CHINA MUESTRA (OTRA VEZ) QUE LOS COMUNISTAS NO RESPETAN LA VIDA

By Hannah Cox
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 13 de abril del 2022

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Tal como hemos visto una y otra vez a través de la historia, cuando los derechos individuales se subvierten, también inevitablemente el grupo es dañado.

En años recientes, el mundo ha visto con horror cuando residentes de Shanghai han sido encerrados en sus hogares por su gobierno. ¿Por qué? Las autoridades chinas están persiguiendo una meta sinsentido e imposible de cero casos de COVID ̶ a pesar del hecho de que el virus tiene una tasa de mortalidad de menos de un uno por ciento y que la vacuna es fácilmente asequible.

Para poner en práctica sus nuevas cuarentenas, el régimen comunista ha invocado tácticas brutales. Los 25 millones de residentes de la ciudad han sido encerrados en sus casas, con sus suministros alimenticios agotándose y acabándose las medicinas. Se supone que su gobierno entregue esos ítems a los hogares de sus ciudadanos, pero, sin sorprender, está fallando en hacerlo de forma organizada y a tiempo.

Y, ahí no paran las cosas. CNN reporta que la gente no ha podido recibir cuidado médico, incluso en emergencias, sin tener una prueba negativa de COVID. A pacientes con enfermedades crónicas o aquellos en necesidad de cirugía indefinidamente se les ha negado el cuidado. Y videos muestran a autoridades matando mascotas de familias que se escaparon hacia las calles.

Más de 30.000 médicos y 2.000 trabajadores militares se despacharon hacia la ciudad para imponer esas medidas, y aún cuando no se sabe exactamente la extensión de esa “imposición,” no parece ser buena. El New York Times reporta residentes cantando, “¡Queremos suministros! No queremos morir de hambre.”

También, CNN reportó que “un comentario popular en la plataforma china de medios sociales altamente censurada, Weibo, dice, ‘No nos morimos por el Covid, sino por las medidas de control del Covid.’”

A propósito, en realidad, nada de esto está reduciendo los casos. Pasaron de los 20.000 la semana pasada ̶ un pico más alto que aquel visto en Wuhan en el 2020.

Las medidas draconianas proseguidas por el Partido Comunista Chino (PCC) y los resultados trágicos de los que estamos siendo testigos, son sólo recordatorios de qué tan mortal puede ser esta ideología autoritaria. De hecho, el comunismo ha matado más gente y causado más sufrimiento que cualquier otra ideología en la historia. Y, en China, los líderes del PCC están demostrando, una vez más, que la vida humana (o, en realidad, del todo cualquier vida) nunca será valorada bajo un sistema comunista.

En sus breves cien años, el comunismo ha sido responsable de más de 100 millones de muertes ̶ y ha arruinado las vidas de innumerables más. De hecho, el propio Mao Zedong de China mató a más de sus propios ciudadanos que Hitler o Stalin, con un estimado de 45 millones. Como dijo famosamente Mao, “¡El comunismo no es amor! ¡El comunismo es un martillo que usamos para destruir a nuestros enemigos!”

El comunismo es una ideología opresora y malvada que descansa en la fuerza bruta y la coerción. Sólo ha tenido éxito en empobrecer y hacer miserable a aquellos bajo su puño. Los abusos a los derechos humanos que actualmente ocurren en China son recuerdo importante de qué tan valioso es tener un sistema que reconozca y proteja a esos derechos individuales.

Ayn Rand (1905-1982), la celebrada escritora y filósofa, dijo en una ocasión, “No cometas el error del ignorante, que piensa que un individualista es un hombre que dice: ‘Haré lo que me dé la gana a expensa de todos los demás.’ Un individualista es un hombre que reconoce los derechos inalienables del hombre ̶ los propios y aquellos de otros.”

Rand, una hija de la Revolución Rusa, entendió el valor de los derechos individuales mejor que la mayoría de las personas. A una edad de 12, ella y su familia huyeron de San Petersburgo después del levantamiento bolchevique, cuando el negocio de su padre fue confiscado por los comunistas como resultado de la Revolución de Octubre.

Todas las vidas tienen valor. El colectivismo pide que neguemos ese hecho y que pretendamos que el bien del todo se sobrepone a aquel del individuo. Pero, esto es falso. Como hemos vista una y otra vez a través de la historia, cuando se subvierten los derechos individuales, también inevitablemente el grupo es dañado. En contraste, al mantenerse el individualismo e incentivar la gente a servir sus congéneres, como lo son bajo el capitalismo, la sociedad como un todo florece por igual.

Hanna Cox es la Administradora de Contenido y Embajadora de Marca de la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.