La historia nos da lecciones que debemos apreciar.

EL MITO QUE EL PLAN MARSHALL RECONSTRUYÓ LA ECONOMÍA ALEMANA DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Por Christian Monson
Fundación para la Educación Económica
Sábado 19 de marzo del 2022

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El Plan Marshall no reconstruyó a Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Lo hizo una moneda sana.

En 1939, Alemania tenía un PIB de casi $400 miles de millones, habiendo sobrepasado a la URSS para convertirse en la segunda economía más poderosa del mundo, detrás de Estados Unidos. En 1946, luego de años de guerra, el PIB se Alemania se había reducido a casi $160 miles de millones, menor al del Reino Unido y Francia. La producción de alimentos había disminuido un 50 por ciento, la existencia de vivienda un 20 por ciento, y la producción industrial un 33 por ciento.

A pesar de lo anterior, el PIB alemán vino de regreso a casi $400 miles de millones, una vez más sobrepasando aquel del Reino Unido. Para 1958, la producción industrial se había cuadruplicado a lo largo de los cincuentas, con una tasa constante de crecimiento de alrededor del 8 por ciento anual.

Este “milagro económico” es comúnmente mencionado como die Wirtschaftswunder. Pero, ¿cómo llegó Alemania desde las ruinas hasta la riqueza en sólo una década, mientras que países neutrales, como España, simplemente navegaron por las aguas económicas? Si usted le pregunta al estudiante de historia promedio de Estados Unidos, dirá que fue ¡el Plan Marshall, por supuesto!

EL PLAN MARSHALL COMO PROPAGANDA


Por desgracia, la ubicuidad del mito de que el Plan Marshall reconstruyó Alemania es prueba que la educación controlada por el estado favorece la propaganda por encima de la instrucción económica. A pesar del hecho de que la mayoría de historiadores modernos del todo no le dan mucho crédito al Plan Marshall por reedificar a Alemania y le atribuyen menos del 5 por ciento del ingreso nacional de Alemania durante su vigencia, los libros estándares de historia aún lo ubican en la línea del frente de la discusión acerca de la reconstrucción de postguerra.

Considere esta sección de World History [Historia universal] de McDougal Littell (p. 968), el libro de texto que se me dio en el colegio:

“Este programa de asistencia, llamado Plan Marshall, proveería comida, maquinaria, y otros materiales para reconstruir Europa Occidental. Mientras el Congreso estadounidense debatía acerca del programa de $12.5 miles de millones en 1948, los comunistas tomaron el poder en Checoeslovaquia. De inmediato, el Congreso votó su aprobación. El plan fue un éxito espectacular.”

Por supuesto, el libro de texto no menciona la causa verdadera del Wirtschaftwunder: una política económica sólida. Ello se debe a que, para el estado, el Plan Marshall constituye una mitología estatista grandiosa.

No sólo es frecuentemente traído para justificar que Estados Unidos se involucre en conflictos en el extranjero, sino porque, sencillamente, apoya la planificación central. Dicen: tan sólo vea el milagro económico que el gobierno pudo crear con crédito fácil.

Y, por supuesto, admitir que miles de millones de dólares lanzados a Alemania después de la Segunda Guerra Mundial logró muy poco, en especial comparado con algo tan simple como una moneda sana, sería equivalente a admitir que el gobierno gasta la mayor parte de su tiempo aparentando que se necesario, cuando no lo es y, por ello, haciendo poco más que entremeterse en el camino.

LA VERDAD INCONVENIENTE DE LA REFORMA MONETARIA

Es poco posible que usted averigüe la causa real de la Wirtschaftwunder mencionada en algún libro de texto colegial de historia, pero he aquí lo que pasó. En 1948, el economista y futuro canciller de Alemania Occidental Ludwig Erhard, fue elegido por el Consejo Económico Bizonal de la ocupación como su director de Economía. Él se propuso liberalizar la economía de Alemania Occidental con un número de buenas políticas, siendo la más importante la reforma monetaria.

La moneda en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial seguía siendo el Reichsmark y posteriormente las autoridades soviéticas de la ocupación elevaron de manera significativa la cantidad en circulación. Como resultado, en 1948 el Reichsmark valía tan poco que la gente se había pasado a usar cigarrillos y café como dinero.

Para darle a la gente un verdadero almacén de valor, de forma que pudiera calcular correctamente los costos económicos, evaluar el riego e invertir en el futuro, Erhard creó el Marco Alemán, la nueva moneda de Alemania Occidental. Como si arrancara una banda adhesiva, disminuyó la oferta de dinero en un 93 por ciento, de la noche a la mañana. También, vale la pena notar que, mientras que Erhard, siguiendo su escuela del Ordoliberalismo, formó un banco central, al menos este se diseñó para ser independiente del gobierno y que siguiera una política de dinero sano (preservando una cantidad entable de dinero) a lo largo del Wirtschaftswunder. En efecto, el Banco Central de Alemania [Bank Deutsche Länder] fue muy limitado en su alcance, hasta que se le reorganizó como el considerablemente más centralizado Bundesbank en 1957, incidentalmente cuando el milagro económico alemán empezó a perder fuerza.

Otras políticas liberales notables instituidas por Erhard incluyeron la remoción de todos los controles de precios y una reducción de impuestos, desde el absurdo nazi del 85 por ciento hasta un 18 por ciento. Las autoridades estadounidenses de la ocupación se opusieron a esas reformas, pero Erhard siguió con ellas de todas formas. Esta liberalización tuvo un efecto inmediato. Casi en una noche desapareció el mercado negro y, en un año, la producción industrial casi que se duplicó.

Tal vez expresado más intensamente, el desempleo se redujo desde más de un 10 por ciento a alrededor de un 1 por ciento para fines de los cincuentas. Normalmente, el gobierno trata de justificar la manipulación de la moneda como medio para eliminar el desempleo, pero el Wirtschaftwunder es evidencia de que una moneda sana logra hacer un mejor trabajo.

BUENO, Y ¿ESO QUÉ IMPORTA?

Por tanto, ¿qué nos puede enseñar la verdad de la Wirtschaftswunder, además de que los gobiernos prefieren promoverse a sí mismos por encima de una verdadera educación económica? Al destrozar crecientemente los políticos nuestras economías con una política monetaria inflacionaria, a la vez que, simultáneamente, tratan de convencernos de que esas mismas políticas son la única forma de salvarnos, las lecciones de la Alemania de la postguerra sólo se hacen más relevantes.

Lo que primordialmente siempre me he llevado conmigo es la simplicidad y velocidad del Wirtschaftswunder. Mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos se debate interminablemente en si eleva las tasas y en qué grado, nuestra economía se agobia cada vez más por inversiones mal calculadas, precios crecientes, y salarios estancados. Los reguladores adinerados con sus manos sobre las imprentas de dinero pueden hacer que esos parezcan ser problemas complicados, pero, vean cómo en pocos meses sanó la economía apocalíptica de la Alemania de la postguerra, con un dinero sano, desregulación, e impuestos bajos.

¿Admitirán alguna vez nuestros políticos y banqueros centrales una cura tan sencilla? Mientras que ellos se puedan esconder de nosotros, lo dudo.

Christian Monson es un escritor y periodista que cubre temas que van desde motocicletas y armas hasta economía e historia europea.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.