LA AMENAZA A LA LIBERTAD VIENE DESDE DENTRO DE CASA

Por Barry Brownstein
American Institute for Economic Research
27 de abril del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es barry brownstein american institute for economic research, Liberty, April 27, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Usted, como lo estoy yo, podría estar alarmado acerca del futuro de la libertad. ¿Qué tan profundas son las raíces de la libertad cuando tantos se someten a las medidas autoritarias en respuesta al COVID, y aprueban el uso de la coerción contra aquellos menos dispuestos a obedecer? Incapaces de visualizar alternativas, la aceptación pública de soluciones coercitivas al COVID desde arriba hacia abajo, demuestra una disposición de sacrificar la libertad por la promesa de seguridad.

Para restaurar la libertad, necesitamos profundizar nuestra comprensión de la libertad.

El prolífico autor y educador Leonard Reed es más famoso por su ensayo eterno, “Yo, el Lápiz.” En uno de sus trabajos previos, Students of Liberty, basado en una charla de 1950 que él brindó a estudiantes de economía en la Universidad de Pittsburgh, Read aclara, en términos sencillos, lo que es la libertad y la mentalidad que deben ser restauradas.
Escribe Read, “La libertad -la ausencia de coerción o violencia- no es fácilmente comprendida.” Explica que la ausencia de coerción y violencia no es fácilmente comprendida pues “relativamente pocos entre quienes han vivido en esta tierra han sido capaces de visualizar algún orden en la sociedad, o algún progreso de quienes la conforman, excepto como la voluntad de algunos impuesta sobre las acciones de otros.”

De forma reveladora, agrega Read, “La historia, en su mayor parte, es un registro de violencia. Hablar y escribir en la actualidad -historia en ciernes- en su mayor parte revelan una disposición del público estadounidenses para reorganizar las reglas de violencia.”

Se está haciendo historia no sólo por los gobiernos y burócratas, sino por nuestros compatriotas estadounidenses. Los resultados de esta encuesta de Rasmussen conducida a inicios de este año, revelan una disposición del público estadounidense para reordenar las “reglas de la violencia:”

“Un 59 por ciento de votantes del partido demócrata favorecería una política gubernamental que requiere que los ciudadanos permanezcan confinados en sus hogares todo el tiempo, excepto por emergencias, si se rehúsan vacunarse contra el COVID-19.

Casi la mitad (un 48 por ciento) de votantes demócratas piensa que los gobiernos federal y estatal deberían estar en capacidad de imponer multas o prisión a individuos que cuestionen públicamente la eficacia de las vacunas existentes contra el COVID-19, en medios sociales, televisión, radio, o en línea o en publicaciones digitales.

Un 45 por ciento de demócratas favorecería que los gobiernos requieran a ciudadanos que vivan temporalmente en instalaciones o ubicaciones designadas si se rehúsan a vacunarse por el COVID-19.

Un 47 por ciento de demócratas favorecería un programa de trazado gubernamental de quienes no se vacunan contra el COVID-19.

Un 29 por ciento de votantes demócratas apoyaría remover temporalmente la custodia paternal de sus niños, si los padres rehúsan la vacuna por el COVID-19.”

Sin duda, una mayoría clara del total de votantes posibles se opone a estas medidas. Sin embargo, está soplando un viento aterrador justificando la violencia, un viento al que le da la bienvenida un número alarmante de votantes de todas las tendencias.

Habiendo excitado temores primitivos, el Dr. Fauci, Bill Gates, presidentes y gobernadores, apoyados por noticias de la corriente principal y la censura de los medios sociales, se propusieron asumir la responsabilidad de nuestras decisiones acerca de la salud. La gente se sintió aliviada de la carga de tener que explorar lo que podían hacer para elevar su sistema inmune y conservar su salud. Read explora las consecuencias de tercerizar nuestra responsabilidad personal:

“Una vez que se remueve la confianza en uno mismo, una vez que la responsabilidad de una porción de nuestro ser ha sido asumida por otro -sea ese otro una persona, un conjunto de personas, o la fuerza policial- dejamos de pensar o aplicar nuestro ingenio a las actividades así transferidas. Cuando el organismo al que se hace la transferencia es el estado, una agencia de coerción. ¿extraña que el pensamiento creativo disminuye casi hasta su inexistencia?”

Llegamos a convencernos de que no hay otras soluciones, así que las dejamos de buscar. Explica Read, “El pensamiento creativo es abandonado por el hombre como agente libre y así creativo, y asumido por el hombre como agente de coerción. La coerción, por su naturaleza, es incapaz de ser creativa.” No extraña que, con el gobierno a cargo, se dé prioridad a soluciones coercitivas de arriba hacia abajo, y que se frustren activamente esfuerzos por descubrir tratamientos efectivos para el COVID.

Si usted esta cansado de estar a la defensiva, oponiéndose a interminables medidas coercitivas o si quiere “menos palabrería y más acción,” Students of Liberty de Read es un alivio para su alma orientada hacia la libertad. A pesar de lo anterior, este no es un llamado para organizar y elegir la gente apropiada.

La película Cuando un extraño llama brinda una metáfora que expone la tendencia humana a ver nuestros problemas como muy alejados de donde están en la realidad. En la película, el asesino psicópata que llama a la niñera no se haya muy lejos; las llamadas estaban viniendo desde el interior de la casa. La amenaza real a la libertad y los medios para restaurar la libertad están más cerca de lo que pensamos.

AMOR VERSUS VIOLENCIA

La encuesta de Rasmussen puede desatar una respuesta defensiva: al diablo con quienes pisotearían nuestros derechos. Piense de nuevo. Algunos de aquellos con ideas no liberales son miembros de nuestra familia, colegas, y vecinos. Read apunta a un hecho fundamental de la existencia humana ̶ la humanidad es interdependiente. Escribe que nuestra “existencia en esta tierra más allá de un estado primitivo requiere un reconocimiento de este hecho y un conocimiento de cómo lidiar con él hábilmente.”

Read indica que “Cómo tratar con su [interdependencia] hábilmente es en donde se origina la divergencia en asuntos sociales.” Continúa, “Esta divergencia toma la forma de dos recomendaciones diametralmente opuestas. Una aplaude la vida según el principio de la violencia. La otra aplaude la vida según el principio del amor.”

Cuando pensamos acerca de violencia, pensamos en criminales o gobiernos librando guerras. Read nos pide que ampliemos nuestra comprensión de la violencia y reflexionemos acerca de las formas en que la apoyamos. Obligar financiar programas gubernamentales que no apoyamos con nuestros dólares de impuestos, es un acto de violencia. La violencia incluye acciones que se toman para impedir que gente lleve a cabo decisiones pacíficas acerca de cómo usar su energía y propiedad.

Read es claro: “La Causa de nuestros males es descansar en el principio de la violencia. La violencia alimenta la violencia. Entre más la practicamos, más de ella la racionalizaremos como justificada ̶ incluso como ‘necesitada.’”

¿Conducirá el camino que está tomando nuestro país a los violentos horrores que estamos hoy presenciando en Shanghai, en donde 25 millones de personas están atrapadas en sus apartamentos con poca comida?

Escribe Read, “La alternativa a la violencia es el amor.” Por supuesto, él no se está refiriendo al amor romántico. En cambio, admite las virtudes del amor:

“Amor, como se usa aquí, se refiere a la aplicación de las virtudes bondadosas en las relaciones humanes, tales como tolerancia, caridad, buena deportividad, el derecho de otro a sus ideas, integridad, la práctica de no hacer a otros lo que usted no desearía que ellos le hicieran a usted, y otros atributos que resultan en confianza mutua, cooperación voluntaria, y justicia.”

“El amor prospera sólo en libertad.” Continua Read,

“[El amor] se genera y crece entre los hombres libres; sólo con dificultad entre hombres gobernados por principios de violencia. Dado que la violencia provoca violencia, por igual un acto personal de bondad provoca otro… Entonces, es en libertad como la aptitud natural del hombre evoluciona hacia su potencialidad y su bondad.”

Reed ve la verdad: El amor prospera en libertad. También, es cierto que la libertad prospera sólo con amor. Sólo con amor usted acepta los principios de una sociedad libre. Los derechos y libertad que usted aprecia por sí solos, son posibles únicamente cuando usted aprecia los mismos derechos para todos los demás.

Es una distorsión creer que usted tiene la libertad de elegir un procedimiento médico para sí mismo y, al mismo tiempo, creer que otros deberían hacer la misma elección que usted hizo. Read nos alerta a que examinemos la creencia subyacente de que nosotros somos más “decentes” que otros:

“No es necesario formular el caso en favor del principio de amor. La mayoría de las personas afirmarán que este es el principio que deberíamos practicar, pero que es impráctico. Pero, trate de encontrar un individuo que cree que es impráctico en lo que a él concierne. No lo existe. Cada persona piensa sólo que son otros quienes son incapaces de decencia.”

Creer que uno es más decente que otros, es sólo un paso para establecerse uno como el estándar de cómo otros deberían vivir:

“Lo que estoy afirmando es que todo mundo piensa de sí mismo como esencialmente bueno y capaz de acciones elevadas que requieren la interdependencia de acuerdo con los principios de amor. ¿Por qué, entonces, no terminamos con la violencia? Primordialmente, la razón se debe a una falacia inhibitoria sumamente frecuente, un mito que hemos conjurado en nuestras mentes: “Nadie es tan bueno y confiable, si de deja a sus propios recursos, que como lo soy yo.”
Esta es una forma de cesarismo intelectual. De hecho, las personas que mantienen esta opinión aseveran que el mundo sería un mejor sitio en qué vivir si los otros fueran moldeados a su imagen ̶ una acusación bastante descarada de Dios.”

YENDO A LA OFENSIVA

Read explica por qué los llamados a la “acción” son formas relativamente infectivas para restaurar y promover la libertad. Destaca lo que más importa para el futuro de la libertad: debemos ser estudiosos de los principios de libertad.
Explica que hasta estudiantes avanzados tienen más por aprender:

“Una apreciación de que el progreso es posible sólo cuando la energía humana es liberada de restricciones, ha sido lograda sólo por pocos hombres. ¿Hay algún libro o artículo escrito por alguien en algún momento que pueda designarse como la palabra final acerca de la libertad? Lo dudo. Tal vez, lo mejor que puede decirse es que las mejores mentes de todos los tiempos han estado en busca de su comprensión y que, ahora y en aquel entonces, un pequeño rayo de nueva luz se ha lanzado sobre lo que hasta en aquel momento era obscuridad y ausencia de comprensión. Esos pocos más avanzados investigadores han estado entre quienes dicen: ‘Entre más exploración hago, más encuentro que hay por aprender.’”

Para la búsqueda avanzada de libertad, nos unimos a Read preguntando, “¿Cuál [entonces] debería ser la dirección de nuestros esfuerzos?

“Mi respuesta -la superación personal- es la esencia de la simplicidad. Sin embargo, las razones que yacen detrás de la respuesta son complejas. Pero, sin las razones complejas, la respuesta simple es inútil. Las inclinaciones para eludir la responsabilidad personal, y las creencias evocadas de que, de alguna forma, los milagros intelectuales pueden ser forjados por nosotros sobre alguien más, son demasiado persuasivas como para ser fácilmente rechazadas. A menos que comprendamos plenamente que esas inclinaciones y creencias carecen totalmente de mérito, seguiremos complaciéndonos. Deseo hacer el argumento, tan bien como puedo, a favor de la superación personal como el único curso práctico que existe para una mayor libertad.”

Read advierte que, si usted cree que no es usted, sino alguien más, quien necesita mejorar, está mirando en la dirección equivocada:

“Esa noción de que siempre es algún otro, en vez de uno mismo, el que tiene necesidad de mejorar, se basa en varios supuestos falsos. Niega cualquier extensión de la comprensión a la única persona en la tierra sobre la que usted tiene la mayor influencia ̶ usted mismo. Marca al orador como pensando de sí mismo como si fuera un producto intelectual terminado, como un sabio total. Y, finalmente, ignora la idea de verdad como objeto de búsqueda infinita. Esta noción hace válido un tipo de egoísmo en presencia del cual el aprendizaje no puede tomar lugar. Es la muerte del espíritu de investigación.”

Read nos plantea tres preguntas para medir nuestro compromiso con la libertad: ¿Iniciaría una ofensa sobre quienes no me ofenderían? ¿Soy injusto, naturalmente, al punto que se requiere violencia para contenerme? ¿Soy incapaz y reacio a tratar honestamente con quienes tratarían honestamente conmigo?”

Read nos desafía a descubrir vigorosamente los límites de nuestra propia comprensión y reconocer nuestros fallos en elegir el amor por encima de la violencia: “La actitud del estudioso es más que un asunto de simple afirmación. Es más acerca de averiguar qué se sabe. Requiere la rara cualidad de descubrir lo que no se sabe.”

Aprender acerca del amor versus la violencia debería ser el foco de nuestros esfuerzos:

“Si es cierto que uno no llega a ser un maestro de la libertad sino hasta que uno mismo haya avanzado como un estudioso; si es cierto que el principio de amor prospera en condiciones de libertad; si es cierto que el principio de violencia prospera en ausencia del principio de amor; si es cierto que el principio de violencia es destructivo de nosotros mismos, la civilización, y la humanidad; entonces, parecería deducirse que la actitud del estudioso debe encabezar nuestra agenda de actividades requeridas.”

Read admite que “para algunos un aspecto desalentador del enfoque del estudiante es que reduce la posibilidad de ‘salvar al mundo’ hacia la de salvar sólo a una persona ̶ uno mismo.” Hemos estado equivocados al pensar que nuestro trabajo es cambiar a otros, a la vez que pretendemos ser árbitros de la virtud. Es sólo en el grado de nuestro error que diferimos de otros.

Nuestros esfuerzos por mejorar como personas tienen su compensación: “Una persona con esta filosofía recibe satisfacción ante cualquier aumento de su propia percepción y, en consecuencia, no se desalienta con las “fallas” de otros. En realidad, no hay otra forma de ‘salvar al mundo.’”

Es fácil decirnos a nosotros mismos que otros no están listos para asumir las responsabilidades de la libertad. Es más difícil considerar nuestro propio rechazo a proseguir una vida de libertad y responsabilidad. En este momento crucial en la historia, Read aconseja humildad: “El estudiante avanzado de la libertad, que son tan altamente necesitados en esta coyuntura de la historia, surgirá entre quienes califican apropiadamente su competencia como baja, pero que están decididos a elevarla.”

La buena noticia es que promover la libertad no depende de encontrar la gente correcta que nos gobierne. Usted, como estudiante de libertad, es la persona que estamos esperando. Cada uno de nosotros está esperando que el otro elija amor sobre violencia. Deje de esperar; vivir las virtudes del amor es esencial para practicar con el ejemplo.

Es fácil desalentarse, al temer que el panorama de la libertad nunca ha sido más sombrío. Read podría decir que las perspectivas para la libertad nunca han sido mayores. ¿Por qué? Atentos ante la erosión de la libertad, hay más agua para el molino que facilita nuestro aprendizaje que en cualquier momento en la memoria reciente. Tenemos más oportunidades de convertirnos en estudiantes avanzados de la libertad. En el tanto que cada uno de nosotros responda al llamado, disminuirá la amenaza para la libertad. Todos somos los llamados, pero, ¿hay suficientes de nosotros dispuestos a escuchar el llamado? El futuro de la libertad depende de nuestra respuesta.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership, y sus ensayos han aparecido en publicaciones como la Fundación para la Educación Económica e Intellectual Takeout.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.