Muy interesante y nos ayuda a escoger prudentemente.

LA DESVENTAJA AMBIENTAL DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS

Por Michael Heberling
Fundación para la Educación Económica
Jueves 7 de abril del 2022

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como michael heberling foundation for economic education, environmental, April 7, 2022 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

Cualquier vehículo eléctrico requiere seis veces los insumos minerales de un vehículo comparable de máquina de combustión interna, según la Agencia Internacional de Energía.

En cierto momento, “Salvar el Ambiente” y “Luchar contra el Cambio Climático” eran sinónimos. Ya no más es cierto. La búsqueda de Energía Limpia por medio de vehículos eléctricos (VE) resume “el fin justifica los medios.”

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), un vehículo eléctrico requiere seis veces los insumos minerales de un
motor equivalente de un vehículo de combustión interna (VCI). Las baterías VE son muy pesadas y se hacen con algunos materiales exóticos, caros, tóxicos e inflamables.

Los metales primordiales en las baterías de los VE incluyen el níquel, litio, cobalto, cobre y metales de tierras raras (neodimio y disprosio). La minería de estos materiales, su uso en manufactura y su disposición final, todos, presentan desafíos ambientales importantes. Noventa por ciento de las baterías de plomo de los VCI se reciclan, mientras que sólo lo es el cinco por ciento de las baterías de iones de litio de los VE.

El petróleo ha sido tan demonizado que tendemos a dejar de ver sus rasgos positivos como fuente energía, en comparación con la energía de las baterías de los VE. La energía de una máquina de combustión interna, el petróleo, es un producto básico encontrado abundantemente alrededor del mundo (especialmente en nuestro propio patio trasero).
En el 2019, las cuatro principales naciones productoras de petróleo fueron Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita y Canadá. En contraste, la energía de los VE depende de una mezcla de diferentes productos básicos provenientes de sólo un puñado de naciones del tercer mundo.

A pesar de la histeria ambiental acerca de la perforación petrolera, el área alterada de la superficie es relativamente pequeña, pues el petróleo se extrae debajo del suelo. En contraste, muchos de los materiales prominentes en la revolución de la energía limpia se obtienen por medio de minería horizontal a cielo abierto, lo que es extremamente dañino para áreas amplias del ambiente.

NÍQUEL

El níquel, un componente importante de las baterías de los VE, se encuentra apenas debajo de la superficie de las selvas lluviosas de Indonesia y Filipinas. Como resultado, el níquel se extrae usando minería a cielo abierto horizontal, que resulta en una degradación extensa del ambiente: desforestación y remoción de la capa superficial del suelo. Los bosques lluviosos desempeñan un papel crucial en la “lucha contra el cambio climático,” al remover el dióxido de carbono de la atmósfera por medio de la fotosíntesis. El grito de batalla ambiental “Salven los Bosques Lluviosos” necesita ser reemplazado por un nuevo eslogan reminiscente, en este caso, de la Guerra de Vietnam: “Era necesario destruir la villa para salvarla.” He aquí la nueva pegatina ambiental para el búmper de todos los VEs de Energía Limpia: “Era necesario destruir el bosque lluvioso para salvar al planeta.

LITIO

Más de la mitad de las reservas mundiales de litio se encuentran en tres países suramericanos que bordean las montañas de los Andes: Chile, Argentina y Bolivia. A esos países se les conoce colectivamente como el “Triángulo del Litio.”

Según el Instituto de Investigación de Energía, el litio se encuentra en salinas en áreas sumamente áridas, lo que complica el proceso de minado. De debajo de las salinas se remueve una mezcla de múltiples minerales que contiene el litio. La extracción del litio de la mezcla es un proceso duradero de evaporación, de 12 a 18 meses, que es intensivo en el uso de agua. Cada tonelada de litio producido requiere de 500.000 galones de agua. Además de la mezcla descartada de sal mineral, el proceso puede resultar en la contaminación del agua y suelo, además de una disminuida capa freática.

Debería notarse que Estados Unidos es el cuarto en el total de reservas de litio detrás de los países del Triángulo del Litio. Sin embargo, protestas ambientales del tipo No en mi Patio para “Salvar el Planeta” han obstaculizado los esfuerzos por desarrollar el mercado estadounidense del litio. Parece que nuestros provincianos de “Primero la Tierra” quieren mantener prístino a Estados Unidos, pero no tienen problema con cerrar un ojo ante la explotación ambiental de países del tercer mundo.

COBALTO

La República Democrática del Congo (RDC) produce el 70% del cobalto del mundo. Si bien no hay escasez de temas ambientales con la minería del cobalto, aquí el problema avasallador es los derechos humanos: condiciones laborales peligrosas y uso de mano de obra infantil. El cobalto es un metal tóxico. La exposición e inhalación prolongada de polvo de cobalto puede conducir a asuntos de salud ocular, piel, y pulmones. Es común que el cobalto se puede extraer a mano con facilidad, en pequeña escala, del suelo básica y con frecuencia mediante minas “artesanales.” La simplicidad de la operación desalienta y niega la necesidad de medidas de seguridad ocupacional y estimula el uso de mano de obra infantil.

Según el Wilson Center, “la minería en pequeña escala en la RDC involucra gente de todas las edades, incluyendo niños, obligados a trabajar en condiciones duras. De los 255.000 congoleños minando cobalto, 40.000 son niños, algunos tan jóvenes como seis años de edad.”

También, Amnistía Internacional ha hecho comentarios similares. “Miles de niños minan cobalto en la República Democrática del Congo. A pesar de los efectos potencialmente fatales de salud por una exposición prolongada al cobalto, mineros adultos y niños hasta trabajan sin el equipo protector más básico.”

El cobalto “sospechoso” (malo) se mezcla con el cobalto “legítimo” (bueno) que viene de minas en gran escala, que tienen los estándares requeridos de seguridad y sólo emplean adultos. Esta mezcla de cobalto “bueno” y “malo” sirve para esconder los abusos de los derechos humanos en las operaciones mineras en el país.

No obstante, esta esta farsa es básicamente innecesaria, pues la mayoría de las minas de cobalto de la RDC son propiedad o son financiadas por empresas chinas.

El ochenta por ciento del cobalto de la RDC termina en última instancia en China, país no conocido por ser defensor de los derechos humanos (¿los uigures?). Así que, ¿qué es más importante: Luchar contra los Abusos en los Derechos Humanos o Luchar contra el Cambio Climático?

COBRE

Chile es el principal productor de cobre del mundo. La vasta mayoría del cobre de Chile viene de minas de tajos y cielos abiertos. Este tipo de minería afecta negativamente la vegetación, la capa vegetal, los hábitats de vida silvestre, y el agua subterránea. Los tres siguientes grandes productores son Perú, China, y la infame República Democrática del Congo. El número cinco es Estados Unidos. Varios estados concretos, como Minnesota y Arizona, muestran promesas como nuevas fuentes de cobre doméstico usando la minería bajo suelo, en vez de la minería a cielo abierto.

Sin embargo, el 26 de enero, la administración Biden canceló dos permisos para minas de cobre en Minnesota.
Comentando acerca del asunto, dijo la secretaria del Interior Deb Haaland, “el Departamento del Interior toma seriamente nuestras obligaciones de administrar las tierras y aguas públicas en nombre de todos los estadounidenses.”
Esta decisión fue aplaudida por los más fuertes impulsores del movimiento estadounidense hacían la Energía Limpia: los ambientalistas y los demócratas.

ES HORA DE SER HONESTOS ACERCA DE LA ENERGÍA LIMPIA

En diciembre, el presidente Biden emitió un decreto diciendo que el gobierno de Estados Unidos “brindará una base firme para que empresas estadounidenses compitan y ganen globalmente en la economía de la energía limpia, a la vez que en el país se crean empleos sindicalizados que paguen bien [excepto en minería]. El decreto de hoy refuerza aún más la directriz del presidente de Compre lo Hecho en Estados Unidos [excepto por materias primas de la energía limpia] y asegura que la equidad [en Estados Unidos, pero no en países del Tercer Mundo] y la justicia ambiental [en Estados Unidos, pero no en alguna otra parte] son consideraciones claves.”

A pesar de las “palabras lindas” acerca de la Energía Limpia, nuestras acciones sólo muestran un compromiso superficial. No queremos hacer el trabajo difícil que se requerirá para hacer la transición hacia la Energía Limpia.
Nuestro papel en la revolución de la Energía Limpia se limitará al ensamblaje final de vehículos eléctricos. Pero, ojo, eso es suficientemente bueno como para dar señales de virtuosidad de ambientalistas y políticos de la Tierra Primero.

Sin embargo, lo que se necesita es la disposición de una evaluación honesta y general de todo el ciclo de vida de la energía limpia a partir de materias primas. Hay pros y contras con todas las formas de energía. A la fecha, todo lo que hemos escuchado es acerca de los beneficios de la energía limpia. Es momento de destacar los costos verdaderos de la energía limpia, que por igual deben incluir el impacto social y ambiental negativo.

Michael Heberling posee la Silla Estudios de Liderazgo en el programa de Maestría en Administración de Negocios de la Universidad Baker, en Flint, Michigan. Previo a ello, fue presidente de Estudios de Posgrado en Baker durante 16 años. Antes de Baker, el Dr. Heberling fue Analista Sénior en Política y Negocios de la Corporación Anteon. También, hizo carrera en la Fuerza Aérea, retirándose como teniente coronel. El Dr. Heberling tiene más de 75 publicaciones acerca de política empresarial y pública. Su investigación se enfoca en liderazgo, historia militar y el impacto de la política pública sobre la comunidad empresarial. Es miembro de la Red de la Facultad de la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.