ENTENDIENDO LA DESOCUPACIÓN

Por Robert F. Mulligan
American Institute for Economic Research
12 de marzo del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es robert f. mulligan american institute for economic research, unemployment, March 12, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Las estadísticas acerca del desempleo las prepara el Departamento del Trabajo de Estados Unidos a partir de encuestas. La Oficina del Censo envía la encuesta mensual de hogares a 60.000 de ellos, separando a los adultos entre quienes están trabajando por una paga, y quienes actualmente no lo están por una paga, pero están activamente participando de la fuerza de trabajo. La mayoría de desempleados de la fuerza de trabajo está buscando empleo activamente.
Temporalmente quedan desempleados porcentajes pequeños, esperando empezar nuevos empleos, o están en huelga debido a acción laboral. En cada uno de esos casos, la persona tiene un empleo que a la fecha no le está generando ingresos. Se supone que estos trabajadores desempleados empezarán a regresar a esos empleos en el futuro.
Explícitamente la fuerza de trabajo excluye ciertas categorías, como cualquiera de menos de 16 años de edad, amas de casa, pensionados, o adultos institucionalizados. Adultos institucionalizados incluyen estudiantes, pacientes en
hospitales u otras instalaciones médicas, incluso instalaciones de salud mental, pensionados, discapacitados, miembros de las fuerzas armadas, etcétera.

La tasa de desocupación es el cociente del número de miembros desempleados de la fuerza de trabajo entre la fuerza de trabajo total. Parece oscilar alrededor del 5 al 6 por ciento, que podemos considerar como la tasa natural de desempleo, aunque aumenta durante y después de una recesión. Normalmente, toma alrededor de dos años después del fin de la recesión, para que el desempleo se recobre plenamente.

El gráfico 1: Desempleo en Estados Unidos, 2000-2022 se puede encontrar en google en robert f. mulligan american institute for economic research, unemployment, March 12, 2022.

En el grafico 1 podemos ver que el desempleo fue de alrededor del 4 por ciento previo a la moderada recesión del 2001, llegando a un pico superior al 6 por ciento en el 2003, dos años después de la culminación oficial de la recesión. La mucho más severa Gran Recesión del 2007-2009 vio el desempleo llegar al 10 por ciento, y permanecer por encima del 6 por ciento hasta el 2014. El desempleo fue menor en el 2019, antes de la recesión del COVID-19, pero que, en el 2000, llegó a un pico cercano al 15 por ciento. Aunque el desempleo cayó rápidamente a menos del 6 por ciento, la recesión del COVID-19 ha sido muy perjudicial para los mercados de trabajo de Estados Unidos.

La tasa de participación de la fuerza de trabajo es el cociente de la fuerza de trabajo entre la población adulta total. La fuerza de trabajo incluye a toda la gente empleada y desempleada, pero no incluye a adultos institucionalizados o cualquiera que no esté buscando trabajo activamente, a menos que ellos caigan en una de tres categorías especiales ̶ esperando empezar un nuevo empleo, temporalmente desempleado, o en huelga. Durante una recesión, en especial una que dure más de un año, la tasa de participación de la fuerza de trabajo tiende a bajar cuando los desempleados se desalientan de buscar trabajo. Al pasar eso, estos trabajadores ya no son más contados como desempleados, pues ya no son más medidos dentro de la fuerza de trabajo. Eso puede hacer que la tasa de desempleo empiece a bajar, aunque mucha gente aún no ha encontrado empleo. Si vemos el gráfico 2, podemos ver alrededor de una declinación de dos años en la participación de la fuerza de trabajo durante algunas recesiones, pero no en otras. La caída en la participación de la fuerza de trabajo es más prominente en las recesiones de 1961, 1970, 1990, 2001, 2007-2009, y del 2020. Algunas veces empieza a caer casi un año antes del inicio oficial de la recesión, y continúa cayendo hasta mucho después que oficialmente termina la recesión. Otra cosa más que la destaca este gráfico es el crecimiento de la fuerza de trabajo a partir de aproximadamente 1965-1995, al ingresar mujeres crecientemente a la fuerza de trabajo en ese período. La participación de la fuerza de trabajo se elevó desde alrededor de un 59 por ciento de la población adulta hasta un 67 por ciento durante este período, en mucho debido a mujeres uniéndose a la fuerza laboral. La recesión del 2001 pareció revertir algo de ese progreso, y después de la Gran Recesión del 2007-2009 la declinación se aceleró aún más, aunque pareció haberse estabilizado en cerca de un 63 por ciento para el 2015. La recesión del COVID-19 impidió trabajar a mucha gente, y sigue siendo poco claro si se recuperará la fuerza de trabajo, o qué tan rápido.

El gráfico 2: Tasa de Participación de la Fuerza de Trabajo en Estados Unidos, 1960-2022 se puede encontrar en google en robert f. mulligan american institute for economic research, unemployment, March 12, 2022.

Hay cuatro tipos de desempleo: estructural, friccional, cíclico, y estacional. El desempleo estructural se asocia con el largo plazo, cambios permanentes en la economía, incluyendo el progreso tecnológico que hace que industrias establecidas se hagan obsoletas. Cuando las empresas textiles de Nueva Inglaterra se reubicaron en el Sur, esa migración aumentó el desempleo en Nueva Inglaterra, y lo redujo en el Sur. Cuando esas mismas actividades se trasladaron a ultramar hacia China o a los tigres asiáticos, eso aumentó el desempleo en el Sureste de Estadios Unidos, pero lo redujo en Malasia, Indonesia, Vietnam, Guatemala, etcétera. El desempleo estructural acompaña a cambios estructurales de largo plazo en la economía, la tecnología y la estructura de la producción.

El desempleo friccional es voluntario, y una cierta cantidad es normal en una economía sana y es hasta beneficioso. Sucede cuando los trabajadores renuncian a un empleo para buscar uno nuevo. Es más posible que los trabajadores hagan esto cuando sus prospectos de empleos son favorables. Entre mejor esté la economía, más fácil es para los trabajadores encontrar un nuevo empleo, de forma que el desempleo friccional será mayor. El desempleo friccional tiende a indicar que hay demanda de trabajadores y que será más fácil para ellos encontrar un empleo nuevo que pague mejor. El desempleo estructural y friccional se suman para definir la tasa natural de desempleo, que se piensa oscila entre el 5 y el 6 por ciento para Estados Unidos. Por lo general, la tasa natural es más alta en países con beneficios más generosos por desempleo y bienestar, y con mercados laborales menos flexibles.

El desempleo cíclico se asocia con recesiones. En una recesión, la demanda agregada colapsa y la economía se contrae. Hay menor demanda de la producción, y las empresas responden reduciéndola y despidiendo empleados, de forma que el desempleo aumenta durante las recesiones, como se mostró en el gráfico 1.

El desempleo estacional afecta algunas categorías de empleos más que otras. Durante la Navidad, los minoristas contratan personal adicional, así como San Nicolases en las tiendas de departamentos. Hay menor demanda de estos trabajadores estacionales en julio. Se necesita personal al menudeo adicional por empresas que auditan sus inventarios entre Navidad y Año Nuevo. Se necesita contadores adicionales entre el primero de febrero y el 15 de abril. Similarmente, hay mayor demanda de trabajadores de la construcción durante la primavera, verano, y otoño, que en invierno, cuando ellos, por lo general, no pueden trabajar al aire libre. Estos picos estacionales en la demanda de mano de obra desparecen una vez que termina su estación alta.

El desempleo es la medida más importante del impacto del ciclo de los negocios. El impacto macroeconómico de una recesión se puede medir en billones de dólares de PIB perdido, pero, en esencia, es una estadística abstracta y sin sentido. El impacto verdadero de la recesión lo sienten directamente los desempleados y sus familias, en ingreso perdido, oportunidades perdidas, y un conjunto de problemas sociales, hasta afectación de la salud mental, violencia doméstica, y abuso de substancias.

Robert F. Mulligan es un educador y economista investigador de carrera, quien trabaja para entender mejor cómo la política monetaria conduce el ciclo de los negocios, ocasionando recesiones y limitando el crecimiento económico a largo plazo. Sus intereses de investigación incluyen compensación de ejecutivos, empresariedad, proceso de mercado, mercados crediticios, historia económica, análisis fractal de series de tiempo, eficiencia de precios en el mercado financiero, economía marítima, y economía de la energía. Él es de Westbury, Nueva York, recibió una licenciatura en Ingeniería Civil del Instituto de Tecnología de Illinois, y una maestría y un Ph. D en Economía de la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton. También, recibió un Certificado en Estudios Avanzados en Investigación de Política Económica Internacional del Institut fuer Weltwirtschaft Kiel en Alemania. Él ha enseñado en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton, la Universidad Clarkson, y la Universidad de Carolina Occidental.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.