MARIO VARGAS LLOSA-EL NOVELISTA PERUANO QUE ABANDONÓ EL CASTRISMO Y SE CONVIRTIÓ EN IMPORTANTE LIBERAL CLÁSICO

Por Emmanuel Rincón
Fundación para la Educación Económica
Martes 26 de abril del 2022

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como emmanuel rincón foundation for economic education, Vargas Llosa, April 26, 2022 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

Mario Vargas Llosa surgió de medios humildes para convertirse en uno de los más celebrados escritores del mundo. Pero, su viaje no fue una línea recta.

[Nota del editor para los lectores en inglés [y también para aclararles a los lectores no en inglés del uso de ese término en Estados Unidos]: Para los latinoamericanos y quienes hablan en español, el término liberal no se usa como sinónimo de progresista o izquierdista [como lo es en Estados Unidos]. En español, el término liberal se refiere a liberales clásicos o libertarios.]

Al nacer, Mario Vargas Llosa tenía poca posibilidad de convertirse en uno de los escritores más universalmente leído. Cuando sus ojos se abrieron al mundo, y su cerebro apenas empezaba a procesar emociones, él estaba en Arequipa, Perú, lejos de los grandes circuitos de publicación de Europa o Estados Unidos. Las decisiones de su madre no le llevarían cerca de una carrera literaria futura y promisoria, pues, desde Arequipa, se trasladaron a Cochabamba en Bolivia, en donde Mario pasaría la mayor parte de su infancia, hasta que una reunión inesperada con su padre (a quien creía muerto), le conduciría a vivir a Lima, la capital peruana.

En su trabajo autobiográfico, El pez en el agua, el futuro ganador del premio Nobel en Literatura dijo que en su adolescencia temprana nunca soñó con ser un escritor. Por el contrario, al preguntársele que quería ser cuando creciera, fue rápido en responder que quería ser un marinero. No obstante, el tiempo, destino, y, de cierta forma, el mercado, le mostrarían a Mario el camino hacia una carrera literaria prodigiosa.

El escritor peruano dice que, debido a la soledad en la escuela secundaria militar en que su padre lo matriculó por la fuerza, empezó a leer y, también, a escribir, tal vez como forma de liberar tantas frustraciones. Luego, corrió la voz de que él era bueno con las letras. Súbitamente, empezó a recibir solicitudes de otros cadetes para que les escribieran cartas de amor a sus enamoradas, y fue en ese entonces cuando Vargas Llosa descubrió que podía ganarse la vida como escritor.

Las cartas de amor para los cadetes gradualmente se convirtieron en novelas cortas que vendió a sus compañeros cadetes por pequeñas sumas de dinero para comprar cigarrillos, y, desde ese entonces, Mario nunca dejaría de escribir. Las novelitas, como las llamó, se convirtieron en grandes novelas que editores industrializados editarían, traducirían y distribuirían a través de todo el mundo. La pluma de Vargas Llosa se convirtió en una de las más buscadas en toda esquina del planeta, y eso, también, daría nacimiento a un gran pensador.

DESDE EL CASTRISMO AL LIBERALISMO CLÁSICO

A pesar de los enormes esfuerzos intelectuales de Mario Vargas Llosa, como muchos pensadores de su época, él no se escapó de los embrujos del colectivismo y la poderosa propaganda cubana que se diseminó a través de Occidente.

La revolución de Fidel en Cuba sedujo a todo mundo. Desde el New York Times hasta la BBC y los principales periódicos hispanos, no había nada más que alabanzas para el dictador de Cuba. Vargas Llosa fue parte de ese enorme grupo de personas que creía que lo que Castro había hecho era el camino hacia adelante de la humanidad.

A diferencia de muchos de los pensadores de ese tiempo que continuaban alabando a Castro a pesar de la enorme evidencia de autoritarismo en Cuba, Vargas Llosa se distanció del castrismo después de hacer varios viajes a la isla. Gradualmente durante esos viajes empezó a descubrir los males del colectivismo, al grado que reformó radicalmente su pensamiento y se convirtió en un gran pensador liberal clásico.

En su ensayo La llamada de la tribu, Vargas Llosa desglosa el pensamiento de Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich von Hayek, Karl Popper, Isaiah Berlin, Raymond Aron, y Jean-Francois Revel.

“Optar por el liberalismo fue un proceso sobre todo intelectual de varios años al que me ayudó mucho el haber residido entonces en Inglaterra, desde fines de los años sesenta, enseñando en la Universidad de Londres, y haber vivido de cerca los once años de gobierno de Margaret Thatcher,” escribió Vargas Llosa.

En adición, el laureado con el Nobel admite que La Sociedad Abierta y sus Enemigos de Karl Popper y Camino de Servidumbre de Friedrich Hayek son dos de sus libros que tiene al lado de la cama.

En este ensayo, Vargas Llosa hace una serie de análisis e interpretaciones de esos pensadores y llega a la conclusión de que “El liberalismo es una doctrina que no tiene respuestas para todo, como alega el marxismo, y admite la divergencia y la crítica.” Esta es precisamente una de las mayores fortalezas del liberalismo: la admisión de un debate abierto y la discusión de ideas.

“Los liberales no somos anarquistas y no queremos suprimir al Estado. Por el contrario, queremos un Estado fuerte y eficaz, lo que no significa un Estado grande, empeñado en hacer cosas que la sociedad civil puede hacer mejor que él en un régimen de libre competencia. El Estado debe asegurar la libertad, el orden público, y el respeto a la ley” escribió Vargas Llosa, agregando “Mientras más crece el Estado, y más atribuciones se arroga en la vida de una nación, más disminuye el margen de libertad del que gozan sus ciudadanos.”

En este libro, el escritor peruano también admite que uno de los escritores latinoamericanos que más influyó en su pensamiento fue el venezolano Carlos Rangel, acerca de quien he escrito aquí. Yo, como Mario, considero a Rangel como siendo una de las mentes más brillantes y subestimada de América Latina, el mundo liberal, y el debate político.

UNA MENTE LIBERAL EN EVOLUCIÓN

A los 86 años de edad, Vargas Llosa, y con la increíble lucidez que le ha caracterizado, reconoce perfectamente que el liberalismo, además del mercado libre, debe acompañarse del pluralismo y el debate de ideas, con el propósito de crear, poco a poco, los acuerdos que cada nación necesita para el progreso social, cultural, y económico.

Para ejemplificar esto, he aquí una cita de Mario de una entrevista en la revista sueca Neo Magasinet:

“Esos logros no se pueden alcanzar a través de una planificación colectivista, tratando de crear un ideal de sociedad igualitaria en la que cada individuo viva de acuerdo con cierto patrón preestablecido. Eso es un error, y ha conducido a la más monstruosa represión y a la violencia más brutal de toda la historia. Tenemos que aceptar que la moderación es la mejor manera de mejorar las cosas, tenemos que aceptar que las reformas se llevan a cabo poco a poco, mediante acuerdos. No es la perfección, no es el paraíso, pero hay que tener en cuenta cuál es la alternativa. El sueño de una sociedad perfecta nos condujo al infierno”.

Sin duda alguna, Mario, ese niño nacido en Arequipa y criado en Cochabamba, se ha convertido en el más importante pensador global y liberal del último siglo, un escritor quien, tengo la esperanza, puede continuar deslumbrándonos con su pluma y sus pensamientos durante muchos años por venir.

Este artículo fue adaptado con el permiso de El American.

Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ha ganado varios premios literarios internacionales. Es editor de El American.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.