Cuando era joven estudiante de economía allá en los sesentas había una extraña atracción hacia la macroeconomía -los agregados- tal vez porque eso nos hacía sentirnos más importantes que con la microeconomía -el mercado concreto de oferta y demanda- y por ello se tendía a menos preciar a la microeconomía.

La suerte fue haber tenido uno profesores buenos de microeconomía (y también conocedores de la macroeconomía) quienes nos enseñaron la importancia vital de la microeconomía para el entendimiento económico. Años después, en la UCR tuve el placer de ver a colegas destacados, como Luis Carlos Peralta, Claudio González, Alexis Orozco, entre otros, quienes siempre enseñaron microeconomía y mantuvieron su primacía conceptual.

LA OFERTA Y LA DEMANDA NO SON SÓLO PARA LA MICROECONOMÍA

Por Alexander William Salter
American Institute for Economic Research
16 de diciembre del 2021

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es alexander William salter american institute for economic research microeconomic, December 16, 2021. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

La oferta y la demanda son la esencia de la economía. Son lo básico para entender casi todo lo que les importa a los economistas. Los precios y cantidades en el mercado, el ingreso de la industria, la distribución del ingreso, los efectos de aranceles ̶ todo depende de la oferta y la demanda.

La utilidad de la oferta y la demanda es más obvia en el caso de la microeconomía, que se enfoca en los hogares y las empresas. Pero, es igual de útil para la macroeconomía cuando se estudian fenómenos generalizados en la economía, como el crecimiento y los ciclos de los negocios. Usemos la oferta y la demanda para explicar la inflación, el tópico actualmente ardiente en economía.

Como nos enseñó el gran Milton Friedman, “La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario, en el sentido de que es y puede ser producida sólo por un aumento más rápido en la cantidad de dinero que de la producción.” Por desgracia, esta cita es fuente de mucha confusión. Usualmente es seleccionada y truncada de forma que hace ver como si la inflación es solamente causada por un dinero fácil. Eso no es lo que Friedman dio a entender. Suyo fue el punto crucial acerca de usar la oferta y la demanda para entender el dinero.

Empecemos con la oferta de dinero. Esta es bastante fácil. Primero, está la base monetaria, que consiste de dinero en efectivo más los depósitos de bancos comerciales que se mantienen en el banco central (Reserva Federal). La Fed puede hacer que la base monetaria sea lo que quiere. Además, hay medidas más amplias de la oferta de dinero. Cuentas corrientes, cheques de viajero, cuentas de ahorros, depósitos a plazo, fondos mutuos en el mercado monetario son todos “cuasi-dineros,” incluidos en categorías más extensas de oferta de dinero. A diferencia de la base monetaria, la Fed no controla directamente la oferta de los cuasi-dineros. Estos son determinados por empresas en busca de ganancias en el sistema bancario.

Ahora, tratemos de entender la demanda de dinero. Ella no significa “cuánto dinero quiere la gente.” ¡Todos nosotros queremos más dinero! En vez de ello, la demanda de dinero se refiere a una elección del portafolio: ¿Cuánta riqueza escoge la gente para mantenerla en forma líquida? Cuando aumenta la demanda de dinero, el público quiere mantener activos de menor rendimiento y mayor liquidez.

El precio del dinero depende de la oferta y la demanda, al igual que otros bienes. Cuando la oferta de manzanas aumenta más rápido que la demanda, cae el precio de las manzanas. Igualmente, cuando la oferta de dinero aumenta más rápidamente que la demanda de dinero, su precio cae. El precio del dinero significa su poder adquisitivo: los bienes y servicios que puede comprar una cantidad dada de dinero.
Los economistas utilizan una aproximación (proxy) del precio del dinero y, por tanto, de su poder de compra, usando un índice de precios.
Ejemplos populares incluyen el Índice de Precios al Consumidor y el Índice de Precios de Gastos Personales de Consumo. Estos índices rastrean los precios de canastas de bienes. Si es más alto el precio en dólares de la canasta, menor es el número de canastas que se pueden comprar con un dólar. En otras palabras, un nivel de precios más alto corresponde a un menor poder adquisitivo.

La inflación se refiere a un aumento en el nivel de precios y, correspondientemente, a un descenso en el poder adquisitivo del dinero. ¿Significa esto que la inflación resulta de una oferta de dinero que crece más rápidamente que la demanda de dinero? Si se mantiene iguales todas las cosas, sí. Pero, a menudo, todo lo demás no permanece constante. Recuerden la cita de Friedman: el crecimiento de la cantidad de dinero es solo la mitad de la historia. También, necesitamos hablar acerca de qué está pasando en los mercados de las cosas en las que gastamos dinero. Al hacerse el dinero más abundante en comparación con los bienes, el dinero se abarata y, por tanto, los bienes se encarecen. La productividad real -qué tan buenos somos en hacer carros y computadoras de escritorio y aeroplanos y vacaciones en Hawái e incontables otras cosas- igualmente afecta qué tan lejos llegan nuestras billeteras.

Como lo puede ver, es oferta y demanda en todo el camino. La oferta y la demanda obviamente importan para determinar la asignación de insumos como capital y trabajo, y, por tanto, la productividad. Menos obviamente, ellas también importan para la macroeconomía. Usted no puede entender el mercado de saldos monetarios sin usar la oferta y la demanda. Uniendo todo, conjuntamente los mercados de dinero y de bienes determinan la inflación.

Usted no necesita tener un título en economía para entender esto. La economía, como disciplina, se acomoda muy bien al proverbial “persona inteligente.” Tan sólo asegúrese que llega a la mesa con un entendimiento sólido de la oferta y la demanda.

Alexander William Salter es Profesor Asociado de Economía en el Colegio Rawls de Negocios y Compañero de Investigación en Economía Comparada del Instituto del Libre Mercado, ambos en la Universidad Texas Tech. Ha publicado artículos en revistas especializadas importantes tales como the Journal of Money, Credit and Banking, the Journal of Economic Dynamics and Control, the Journal of Macroeconomics, and the American Political Science Review. Sus artículos de opinión han aparecido en The Hill, The American Conservative, US News and World Report, Quillette, y numerosos otros sitios. Salter obtuvo su M.A. y PhD. en Economía en la Universidad George Mason y su licenciatura en Economía en Occidental College. Participó en el 2011 en el Programa de Becarios de Verano del AIER.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.