Muy importante su lectura, pues nos ayuda a entender bien los fenómenos complejos y la importancia de evitar explicaciones simplistas a tantas cosas que queremos entender, evitando lo que Hayek llama “cientifismo.”

COMPLEJIDAD, CIENTIFICISMO, Y POLÍTICA CONTEMPORÁNEA

Por Scott Scheall
American Institute for Economic Research
26 de agosto del 2022

Relativamente tarde de su larga carrera, el famoso economista F.A. Hayek desarrolló una distinción que nos puede ayudar a entender el estado de nuestra política y muchos de los problemas que confrontamos como sociedad. Al menos algunos de esos problemas -piense acerca de los problemas económicos, sociológicos, y psicológicos que ahora confrontamos, gracias a nuestras respuestas de políticas ante la pandemia del coronavirus- provienen, en algún grado, de una actitud de confianza injustificada en diversas disciplinas científicas, una actitud que Hayek calificó de “cientificismo,” y el fracaso, en consecuencia, en apreciar los límites de esas disciplinas. La política contemporánea está plagada de la actitud cientificista a lo largo del espectro político. Se manifiesta cada vez que se brinda una explicación o solución simple, de un factor único, a un problema que sólo podía resultar, en la realidad, de una constelación de muchas causas interrelacionadas.

Hubo ciencias, afirmó Hayek, que estudiaron fenómenos relativamente simples. Estas ciencias parecieron ser exitosas pues los fenómenos que investigaron se podrían explicar en términos de modelos que consistían de unas pocas variables bien conocidas. Los fenómenos de la física newtoniana eran paradigmáticamente sencillos, de acuerdo con Hayek. Uno podía usar la física newtoniana para producir con exactitud la trayectoria de una bola golpeada por un bate (o un cohete lanzado desde la tierra), dadas unas pocas piezas de información fácilmente descubierta acerca de velocidades iniciales y trayectorias de la bola y el bate en el momento del contacto. Podíamos usar (y, obviamente, los hemos usado) los principios de la física newtoniana para construir puentes, construir presas, y poner personas en la luna.

A pesar de lo anterior, hubo otras ciencias, de acuerdo con Hayek, que estudiaban fenómenos más complejos. Comparadas con la física newtoniana, estas ciencias parecían ser menos exitosas, no debido a que sus métodos fueran retrógrados, sino porque los fenómenos que estudiaban requerían modelos que consistían de muchas variables, a menudo no fácilmente descubiertas. Uno podía no usar los principios de, digamos, la biología darwiniana o la teoría macroeconómica, para predecir la aparición o naturaleza de nuevos organismos, o el momento y severidad de cambios en el ciclo de los negocios. Había en juego demasiados factores causales, a menudo conectados entre sí de formas complicadas y sin solución, para predecir fenómenos biológicos o sociales, con algo como la exactitud que justificadamente esperamos de la física newtoniana.

Fenómenos más simples son aquellos que caen enteramente dentro del compás de nuestras facultades racionales limitadas, pero, los fenómenos complejos eclipsan estos límites. Podemos poner nuestra comprensión científica de fenómenos simples de formas diversas y en un grado no posible, al confrontarse con fenómenos más complejos.

El cientificismo, de acuerdo con ideas posteriores de Hayek, ignora esta diferencia y trata a todos los fenómenos, independientemente de su complejidad real, como simples y susceptibles a los métodos de la física newtoniana. El cientificismo pretende que los fenómenos que emergen de las interrelaciones entre muchos factores causales que operan en un ambiente abierto y dinámico, pueden tratarse de la misma manera que fenómenos que resultan de una o dos causas que funcionan en un contexto cerrado y estático. La actitud cientificista confunde la complejidad con la simplicidad.

El cientificismo está implícito en la noción de que algún problema social, ya sea polarización política, tasas crecientes de criminalidad, abuso de opioides, depresión de jóvenes, o Hunter Biden, se debe a un acontecimiento, movimiento ideológico, o institución específica (Tuiter, fiscales progresistas, sindicatos de maestros, administradores de universidades, ideología de género, medios de la corriente principal), en vez de interrelaciones complicadas entre estos y otros factores anónimos, tal vez desconocidos. Está implícito en todas las teorías de la conspiración, que reduce necesariamente algunos fenómenos complejos a las maquinaciones de una camarilla de malhechores supuestamente omnipotente y todopoderosa. El cientificismo es parte integrante de la creencia ampliamente sostenida que el racismo por sí solo (en vez de, digamos, racismo en combinación con muchos otros factores interrelacionados) explica diversos males sociales. Opera en la idea de que hay una correlación directa, sin que medien de otras causas, entre el uso del carbón y el cambio climático. La actitud cientificista estuvo en despliegue durante la pandemia. Todo lo que teníamos que hacer era (escoja usted) lavarse las manos durante veinte segundos, quedarse en casa, mantenerse seis pies aparte, usar mascarillas, o vacunarse.

La actitud cientificista brinda comodidad a los responsables de las políticas y sus expertos asesores. Los estimula en la falsa creencia de que nuestros problemas siempre tienen soluciones de política sencillas. En esto, le otorga credibilidad a la demonización de los opositores políticos, quienes nunca son tratados como simplemente no convencidos por propuestas de políticas simplistas, sino, siempre, como sumamente ciegos o malvados, o ambos, en ver la solución sencilla justo frente a sus ojos. La actitud cientificista estimula a los responsables de las políticas a adoptar lo que Hayek llamó “la pretensión del conocimiento,” una creencia sumamente confiada, si no es que del todo falsa, en su propio conocimiento y poderes de control social. Por desgracia, adoptar soluciones simples para mitigar problemas complejos tiene una tendencia desafortunada a conducir a problema nuevos, a menudo aún más complejos.

Por supuesto, para evitar la falacia cientificista, uno debería evitar alegar que la actitud cientificista es suficiente en sí para explicar esos asuntos, No es sino una parte -una parte importante, pensaría yo- de una explicación de algunos fenómenos muy complejos.

Scott Scheall es profesor asistente y director de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencia Social del Colegio de Ciencias y Artes Integrativas de la Universidad del Estado de Arizona. Scott ha publicado extensamente acerca de tópicos relacionados con la historia y filosofía de la Escuela Austriaca de economía.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.