LA EXTRAÑA DEFINICIÓN DE RECESIÓN ES LA MEJOR QUE TENEMOS

Por Vicente Geloso
American Institute for Economic Research
29 de julio del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es vicente geloso american institute for economic research, recession, July 29, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Con conversaciones en torno a una recesión por todas partes, y asomándose las elecciones de medio período, ha habido mucha palabra de la Casa Blanca intentando rebajar las condiciones económicas en deterioro. Esto pasó, primeramente, cuando el Consejo de Asesores Económicos, y, de seguido, el Secretario del Tesoro, intentaron alejarse de la definición más común de recesión ̶ esta es, dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB.

Lo que sea que usted piense acerca de las probabilidades de una recesión y de los culpables, si es que se presenta una, el giro político yace fundamentada en la verdad: La regla de “dos trimestres consecutivos” es débil.

Para mostrar cómo, permítame contarle un cuento de la más reciente historia económica canadiense. En el 2015, en vísperas de una elección federal, las cifras del PIB canadiense empezaron a mostrar un crecimiento negativo. En medio de la elección, los datos del PIB del trimestre subsiguiente se presentaron. Igual mostraban un crecimiento negativo. Ergo, Canadá estaba en recesión. La bulla de los medios alrededor de esa “recesión” ayudó a hundir al gobierno conservador de Stephen Harper, que fue obligado a regresar al estatus oficial de partido de la oposición.

Sin embargo, si usted le pregunta a cualquier economista canadiense, ninguno estará de acuerdo en que la “recesión del 2015” fuera falsa. Primero, había habido un crecimiento negativo en la mayoría del primero de los dos trimestres y en los primeros dos meses del segundo trimestre negativo. No obstante, el crecimiento fue positivo y tan fuerte en el último mes del segundo trimestre, que habría borrado cerca de un 60 por ciento de la reversión observada. Un mes extra de datos y toda la “recesión” se habría acabado. Según ese estándar, la recesión del 2015 en Canadá fue la recesión en que la que la economía se recuperó ̶ todo lo que necesitó fueron dos meses, Segundo, no hubo una caída en el empleo durante la “recesión.” De hecho, hubo un aumento a nivel nacional.

¿Qué pasó? Bueno, uno necesita entender que la economía no existe sin fricciones. Mover recursos como trabajadores, equipo de capital, maquinaria, y oficinas no es inmediato. Tampoco es sin costo. Esto importa, pues significa que uno puede etiquetar las cosas peligrosamente mal.

Asuma que un sector de la economía tiene un aumento inesperado y substancial en la demanda externa. Esto eleva el precio de la producción de ese sector. Sin embargo, los patrones previos de producción se organizaron en formas que reflejaban el precio previamente menor de esa producción del sector. Dueños de empresas, trabajadores, y propietarios del capital se dan cuenta que el cambio entre sectores da un rendimiento mayor. Como resultado, dueños de empresas reducen el tamaño de ciertas operaciones para apuntalar otras previas. Trabajadores dejan otras industrias para trabajar en la que está creciendo. Propietarios del capital prefieren alquilar equipo y fondos para empresas en la industria en ascenso. Cuando estos actores económicos mueven recursos hacia la industria creciente, cae la producción de otras industrias. Esta reducción se da antes que la producción nueva, y más valorada, del sector en auge se lleve a cabo plenamente.

En los datos, esto se mostrará como una recesión. Sin embargo, el sentido económico es totalmente diferente. Los actores esperan una situación más productiva. Ellos esperan un crecimiento mayor. Esto significa que, una vez que la economía se haya ajustado plenamente a tal impacto positivo, el ingreso será mayor al existente antes del impacto.
Difícilmente este es un desarrollo que habla de recesión.

La misma historia puede contarse con algunos giros si el impacto es negativo para una sola industria. Simplemente, pasa lo opuesto cuando trabajadores, capital, y empresas se alejan de la industria que flaquea en favor de otras industrias. En el peor de los casos, implica una reducción en la actividad económica debido al impacto negativo. Sin embargo, la economía, como un todo, sufrirá sólo en proporción a la participación de la industria dentro de la economía total. En el mejor de los casos puede que no haya efecto alguno, si una industria está creciendo debido a un impacto positivo inesperado, mientras que otra está sufriendo debido a un impacto negativo inesperado.

Lo último es lo que sucedió en Canadá en el 2015. Algunas industrias estaban disfrutando de alzas importantes, mientras que había una caída en la demanda internacional de petróleo. Los extractores de petróleo en Alberta y Newfoundland disminuyeron operaciones, mientras que otros sectores estuvieron en mejor posición para atraer trabajadores y capital desde aquella industria. Durante el ajuste, hubo alguna producción perdida, pero, la economía regresó a su curso realmente rápido, sin caída alguna en las tasas de empleo o cambios en los niveles de las planillas.

La mayoría de las recesiones superficiales y profundas en la historia económica estuvo asociada con una declinación en la producción a lo largo de muchas industrias. Esta es una definición más relevante que aquella de los dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. El problema es que es muy difícil definir un umbral en tal caso. ¿Cuál debería ser el número que califica de industrias en declinación? ¿Qué porción de la producción de la economía deberían ellas representar? Tales definiciones serían increíblemente arbitrarias o muy específicas a sus contextos.

La realidad es que, la razón por la que muchos usan la regla fallida, es porque todas las otras alternativas parecen ser peores. Como tales, los políticos y comentaristas, que tratan de reducir las conversiones acerca de una recesión, al mencionar la regla fallida, pueden estar política, pero no económicamente, inclinados.

Vincent Geloso, un compañero sénior en el American Institute for Economic Research (AIER), es profesor asistente de economía en King’s University College. Él obtuvo su PhD en Historia Económica en la Escuela de Economía de Londres.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.