¿UN ZAR DE LA REALIDAD? QUÉ PODRÍA REALMENTE SALIR MAL

Por Gary M. Galles
American Institute for Economic Research
8 de mayo del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es gary m. galles american institute for economic research zar, May 8, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

En su correo del 25 de abril del American Enterprise Institute, “Obama se Equivoca acerca de Regular la Desinformación,” Mark Jamison disputa el reciente argumento de Barack Obama de que “el crecimiento de medios sociales y la tecnología… subvierten nuestra democracia,” y que la “regulación tiene que ser parte de la respuesta.”

Jamison ve asomarse un peligro que aquellos argumentos ignoran: “Si el gobierno puede influir en lo que la gente ve, puede convertirla en relativamente ignorante de los datos y opiniones que al gobierno le disgustan.” Esto es especialmente importante, pues “funcionarios de gobierno son a menudo actores importantes en la diseminación de información falsa.” En consecuencia, “la respuesta a la mala información no es un papel mayor para el gobierno como guardián de la puerta de la información, sino que haya más voces… [pues] quienes se ponen a sí mismos en dicho papel, a menudo se equivocan, dejándonos poca certeza de que un guardián de la puerta del gobierno resultaría en afirmaciones más ciertas.”

Obama me recordó el llamado del año pasado del escritor del New York Times Kevin Roose de crear un “zar de la realidad” ̶ una fuerza de tarea gubernamental que eliminara la desinformación, a pesar de una historia de gobiernos y sus acólitos de diseminar mala información, tener sesgos obvios, y suprimir a aquellos con diferentes ideas. Si ese trabajo fuera en la academia, sin duda que sería llamado la “Silla George Orwell,” agregando “de la verdad” si Steven Colbert fuera uno de los donantes.

Así que, ¿en quién se podría confiar como zar de la realidad? En nadie. Esta es la razón por la que los demócratas nunca sugirieron uno cuando Trump estaba en el cargo. En la política, la verdad está subordinada al poder. Todavía más, cualquier intento para establecer la verdad cuando de manera demostrable está en duda, estaría plagado de obstáculos y controversias, y, a menudo, más allá de ser posible, pero crearía un camino claro para destrozar las libertades estadounidenses. Sólo para una persona indisputablemente comprometida, tanto con la verdad como con la libertad, habría posibilidad de confiar que conduzca tal empresa. ¿Hay alguien que califique? Ese parece ser un conjunto vacío.

Si no fuera porque murió hace mucho tiempo, yo propondría a John Milton. Antes de la fundación de Estados Unidos, en Inglaterra argumentó a favor de las libertades de expresión y de prensa, y contra la censura. Su defensa posterior de la libertad de conciencia resonó profundamente en los Fundadores de Estados Unidos, reflejándose en la Primera Enmienda. Así que, vale la pena considerar los principios que él utilizaría para establecer la verdad y preservar la libertad, en sus propias palabras.

“¿Quién ha sabido que la verdad se pone peor en un encuentro libre y abierto?”

“Verdad....Déjala a ella y a la falsedad luchar.”

“La verdad y la comprensión no son mercancías que puedan ser monopolizadas.”

“Si se trata de prohibir, no hay algo más probable que se prohíba que la propia verdad.”

“La verdad... no necesita de políticas o estratagemas... para salir victoriosa. Estas son… las defensas que el error usa contra su poder.”

“Dadme la libertad de saber, de hablar y de argumentar libremente según la consciencia, por encima de todas las libertades.”

“Cuando las quejas se escuchan libremente, se consideran profundamente y se reforman rápidamente, entonces, se obtiene la máxima libertad civil que buscan los sabios.”

“Discernir... en qué cosas la persuasión sólo funciona.”

“Ninguna institución que no ponga a prueba continuamente sus ideales, técnicas y medidas de realización, puede reclamar una verdadera vitalidad.”

“¿Es justo o razonable, que... las voces en contra del fin principal del gobierno esclavicen a [aquellos] que serían libres?”

“Permitida toda controversia, la falsedad parecerá más falsa, y la verdad más verdadera; lo que debe conducir mucho a la confirmación general de una verdad implícita.”

“Aquellos que no buscan nada más que su justa libertad, tienen siempre el derecho de ganarla y mantenerla, siempre que tengan el poder… siendo las voces siempre tan numerosas que se oponen a ella.”

“La libertad tiene un filo afilado y doble, apto sólo para ser manejado por hombres justos y virtuosos… que tienen la feliz habilidad de saber lo que es un agravio y lo que es injusto para un pueblo, y cómo quitarlo sabiamente… para que los hombres buenos puedan disfrutar de la libertad que merecen, y los malos del freno que necesitan.”

También, Milton agregaría otras calificaciones importantes al evaluar la realidad. Él no sería mal dirigido por promesas del gobierno que amenacen los derechos que componen nuestra libertad, tan sólo porque el gobierno no menciona tal hecho. Por igual, cuando las promesas de beneficios sobrepasan en mucho los costos para los ciudadanos, él reconocería que al menos están omitiendo algo de la verdad. Como segundo escritor inglés más famoso detrás de Shakespeare, en verdad también estaría alerta ante el abuso del lenguaje que no esté en prosecución de la verdad, sino del poder sobre otros.

Discutir acerca de John Milton como zar de la realidad o la verdad no es una propuesta seria. Pero, revela los requisitos necesarios para el puesto ̶ el amor a la verdad y libertad por el que se fundó nuestro país. Aún más, esos requisitos casi que, en verdad, servirían, para muchas de las posiciones, promesas y políticas de aquellos que los nombraron, para identificarlas, a la vez, como falsas e indignas de libertad. Como resultado, ningún zar alguna vez sería instalado en la “Silla George Orwell,” y cualquiera menos confiable se ensañaría en vez de servir a los estadounidenses “vida, libertad y búsqueda de la felicidad,”

El Dr. Gary M. Galles es profesor de Economía en la Universidad Pepperdine. Su investigación se enfoca en las finanzas públicas, la elección pública, la teoría de la firma, la organización industrial y el papel de la libertad, incluyendo las ideas de muchos liberales clásicos y de fundadores de los Estados Unidos. Sus libros incluyen Pathways to Policy Failure, Faulty Premises, Faulty Policies, Apostle of Peace, y Lines of Liberty.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.