Aunque el mercado le ha servido en pocas ocasiones al socialismo para sacarlo de sus fracasos y tribulaciones económicas, a largo plazo, la inoperancia del socialismo se impone sobre la eficiencia temporal que le pueden agregar medidas pro mercado libre.

7 EJEMPLOS HISTÓRICOS DE “SOCIALISMO DE MERCADO”

Por Orestes R. Betancourt Ponce de León
Fundación para la Educación Económica
Domingo 20 de febrero del 2022

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como orestes r. betancourt ponce de león foundation for economic education examples, February 20, 2022 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

El economista húngaro János Kornai demostró que el “socialismo de mercado” en última instancia es inoperable. La historia muestra que él estaba en lo correcto.

Recuerdo que no entendí la Nueva Economía Política (NEP) de Lenin cuando la estudié en décimo grado en Cuba. ¿Cómo era posible que una dosis de capitalismo pudiera salvar al comunismo soviético? A la edad de 15 años, mis amigos y yo encontramos que era una paradoja. Luego, en la Universidad de la Habana, mi profesor de Economía Política del Socialismo no podía responder como, si Lenin sabía que un grado de liberalización de la economía era beneficioso, ¿por qué no hizo la reforma más antes?

Empecé a creer que el mercado era superior al Estado en la administración de la economía y que las nomenklaturas (élites) comunistas de la Unión Soviética y Cuba lo sabían. Poco después, me di cuenta que ninguna reforma pro mercado llegaría lejos mientras estuviera en su sitio un sistema unipartidario.

El propio Fidel Castro no tenía otra elección más que adoptar reformas tímidas de liberalización económica a mediados de 1993. Esa era la única forma de detener la caída libre de la economía de la isla, que se había encogido en un 35% entre 1990 y 1993. Reformas similares, si bien con un alcance y duración diferentes, se dieron en la Yugoeslavia de Tito, en Checoeslovaquia bajo Alexander Dubček, en Hungría bajo János Kádár, en China bajo Deng Xiaoping, y en Laos y Vietnam con el Nuevo Mecanismo Económico y las reformas Doi Moi, respetivamente. Recientemente, Nicolás Maduro ha hecho lo mismo en Venezuela.

El alcance y éxito en consecuencia de estas reformas siempre ha dependido de cuánta autonomía están dispuestas las nomenklaturas a dar como boronas a individuos. No se equivoque, esta es una economía en la ruina, siempre bajo el ojo celoso de un Estado totalitario que, ante la más ligera amenaza a su monopolio político, no ha dudado en recortar y eliminar dicha autonomía.

Los resultados positivos siempre se han debido, a pesar de limitaciones, a la libertad, propiedad, y comercio. He aquí algunos ejemplos prominentes.

1. LAS REFORMAS DE KOSYGIN (1965)

La NEP (1921-1928) revirtió la ruina del Comunismo de Guerra Bolchevique. Entre 1921 y 1923, los trenes empezaron a transportar el doble de productos y pasajeros, entre 1921 y 1926, la manufactura creció en un 200% y, entre 1922 y 1925, el área cultivada pasó de 78 millones de hectáreas a 104. Nikolai Bukharin acuñó el slogan, “¡Campesinos, enriquézcanse!” y pasó desde ser uno de los ideólogos del estatismo de hierro del Comunismo de Guerra hasta convertirse en un promotor de las reformas parciales pro mercado de la NEP. Sin embargo, ya en 1920, Ludwig von Mises había predicho que el problema del cálculo económico hería mortalmente a la utopía del desarrollo socialista. En 1965, las reformas de Kosygin fueron otro intento fallido del leviatán soviético de reformarse a sí mismo.

2. LA YUGOSLAVIA DE TITO

Entre 1952 y 1974, las reformas en la Yugoeslavia de Tito buscaron aumentar el poder de tomar decisiones empresariales por los trabajadores, se liberalizaron los precios, y se redujeron los impuestos a empresas de manejo propio. Durante este período, la economía creció alrededor de un 6% anual y Yugoeslavia estaba dirigida a ser el milagro del “socialismo de mercado.” Sin embargo, las empresas privadas no agrícolas solo tenían un máximo de 5 a 10 empleados. En el largo plazo, lo confirma James A. Dorn, la ausencia de propiedad privada significó que no se formaron mercados de capital y trabajo, causando así una mala asignación de recursos en la economía e ineficiencias de toda índole. Con las contrarreformas y un adiós al “socialismo de mercado” en 1974, se intensificó la declinación de la economía yugoeslava, con una caída del Producto Interno Bruto, la productividad, y el empleo.

3. EL NUEVO MECANISMO ECONÓMICO DE HUNGRÍA

Con la invasión soviética de Checoeslovaquia en 1968, Alexander Dubček no tuvo tiempo de ver el resultado de sus reformas. No obstante, Hungría puso en marcha su Nuevo Mecanismo Económico empezando en 1968. Los precios y salarios fueron liberalizados parcialmente, y se permitió una propiedad cooperativa y privada pequeña, así que se evitaron las grandes distorsiones de otras economías planificadas centralmente y las escaseces de productos no fueron crónicas. Aquí, eran raras las filas vistas en otros países socialistas de Europea del Este. Sin embargo, contramedidas inconsistentes y frecuentes e influencia del Estado en la economía hicieron que la economía fuera deficiente. En 1990, después de sostener elecciones libres por primera vez en más de cuatro décadas, el país decidió alejarse totalmente del estatismo económico.

4. EL NUEVO MECANISMO ECONÓMICO DE LAOS

El Nuevo Mecanismo Económico fue, también, el nombre dado a las reformas puestas en marcha en Laos a inicios de 1985. En pocos años, la inflación se redujo y mejoraron los indicadores económicos. No obstante, las instituciones y leyes, como andamiaje de la propiedad privada y funcionamiento del mercado, han sido débiles, la corrupción es rampante, y el régimen continúa imponiendo políticas intervencionistas en la economía. Como resultado, Laos permanece siendo el país más pobre del Sudeste de Asia, aparte de la pequeña Timor Oriental.

5. VENEZUELA HOY

Por primera vez desde el 2013, la economía venezolana crecerá o, al menos, se contraerá menos que en años previos. La hiperinflación y las escaseces, que siguen siendo crónicas, serán menores que en años previos. Esto es resultado de pequeñas reformas que empezaron a fines del 2019. Desde ese entonces, el régimen de Caracas ha puesto en práctica eliminar controles de precios y divisas, permitir una economía informalmente dolarizada, estimular la inversión extranjera, en especial en el sector de hidrocarburos, y una política macroeconómica que se aleja del estilo más puro del chavismo populista. En una entrevista en Bloomberg, en junio del 2021, Delcy Rodríguez, vicepresidenta, y peso pesado en Caracas, dijo acerca de las medidas aplicadas por su propio régimen durante veinte años: “Usted no puede decir que en aquel tiempo eso era socialismo, no. Eso iba directamente contra el pueblo, contra el poder adquisitivo del pueblo.” Al régimen chavista le tomó dos décadas para admitir secretamente su fracaso. Aún, el país tiene los niveles de inflación más altos del mundo, extendiéndose la pobreza extrema a un 77% de la población y una corrupción grotesca. Por desgracia, el alcance y resultados de estas reformas serán limitados.

6. CHINA Y 7. VIETNAM

China y Vietnam son los ejemplos más exitosos. Uno debe leer a Frank Dikötter acerca de los horrores del Gran Salto hacia Adelante y la Revolución Cultural, la hambruna y el canibalismo, para entender las dimensiones del cambio que el mercado le llevó a China poco después de 1979. Lo mismo con Vietnam a partir de 1986, con las reformas Doi Moi después de décadas de guerra. A pesar de lo anterior, millones de seres humanos fueron sacados de la pobreza abyecta en China y Vietnam, a pesar del Estado, no debido a él. En ambos países, comparado con el sector privado el sector del Estado frena la competencia, es el menos transparente e innovador y el más ineficiente. Todavía más, según el Índice de Libertad Humana del 2021 del Instituto Cato, desde el 2019 el Partido Comunista Chino ha intensificado sus ataques al mercado libre y acelerado arrestos de empresarios y el establecimiento de células del partido en un 73% de todas las empresas privadas, una cifra que se eleva al 92% en las 500 empresas más grandes del país.

El odiado mercado una y otra vez ha rescatado a la utopía socialista de su propia miseria. Sin embargo, aún si funciona como cura parcial y temporal, en el largo plazo, el estatismo pone un techo muy bajo a las reformas. Pocos entendieron y vivieron esta realidad tan bien como el economista húngaro János Kornai, quien demostró que el “socialismo de mercado” era, en última instancia, inoperable. Para Kornai, “el principio y funcionamiento del sistema socialista sólo puede ser verdaderamente entendido a partir del papel del poder político y la ideología oficial.” Como cubano, también sé que cualquier reforma pro mercado en la isla no irá lejos, al menos mientras allí esté el régimen de un solo partido.

Orestes R Betancourt Ponce de León tiene una maestría en administración pública del Instituto de Estudios Internacionales Middlebury. Fue antes interno de investigación en el Instituto Cato y actualmente se especializa en el sector del desarrollo internacional.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.