ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD REPORTA QUE 47.000 MÁS PERSONAS MURIERON DE ESTA ENFERMEDAD EN EL 2020 DEBIDO A LAS CUARENTENAS

Por Brad Polumbo
Fundación para la Educación Económica
Lunes 6 de diciembre del 2021

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La gente alrededor el mundo estará pagando con sus vidas por las cuarentenas durante los años venideros.

Los gobiernos alrededor del mundo tomaron medidas drásticas en el 2020 en la esperanza de disminuir la diseminación del COVID-19, en muchos casos cerrando economías y confinando a la gente a sus hogares durante meses. El grado en que esas medidas en realidad ayudaron a contener el COVID-19 es altamente dudoso. Pero, las muertes debido a consecuencias no previstas de las cuarentenas continúan creciendo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de reportar que las medidas ante la pandemia retrasaron y alteraron el cuidado médico de la crisis global de la malaria, conduciendo a decenas de miles de muertes adicionales. Unos impactantes 14 millones de casos adicionales de malaria se registraron en el 2020, en comparación con el 2019, dice la OMS. Así, también, vimos 69.000 más muertes de malaria en el 2020 comparadas con el 2019, 47.000 de las cuales, dice la organización, son directamente atribuibles a diagnósticos y tratamientos interrumpidos debido a restricciones gubernamentales ante la pandemia.

Es correcto: En sus esfuerzos, en última instancia inefectivos para contener la pandemia del COVID-19, los gobiernos alrededor del mundo, sin advertirlo, alimentaron la amenaza de otra enfermedad infecciosa.

Por supuesto, 47.000 muertes, si bien trágicas, palidecen comparadas con los millones de muertes globales por el COVID-19. Pero, no podemos considerar el impacto de la malaria en aislamiento, como si fuera la única consecuencia letal no prevista de las cuarentenas del COVID-19 y otras medidas restrictivas. Por desgracia, es sólo un pequeño impacto en un torrente de efectos amenazadores de la vida, desatado por intervenciones gubernamentales ingenuas.

Tal como lo cubriéramos previamente en FEE.org, aquel incluye hasta 100 millones de personas lanzadas globalmente hacia la pobreza extrema y hasta 1.2 millones de niños muriendo alrededor del mundo por un cuido de la salud interrumpido. Y las medidas de cierres similarmente condujeron a una crisis de la salud mental en jóvenes -incluyendo, trágicamente, reportes internacionales de una ola de suicidios infantiles- así como niveles que han roto récords por sobredosis de drogas, casos de cáncer no tratados y no diagnosticados, y mucho, mucho, más.

Las ramificaciones de estas restricciones gubernamentales sin precedentes se extienden a lo largo de muchos caminos de la vida, que tomará décadas para que se asuman plenamente los costos económicos, sociales, y humanos. Ante la realidad innegable, ¿cómo fue posible que quienes formularon políticas pudieran creer que ellos tenían suficiente previsión y conocimiento como para saber que los beneficios más que compensarían los costos?

La respuesta honesta es que ellos no la tenían y que no podían tenerla ̶ pero ellos decidieron que, políticamente, tenían que “hacer algo.” Y en verdad, estos esfuerzos pueden ayudarles a ganar una reelección, pues pueden apuntar a acciones que tomaron y llevarse el crédito por desarrollos positivos, a la vez que dejan de lado los detalles. Pero, como lo muestra este alarmante reporte de la Organización Mundial de la Salud, la gente alrededor del mundo estará pagando con sus vidas por las cuarentenas durante los años venideros.

Brad Polumbo es un periodista libertario-conservador y Corresponsal de Políticas en la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.