CÓMO EL GOBIERNO CREÓ LA ESCASEZ DE FÓRMULA PARA BEBÉ Y UN MERCADO NEGRO DE IMPORTACIONES EUROPEAS “NO APROBADAS”

Por Jon Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Jueves 12 de mayo del 2022

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Como reportó Christian Szalinski en el New York Times, “la fórmula para bebé es uno de los productos alimenticios más estrechamente regulados en los Estados Unidos.


Como lo saben muchos, Estados Unidos está confrontando una escasez de fórmula para bebé que ha crecido hasta ser algo serio. Lo que empezó como quejas en Twitter acerca de mensajes de “sin existencias” en las compras de Amazon, se ha convertido en un pánico nacional.

Las Noticias de la CBS reportan que, en negocios minoristas alrededor del país, no había exigencias de alrededor de un 40 por ciento de productos de fórmula para bebé más vendidos, a fines de abril, según un análisis de Datasembly.

“Esta es una cifra impactante que usted no ve en otras categorías,” le dijo a la red de noticias Ben Reich, gerente general de Datasembly.

La historia logró suficiente impulso como para al fin lograr atención de la Casa Blanca.

El lunes, la secretaria de Prensa Jen Psaki dijo que el gobierno estaba haciendo lo más posible para enfrentar la escasez, haciendo ver que los manufactureros dijeron estar produciendo a la máxima capacidad, posterior a un retiro del producto por la Administración de Alimentos y Medicinas de los Estados Unidos (FDA)

“Asegurar la disponibilidad es, también, prioridad para la FDA y están trabajando las 24 horas para encarar cualquier posible escasez,” dijo Psaki.

Psaki no se equivocó en que el retiro del producto emporó la escasez de la fórmula para bebé.

Como señaló Eric Boehm la revista Reason, parte de la escasez surge de un brote bacterial que se sospechó en una planta de Abbott en Michigan, que impulsó el retiro de las tres marcas más importantes de fórmula en polvo. Los asuntos se empeoraron cuando la planta fue subsecuentemente cerrada para inspección por la FDA.

Aún así, uno podría ser razonablemente sospechoso de la idea de que una única contaminación pudiera poner de cabeza el mercado completo de fórmula para bebé de los Estados Unidos. Y por una buena razón.

Una ojeada más cercana al comercio de Estados Unidos y las políticas regulatorias revela que el mismo gobierno es responsable primario de la escasez de fórmula para bebé.

“UNO DE LOS PRODUCTOS ALIMENTICIOS MÁS FUERTEMENTE REGULADO”

Pocos pueden saberlo, pero la fórmula para bebé es uno de los productos más regulados en Estados Unidos. No lo estoy diciendo yo, sino el New York Times.

Como reportó Christian Szalinski en el New York Times, “la fórmula para bebé es uno de los productos alimenticios más estrechamente regulados en los Estados Unidos, con la Administración para Alimentos y Medicinas (FDA) dictando los nutrientes y vitaminas, y estableciendo reglas estrictas de cómo la fórmula se produce, empaca, y etiqueta.”

A pesar de estas regulaciones -más probablemente debido a ellas- muchos padres estadounidenses compran fórmula europea “no aprobada,” aun cuando, hace ver Szalinski, técnicamente va contra la ley.

“Hay grupos grandes en Facebook dedicados a las fórmulas europeas, en donde los padres comparten hojas de cálculo y notas detalladas acerca de los ingredientes y cómo estas fórmulas se comparan con las equivalentes de Estados Unidos,” hace ver ella. “Algunos encargados de cuido reportan elegirlas pues las marcas europeas ofrecen ciertas opciones de fórmula (como aquellas hechas de leche de cabra o leche de vacas creadas con pasto), que son raras o inexistentes en las fórmulas por la FDA en Estados Unidos. Otros buscan marcas europeas debido a la percepción de que las fórmulas son de mayor calidad y que las regulaciones europeas de la fórmula son más estrictas.”

Acerca de este mercado negruzco, resulta que los estadounidenses están dispuestos a pagar muchos dólares por la fórmula europea. Szalinski dice que un sitio en la red que vende formula europea para bebé, usted encuentra importaciones alemanas que cuestan aproximadamente $26 por una caja de 400 gramos, lo que es cuatro veces el precio de las fórmulas estadounidenses para bebé recomendadas por el Times.

En ciertos momentos, las importaciones del infame mercado negro de importaciones han resultado en arrestos de alto perfil, como en abril del 2021, cuando agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos se apropiaron de 588 cajas de fórmula para bebé (valor: $30.000), que violaban las “regulaciones de seguridad de las importaciones” de la FDA.

Algunos pueden alegar que, simplemente, la FDA está brindando seguridad a los estadounidenses y sus bebés -lo que, sin duda, es lo que reguladores querrían que usted creyera- pero esto deja de lado un hecho inconveniente: a pesar de los esfuerzos de la FDA, los estadounidenses están consumiendo vastas cantidades de fórmula de bebé en el mercado negro, y a los niños les está yendo bien.

Sin embargo, la guerra regulatoria del gobierno contra las importaciones de fórmula para bebé no es la única manera en que ha contribuido a la escasez de fórmula para bebé. Los aranceles también tienen un papel. Como señaló en Twitter el académico del Instituto Cato, Scott Lincicome, el gobierno de Estados Unidos impone un gravamen fuerte a la fórmula de bebé (técnicamente un “contingente arancelario”) que equivale a un 18 por ciento.

Hay un acuerdo general entre economistas que los aranceles crean distorsiones de mercado que dañan en el transcurso del tiempo a los consumidores domésticos, y hay todo tipo de razones para creer que estos impuestos a las importaciones han dificultado más a los estadounidenses el acceso a fórmula para bebé durante esta escasez (y, también, golpeado sus bolsillos).

QUIÉN LOGRA ESCOGER

Si la administración Biden es seria en cuando a resolver la fórmula para bebé, se olvidaría acerca de “trabajar las 24 horas” y simplemente abole las políticas y regulaciones proteccionistas que están dificultando la compra de fórmula.

Algunos pueden alegar que esto resultaría en más importaciones extranjeras de fórmula para bebé de calidad “cuestionable,” pero es un error creer que los burócratas en Washington, D.C. (o de cualquier otra parte para para el caso) tienen la fórmula “apropiada” que satisfaga algún estándar universal.

En efecto, como apunta Szalinski en su artículo del Times, aunque ambos, la Unión Europea y Estados Unidos, requieren un conjunto de las mismas vitaminas y minerales en la fórmula para bebé, igualmente hay algunas diferencias impactantes, en particular en el contenido de hierro y ácido docosahexaenoico (DHA por sus siglas en inglés) (un ácido grasoso de omega-3).

Debido a que la Unión Europea requiere niveles altos de DHA, algo que del todo no es requerido en Estados Unidos, casi todas las fórmulas para bebé estadounidenses fallan en cumplir con el estándar de la Unión Europea.

“Actualmente, la única fórmula estadounidense que satisfaría los requisitos de la Unión Europea de DHA, es la nueva fórmula para infante Bobbie,” escribe Szalinski. “Como una fórmula autodescrita de ‘estilo europeo.’ Bobbie se mercadea como una alternativa regulada por la FDA de las fórmulas europeas.”

Sin duda que los burócratas en el D.C. le dirán que su fórmula es la correcta y saludable, mientras que los burócratas de la Unión Europea casi que con certeza alegarían que ellos tienen la mezcla correcta de ingredientes.

Esto invita a una pregunta importante: ¿quién, en la realidad, tiene la mejor fórmula mula para bebé para infantes, la Unión Europea o los Estados Unidos?

Muchos pueden pensar que ellos lo saben, pero, el economista Thomas Sowell nos recuerda que esta es la pregunta equivocada.

“La pregunta más importante no es qué es lo mejor, sino quién decidirá qué es lo mejor,” dice Sowell.

A lo que se estaba refiriendo Sowell es que los consumidores con su parte de riesgo deben decidir, en última instancia, qué producto o servicio es mejor para ellos, y los intentos del gobierno por regular esa elección invariablemente dificultan obtener a los consumiremos el mejor producto al mejor precio.

Esta es la razón por la que el economista Ludwig von Mises hizo ver que los consumidores -no los políticos, gerentes de empresas, o burócratas- son los verdaderos capitanes del barco de la economía en un mercado libre.

“En el sistema capitalista de economía de mercado los amos reales son los consumidores,” escribió Mises en su libro Burocracia. “Al comprar y al abstenerse de comprar, son ellos los que deciden quién se apropiará del capital y quién dirigirá las instalaciones. Determinan lo que se ha de producir y en qué cantidad y de qué calidad. Sus actitudes originan el beneficio o la pérdida para el empresario.”

La escasez de fórmula para bebé es el último ejemplo que muestra que la mayoría de la gente en Washington, D.C. necesita entreabrir a Mises y dejar de tratar de brindar “soluciones” para los mercados.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.