MALAS EXPLICACIONES DE LA INFLACIÓN

Por Alexander William Salter
American Institute for Economic Research
23 de junio del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es alexander william salter american institute for economic research, inflation, June 23, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Si bien descomponer la inflación en sus partes constitutivas es empíricamente engañoso, su esencia es simple. La inflación resulta de demasiado dinero persiguiendo a muy pocos bienes. Milton Friedman popularizó esta regla de dedo. Su combinación de inteligibilidad y poder explicativo explica por qué es ampliamente utilizada.

Pero no todo mundo recibió el memorando. Políticos, burócratas, periodistas, y académicos de Very Online™ buscan intensamente otras causas. Consideremos algunas malas explicaciones de la inflación.

“¡CORPORACIONES AMIBICIOSAS!”

Favorita de progresistas en el Congreso, en especial de la senadora Elizabeth Warren, esta explicación es la peor del grupo. Las corporaciones siempre son ambiciosas. Ellas quieren lograr tantas ganancias como sea posible. No obstante, rara vez es la inflación tan alta como ahora. La última vez que vi al dólar depreciarse con tal rapidez fue hace 40 años. Usted no puede deducir un efecto variable de una causa constante. La gravedad no causa que uno se tropiece y caiga.
La ambición no causa la inflación.

“¡PODER DE MERCADO!”

En economía, “poder de mercado” significa la capacidad de las firmas de cobrar precios por encima de los costos marginales. Los impulsores de explicaciones de la inflación por el poder de mercado apuntan a la concentración incrementada en diversas industrias a lo largo de los dos últimos años.

Suponga, en aras del argumento, que la concentración industrial ha aumentado. Aun así, eso no explica la inflación.

Primero, el ligamen entre concentración y poder de mercado es débil. Algunas veces la concentración es impulsada por factores económicos estructurales ̶ una respuesta eficiente a circunstancias económicas cambiantes. Cuando pasa eso, no hay un aumento correspondiente en el poder de mercado.

Segundo, el argumento del poder de mercado confunde el nivel de los precios con la tasa de crecimiento de los precios. La inflación se refiere a esto último. Aún si el poder de mercado les permitiera a empresas aumentar precios, sería un acontecimiento de una sola vez por todas. La inflación aumentaría temporalmente, luego, retornaría a la tendencia. En vez de eso, hemos tenido un largo período de inflación por encima de la tendencia. Es argumento no tiene sentido.

“¡LA ESPIRAL DE SALARIOS-PRECIOS!”

Algunas malas explicaciones nunca mueren. La idea de una espiral de salarios fue pilar de las teorías keynesianas (o pseudo teorías) de inflación de mediados a fines del siglo XX pasado. Era mala en aquel entonces y es mala ahora.

Supuestamente, precios crecientes causan que trabajadores demanden salarios más altos, lo que resulta en que las empresas carguen precios todavía más altos para salir tablas. Es un ciclo de retroalimentación positiva. Pero, tiene dos defectos graves. Uno es conceptual. El otro es fáctico.

Conceptualmente, no tiene sentido que los salarios sobrepasen a la productividad del trabajador. Las empresas no pueden darse el lujo de pagar más a trabajadores, que el valor que esos trabajadores agregan al balance final de la empresa. Si usted es dueño de una venta de sánguches, y piensa que, si contratara un trabajador potencial, le agregaría $15 por hora en ingresos, ¿qué es lo más que usted estaría dispuesto a pagarle para que trabaje? Usted perdería dinero si le paga más de $15 por hora. La cifra en dólares de la producción de un trabajador, que los economistas llaman el ingreso marginal producto del trabajo, es el límite superior a los salarios.

Fácticamente, la inflación ha superado el crecimiento de los salarios durante meses. El Índice de Precios al Consumidor aumentó un 8.6 por ciento, año a año, mientras que los salarios nominales (valorados en dólares) han aumentado hasta en un 5 por ciento. Esto significa que los trabajadores, en efecto, han tenido un recorte en su paga salarial (esto es, después de ajustar sus salarios por la inflación). ¿Cuál espiral de salarios-precios? Si hay algo es que ¡las empresas están haciendo un negocio!

“PRESIÓN DE COSTOS!”

¡Acepto el cuestionamiento por $400, Alex! Esta teoría de la inflación dice que las empresas trasladan (“presionan”) los costos más altos a los consumidores en forma de precio más altos. Pero, esta no es una explicación. Es sólo repetir la cosa que se va a explicar. ¿Por qué los costos están aumentando? Usted regresa adonde empezó.

MEJORANDO EL DISCURSO PÚBLICO

Es de esperar que estas malas explicaciones desparezcan pronto de la consciencia del público. Necesitamos enfocarnos en lo que importa: una abundancia comparativa de dinero sobre bienes. Para ser claros, esto no significa que la inflación es impulsada en un 100 por ciento por la oferta de dinero. Estoy seguro que temas prolongados de cadenas de suministro debido a la pandemia y la guerra actual en Ucrania son parte del problema. Aún más, deberíamos ser cuidadosos al ponderar factores monetarios versus no monetarios.

Mis colegas del Proyecto de Dinero Sólido han hecho un buen trabajo (aquí, aquí, aquí, aquí, y aquí más recientemente) demostrando que, en este momento, el dinero importa mucho. No es toda la explicación, pero es la mayor parte de ella. Armados con ese conocimiento, e inoculados contra algunas de las explicaciones tontas prevalecientes en la actualidad, podemos trabajar hacia soluciones de políticas que retomen el control sobre el valor del dólar.

Alexander William Salter es Profesor Asociado de Economía en el Colegio Rawls de Negocios y Compañero de Investigación en Economía Comparada del Instituto del Libre Mercado, ambos en la Universidad Texas Tech. Ha publicado artículos en revistas especializadas importantes tales como the Journal of Money, Credit and Banking, the Journal of Economic Dynamics and Control, the Journal of Macroeconomics, and the American Political Science Review. Sus artículos de opinión han aparecido en The Hill, The American Conservative, US News and World Report, Quillette, y numerosos otros sitios. Salter obtuvo su M.A. y PhD. en Economía en la Universidad George Mason y su licenciatura en Economía en Occidental College. Participó en el 2011 en el Programa de Becarios de Verano del AIER.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.