Creo que este artículo debe ser leído por muchos para beneficio de todos. Una comprensión del principio de la regla de la ley o estado de derecho nos permite dimensionar la diferencia entre un régimen de respeto a las libertades de la persona humana, de un régimen que tiene un cuerpo de “leyes” que no son más que su utilización para restringir las libertades de quienes se le oponen -la ejecución de la ley- una manera en que un grupo o facción controla a otra que difiere. Como dice el autor: “La regla de la ley es acerca de combatir el abuso de poderes que acompañan la hechura y aplicación de la ley.”

LA REGLA DE LA LEY

Por Daniel B. Klein
American Institute for Economic Research
13 de julio del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es daniel b. klein american institute for economic research, law, July 13, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Un mensaje en el blog de Bryan Caplan empieza así:

“Por mucho tiempo me ha intrigado la reverencia libertaria por “la regla de la ley.” ¿Por qué deberían importarles a los amigos de la libertad las leyes pasadas por gente tonta y malvada que habitualmente gobierna sobre nosotros? En vez de ello, deberíamos tenazmente poner a la justicia por delante de la ley.”

Soy colega y amigo de él y me refiero a él por su primer nombre.

Bryan muestra reverencia por la “justicia” y la “libertad,” pero no por la “regla de la ley” [Nota del traductor: Asimismo conocido como el estado de derecho]. También, no muestra reverencia por la “ley,” que Bryan parece reducirla a la ley gubernamental. ¿Consideraría Bryan esa justicia o libertad sagrada, a lo cual él le ha dedicado mucha de su vida, como una especie de ley?

Bryan expresa su propia actitud personal hacia las leyes gubernamentales:

“¿Cuál es la alternativa [a seguir debidamente tales leyes]? Ser una persona omisa de leyes justa. Siga las leyes justas. Rompa las leyes injustas cuando las ganancias esperadas sean positivas.”

Estoy de acuerdo con algunos de los puntos de Bryan. Más importante, Bryan estimula hacer un ejercicio de consciencia y discrecionalidad en frente de leyes injustas. Las leyes injustas no necesariamente deberían seguirse. No golpee los tacones como un militar. También, estoy de acuerdo con Bryan en que es simplista la máxima de Martin Luther King de no evadir la aplicación de las leyes gubernamentales que rompemos; el pronunciamiento de King no debería tomarse muy en serio. También, la cita de David Henry Thoreau es buena, en dicho sentido. [Nota del traductor: La cita es:

“¿Debe el ciudadano someter su conciencia al legislador por un solo instante, aunque sea, en la mínima medida? Entonces, ¿para qué tiene cada hombre su conciencia? Yo creo que debiéramos ser hombres primero y ciudadanos después. Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo.”]

Pero, el señalamiento inicial de Bryan -“Por mucho tiempo me ha intrigado la referencia libertaria por ‘la regla de la ley’”- es irritante en su irreverencia. Un problema serio con el mensaje de Bryan es que hace de los ciudadanos que siguen la ley el tema central de la regla de la ley. Muchos de los comentaristas del mensaje correctamente lo objetan. Muchos indican lo que es más central para el concepto de la regla de la ley.

La regla de la ley es algo lo cual honrar, apreciar, y elevar.

¿Qué es la regla de la ley? No intento definirla, pero ofrezco algunas indicaciones.

El concepto de regla de la ley presupone algo así como un orden político que tenga más que una apariencia de integración y funcionalidad jurídica. La suposición de integración jurídica significa que podemos hablar del ‘gobierno’ del ‘orden político,’ incluso si ese orden político, como los Estados Unidos, involucra un conjunto de gobiernos, como el federal, estatal, y local. La presuposición de integración jurídica calza con concepto del estado nación moderno. Hago notar la presuposición pues no queremos aplicar el concepto de la regla de la ley en donde no pertenece.

El concepto de regla de la ley involucra tres objetivos:


  1. El cuerpo de las leyes que el gobierno oficializa y publica en su sitio en la red, por así decirlo;
  2. La ejecución -o administración- por el gobierno de ese cuerpo de leyes, que involucra:
    1. Colocarlo en el sitio en la red,
    2. La aplicación de cada precepto de la ley, los procedimientos, aplicación, y ejecución de las sanciones;

  3. La conducta y actitudes de los sujetos a la ley.


El foco de Bryan es el seguir la ley por los ciudadanos. Eso es parte del tercer objetivo, la conducta de los ciudadanos.
Pero, el objetivo más central del concepto de la regla de la ley es la ejecución.

¿Por qué profundizamos en y alabamos la regla de la ley? Las facciones abusan de la ejecución de la ley. Ellas tratan de arreglar las cosas para ganar y conservar el poder. Ellas la convierten en arma. También, ellas abusan para enriquecerse, y elevarse vilmente a sí mismas. Una preocupación primordial de la regla de la ley es la prevención de convertirla en arma, el matonismo, los patrones dobles, los simulacros de procesos, la corrupción, la mentira, el engaño, el robo de elecciones, la fuga de información, el obstruccionismo, el fraude, la conspiración, el gobierno por medio de una junta militar, etcétera. La regla de la ley es acerca de combatir el abuso de poderes que acompañan la hechura y aplicación de la ley.

Las facciones no son igual de depravadas. El abuso tiende a coincidir con el tipo de leyes favorecidas: el iliberalismo y el antiliberalismo van juntos, a la vez que van juntos la liberalidad y el liberalismo. Una política virtuosa es una deliberación inteligente en relación con el dilema político perenne: La existencia de una autoridad pública y la mitigación de sus tremendos males. “Las consecuencias fatales del mal gobierno solo se manifiestan debido a que no es protección suficiente ante los ultrajes a que da lugar la perversión humana.” [Adam Smith, La teoría de los sentimientos morales].

Arriba, al hablar de ejecución, uso una vieja distinción jurisprudencial entre un precepto de la ley y su sanción (una distinción encontrada en Pufendorf, Carmichael, y Hutcheson). Una ley dice, “¡No ̶ O de lo Contrario!” El precepto es el “No” y la sanción es “lo Contrario.” Observe que, después de la ruptura del precepto, la sanción involucra un precepto para el sancionador, y, a su vez, ese precepto sugiere la sanción para el sancionador de primer orden que falló en su deber de aplicar la sanción de primer orden. Así, la distinción se produce de nuevo, dando lugar a una espiral.

Si piensa que las espiras más profundas de esta espiral están bien definidas, piense de nuevo. Es un pensamiento que asusta en nuestro mundo de quienes las convierten en armas. Esa es una razón por la que es importante el concepto de regla de la ley.

De nuevo la ejecución de la ley es el objetivo más central del concepto de regla de la ley. Luego, vendría el primer objetivo señalado arriba, el cuerpo en sí de la ley. Así, en lo que Bryan se enfoca es parte del objetivo que viene de último en centralidad, la conducta de los sujetos a la ley.

El concepto de regla de la ley es acerca de las acciones de los jugadores en el gobierno, y, sólo secundariamente, acerca de si los ciudadanos o sujetos siguen la ley. Las depravaciones en el cuerpo de la ley tienden a alimentar tanto depredaciones en la ejecución como la ruptura de la ley por los sujetos. Así que, aunque seguir la ley no es primordial en el concepto de la regla de la ley, se relaciona con cosas primordiales.

Me gusta la vieja noción de que una ley es una regla dictada por un superior. ¿Qué es un superior? Un tipo de superior es un superior jurídico; esto es, el gobierno en su capacidad de hacer leyes (en oposición a su capacidad de ser propietario; esto es, recursos del sector público y administración pública). El gobierno tiene un rol muy especial. ¿Qué otro agente institucionaliza sus coerciones, las pone en un sitio en la red, las lleva a cabo abiertamente y pretende públicamente que las coerciones son buenas para el todo? El término “superior” para este tipo de actor tiene una larga tradición (vea Diesel, Adam Smith Review), y vale la pena aceptarlo. Nosotros, por tanto, consideramos las reglas publicadas en el sitio en la red del gobierno como ley. El término legal significa reglas del gobierno con el estatus de ley.

No obstante, el gobierno no es el único tipo de superior. Los teístas llaman “leyes” a las reglas de Dios. Y, los no teístas, como yo (un agnóstico), pueden, de forma paralela, llamar “ley” a reglas aprobadas por algún ser alegórico, superior a cualquier ser humano.

“[Ellas] son reglas que dirigen la libre actuación de las personas: con mayor certeza son prescritas por un superior legítimo y también vienen acompañadas de premios y castigos. Esos vicegerentes de Dios que tenemos dentro de nosotros jamás dejan de castigar su quebrantamiento con los tormentos de la vergüenza interior y la auto condena, y en cambio siempre retribuyen la obediencia con la paz de espíritu, el contento y la auto satisfacción.” [Adam Smith, La teoría de los sentimientos morales].

Si usted va contra el precepto de una de las leyes del superior, el superior y sus vicegerentes desaprueban su conducta, y, para la persona inspirada, esa desaprobación funciona como una especie de sanción. Las reglas del espíritu son “ley natural” razonablemente moldeada. También, la justicia que se gana la adhesión de Bryan, puede, por tanto, considerarse como ley por los mismos motivos ̶ de nuevo, una ley establecida por un superior.

Generalmente hablando, en un país como Estados Unidos, para el ciudadano ordinario una ley gubernamental debería traer consigo una cierta autoridad. El simple hecho de la legalidad debería conducirlo a uno, al consultar la balanza, a añadir algo por obligación, más allá de la prudencia común, para que siga la ley. Adam Smith estaría de acuerdo con eso (por ejemplo, la Teoría de los sentimientos morales, 81.8). El mensaje de Bryan parece estar en desacuerdo.
Compárelo con Edmund Burke:

“A las personas no se les ha de enseñar a pensar ligeramente acerca de su compromiso con sus gobernantes; de otra forma, les enseñan a sus gobernantes a pensar ligeramente acerca de su compromiso con aquellas. Al final en ese tipo de juego las personas están seguras de ser las perdedoras.” [Edmund Burke, Reflexiones acerca de la Revolución Francesa]

La existencia sin la regla de la ley es una distopía. El estado de derecho da garantía al liberalismo. Deberíamos aprender mejor como exponer acerca de cómo el liberalismo promueve el estado de derecho y cómo la gubernamentalización de los asuntos sociales tiende a destruir la regla de la ley. Deberíamos aprender mejor a exponer cómo la gubernamentalización apesta.

“La regla de la ley” es una expresión venerable de un concepto valioso, si bien difuso. Veneremos la tradición que hizo a Bryan posible:


  1. “No matarás.”
  2. “No cometerás adulterio.”
  3. “No robarás.”
  4. “No darás falso testimonio contra tu prójimo.”
  5. “No codiciarás el hogar de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su sirviente varón, ni su sirviente mujer, ni su buey, ni su burro, ni cualquier cosa que es de tu vecino.”


Reimpreso de Bet of It de Bryan Caplan

Daniel B. Klein es profesor de economía y tiene la Silla JIN en el Mercatus Center de la Universidad George Mason, en donde dirige un programa acerca de Adam Smith. Es también asociado del Ratio Institute (en Estocolmo, Suecia), compañero de investigación en el Independent Institute y principal editor de Econ Journal Watch.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.