en una forma de vida para un grupo de hombres en la sociedad, con el paso del tiempo crean para sí un sistema legal que lo autoriza y un código moral que lo glorifica,” señaló Bastiat en Economic Sophisms [Sofismas económicos].

Nada de esto es para decir que las vacunas no sean efectivas o que no ofrecen protección ante el Covid. Ellas lo hacen, y la evidencia sugiere que las vacunas brindan aún mayor protección a la gente que ha tenido Covid. (Si bien, como todas las vacunas, ellas no vienen sin riesgos.)

Pero, la decisión de vacunarse sólo debería pertenecer a una persona: el individuo.

Y el hecho que los CDC -agencia plagada de pasos en falso a lo largo de la pandemia, según su propia directora- llegaran tan tarde como para reconocer la ciencia básica de la inmunidad natural, muestra precisamente por qué importantes decisiones médicas deberían ser tomadas por individuos, no por burócratas o intereses especiales.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.