Sí, pero bien dice el autor, que sus efectos “son típicamente pequeños. Pero, pequeño no es cero,” además de reiterar que su comentario se refiere a la inflación actual de Estados Unidos, que ha llegado a “su nivel más alto de 40 años.” Destacando la primacía de la excesiva emisión monetaria como causa de la inflación.

SÍ, LOS PROBLEMAS DE SUMINISTRO PUEDEN CAUSAR INFLACIÓN

Por Alexander William Salter
American Institute for Eco0nomic Research
1 de junio del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es alexander william salter american institute for economic research, inflation, June 1, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

¿Pueden problemas de suministros causar inflación? Pienso que sí. Algunos economistas no piensan igual. Insisten en que la inflación, un aumento general de los precios, sólo puede ser causado por expansiones monetarias. A primera vista, su argumento parece ser fuerte. Pero, nos obliga a aceptar conclusiones absurdas, de forma que yo lo rechazo.

Para ser claro: No estoy preguntando si los problems de suministro están impulsando la inflación actual, que está en su nivel más alto de 40 años. Si bien pienso que hay latentes algunos cuellos de botella por la pandemia, para no mencionar los problemas actuales en Europa Oriental, datos recientes sugieren que la demanda ha aumentado. Al mismo tiempo, el PIB cayó a una tasa anualizada de 1.4 por ciento durante el primer trimestre del 2022. Sin duda, por algún tiempo debatiremos acerca de la importancia relativa de la demanda agregada y la oferta agregada. No quiero enfocarme en eso aquí. En vez de ello, estoy preguntando acerca de la posibilidad teórica: ¿pueden dificultades con las condiciones productivas en general, ocasionar que los precios, en general, se eleven más rápidamente de lo que de otra forma lo harían?

Economistas de siempre la inflación es monetaria empiezan con buenas definiciones. Distinguen inflación de cambios en los precios relativos. Los últimos se deben a asignaciones de recursos en industrias y sectores específicos ̶ en otras palabras, a la oferta y demanda. La primera se debe a una depreciación general de la moneda [el dólar].
Concebiblemente, podríamos tener inflación sin cambio alguno en los precios relativos. Imagine que en la economía se duplican todos los precios (incluyendo salarios, valores de activos, etcétera). El poder adquisitivo del dólar se reduciría a la mitad, pero, el precio de algún bien en términos de cualquier otro no cambia. Voila, pura inflación.

Las perturbaciones en la oferta, lo reconocen los economistas de siemrpe la inflación es monetaria, afectan los precios relativos. Si supuestamente el petróleo se encarece, otros bienes (aquellos que son más energía-intensivos para producirlos) también se encarecerán más. Sin embargo, esto deja a las familias con menos para gastar en otros bienes, pues no han variado sus restricciones presupuestarias. Mercados en que las familias deciden recortar verán una caída en la demanda, Así, la perturbación de la oferta ocasiona que algunos precios aumenten, pero que otros desciendan. Si bien los precios relativos cambian, el nivel general de precios no debería. Si los impactos de los suministros se muestran en inflación, es sólo una singularidad de cómo la medimos. Únicamente los problemas del lado de la demanda -esto es, una política monetaria excesivamente expansiva- merecen la etiqueta de inflacionarios.

Nadie niega que los problemas de suministro pueden afectar los precios relativos. Pero no se deduce que ellos no puedan afectar el nivel general de precios. En lenguaje de la economía, ese argumento asume que los impactos reales afectan los precios relativos, pero no los precios en general. También, parecería sugerir que los impactos nominales afectan los precios en general, pero no los relativos. Tomemos cada uno a la vez.

Primero, se aceptamos los estándares del grupo de la inflación es sólo monetaria, cualquier cosa que causa que los precios relativos cambien, no debe ser inflacionaria. No obstante, claramente eso es un error. Si desciende (o crece más lentamente) la productividad en toda la economía, los precios (o la inflación) se elevarán. Este efecto macroeconómico es perfectamente compatible con la microeconomía de muchos cambios en los precios relativos. Si bien es bueno distinguir entre impactos reales y nominales, no hay razón para suponer a priori que sólo lo primero ocasiona cambios en los precios relativos, mientras que sólo lo último los causa en los precios en general.

Estoy de acuerdo en la alta importancia de la distinción entre precios relativos y generales. Milton Friedman hizo de esta diferencia el centro de su subdivisión de la economía entre teoría de precios (microeconomía) y teoría monetaria (macroeconomía). La diferencia teórica entre cambios en los precios relativos (con el dólar fijo) y cambios en los precios en general (con los precios relativos fijos) es muy útil para hacer economía. Pero, si hacemos que nuestras definiciones, como la definición de inflación, dependan demasiado de categorías teóricas, corremos el riesgo de obscurecer nuestro poder explicativo con modelismo.

Segundo, los impactos nominales, como un cambio inesperado en la oferta de dinero, pueden distorsionar los precios relativos. No estamos restringidos a cambios en el nivel de general de precios, tan sólo porque el disturbio inicial ocurrió por medio de una variable denominada en dólares. Con frecuencia los economistas suponen que la neutralidad monetaria (que la oferta de dinero no afecta la actividad económica real) o la super neutralidad (que el crecimiento de la tasa de la oferta de dinero no afecta la actividad económica real) en nuestros modelos, pues ayuda a que nos enfoquemos en las partes de la economía que nos interesan. Pero, no confunda el mundo del modelo con el mundo real.
La política monetaria siempre tiene algunos efectos sobre los precios relativos. Ejemplos obvios son los cambios en tasas de interés, tipos de cambio, y precios de los activos. Estos efectos, llamados efectos Cantillon, tras el economista quien, por primera vez, escribió acerca de ello en el siglo XVII, son típicamente pequeños. Pero, pequeño no es cero.

Encuentro más fructífero pensar acerca de la inflación como una reducción en el poder adquisitivo del dólar, independientemente de su causa. Por supuesto, el dinero fácil puede causar inflación. Pero, también, problemas de producción. Si está aumentando un índice general de precios, es inflación. No importa si la causa de ese aumento también se mete con los precios relativos. El dólar se debilita de igual manera.

El propósito de la teoría económica es hacer historia económica. Ello incluye la historia económica contemporánea, de la que es parte importante el análisis de política. Usamos modelos, matemáticos u otros, pues ayudan a entender el mundo real. No definamos a ese mundo como inexistente. Los problemas de suministros pueden, en efecto, causar inflación.

Alexander William Salter es Profesor Asociado de Economía en el Colegio Rawls de Negocios y Compañero de Investigación en Economía Comparada del Instituto del Libre Mercado, ambos en la Universidad Texas Tech. Ha publicado artículos en revistas especializadas importantes tales como the Journal of Money, Credit and Banking, the Journal of Economic Dynamics and Control, the Journal of Macroeconomics, and the American Political Science Review. Sus artículos de opinión han aparecido en The Hill, The American Conservative, US News and World Report, Quillette, y numerosos otros sitios. Salter obtuvo su M.A. y PhD. en Economía en la Universidad George Mason y su licenciatura en Economía en Occidental College. Participó en el 2011 en el Programa de Becarios de Verano del AIER.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.