Unas aclaraciones interesantes acerca del fenómeno de la inflación.

TRES MITOS FRECUENTES ACERCA DEL DINERO Y LA INFLACIÓN

Por Alexander William Salter
American Institute for Economic Research
20 de noviembre del 2021

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es william alexander salter american institute for economic research inflation, November 20, 2021. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

La inflación es uno de los fenómenos más estudiados en economía. Tenemos una muy buena idea de dónde es que viene y cómo funciona. Por desgracia, permanece un gran bache de conocimiento entre economistas y el “hombre de la calle.” Hay varios mitos persistentes que simplemente no mueren.

Vamos a ver si podemos poner algunos de ellos a descansar

1. Aumentar la oferta de dinero es automáticamente inflacionario.

Si hay más dinero en circulación, debe haber inflación, ¿correcto? Equivocado. No todos los incrementos en la oferta de dinero son inflacionarios. Para tener inflación -esto es, aumentos de precios generalizados en la economía- usted necesita que la oferta de dinero crezca más rápidamente que la demanda de dinero.

En este sentido, el dinero es igual que cualquier otro bien. Si la oferta de manzanas aumenta más rápidamente que la demanda de manzanas, el precio de las manzanas se reduce. De la misma forma, si la oferta de dinero crece más rápidamente que la demanda de dinero, el precio del dinero -su poder adquisitivo- cae.

El concepto de la demanda de dinero puede confundir. Al fin y al cabo, ¡a todos nos gusta tener más dinero! ¿No significa esto que la demanda de dinero es infinita? No, pues la demanda de dinero se refiera a algo en específico: a la fracción de nuestra riqueza que queremos mantener en efectivo y en sustitutos cercanos al efectivo, como depósitos en cuentas corrientes. Es acerca de la elección del portafolio.

La demanda de dinero puede cambiar por muchas razones. No necesitamos hacer una lista exhaustiva de ellas. Sólo tenga en mente que usted no puede decir si cambios en la oferta de dinero presionan los precios hacia arriba, sin saber qué está pasando con la demanda de dinero.

2. Aumentar la oferta de dinero más que la demanda de dinero significa que la inflación aumentará.

Por desgracia, aún no es correcto. Esta vez, estamos mezclando dos conceptos: el nivel de precios (la inversa del poder adquisitivo del dinero) y la tasa de inflación.

“Nivel de precios” es una frase que los economistas usan para describir varios índices estadísticos de precios. Siga la pista a los precios de una canasta de bienes, transforme esos precios en un único número índice, y usted obtiene el nivel de precios.

La inversa del nivel de precios es una buena aproximación al precio del dinero. Cuando el nivel de precios es alto, el poder adquisitivo del dinero es bajo. Cuando el nivel de precios es bajo, el poder adquisitivo del dinero es elevado.

Pero, inflación es el cambio porcentual en el nivel de precios, no el nivel de precios en sí. Si existe un aumento inesperado, grande, de la oferta de dinero, el nivel de precios aumentará. Pero, en el tanto sea sólo un aumento de una vez por todas y que el público no espera que siga más de ese, en el futuro no resultará en una tasa más elevada de inflación. Es cierto que la inflación sería instantáneamente alta ̶ esto es, en el momento en el tiempo en que aumenta el nivel de precios. Sin embargo, después de eso, la tasa de inflación regresará a cualquiera que fuera la tendencia exhibida antes.

Para tener una inflación persistente, usted necesita que la tasa de crecimiento de la oferta de dinero permanezca siendo mayor que la tasa de crecimiento de la demanda de dinero. Las inyecciones de dinero de una sola vez no son suficientes.

3. La ecuación de intercambio dice que la inflación es solamente un fenómeno monetario.

¡Dios mío! Aquí hay varios errores. Primero, confunde la ecuación de cambio con la teoría cuantitativa del dinero. Segundo, asesina la famosa cita de Milton Friedman, de forma tal que irritaría mucho al gran economista. [Nota del traductor: la famosa cita de Friedman es “La inflación es en todo lugar y en todo momento un fenómeno monetario.]

Empecemos con la ecuación de intercambio, MV = PY. La oferta de dinero multiplicada por la velocidad (tasa promedio de rotación del dólar) iguala al nivel de precios multiplicado por el ingreso real. Esto es puramente definicional; se deduce del hecho de que V es definida como el cociente de PY con respecto a M.

La teoría cuantitativa del dinero (TCM), por otra parte, es una teoría específica que incorporaría supuestos adicionales para hacer predicciones que puedan ser objeto de prueba. La TCM dice que, aumentos en la oferta de dinero, causan cambios proporcionalmente iguales en el nivel de precios, siempre que se mantengan los siguientes supuestos: (a) la velocidad del dinero es estable, y (b) que el dinero es neutral, dando a entender que el ingreso real es independiente del número de billetes de papel que todos pasamos a nuestro alrededor.

Aún más, es posible que factores no monetarios impulsen la inflación. Esto lo sabía bien Milton Friedman. Cuando el dinero es abundante en comparación con los bienes, los bienes se encarecen. Pero, ¡esto significa que la inflación puede ser causada por una escasez generalizada de bienes! Aún sin cambiar la oferta de dinero, cuando producir más cosas se dificulta, los precios aumentan. Ahora estamos experimentando eso: todos esos problemas en la cadena de suministros, del que usted sin duda ha estado oyendo, están contribuyendo a la inflación.

Seamos más específicos. Podemos escribir la ecuación de cambio en una forma dinámica: gM + gV = gP + gY, donde “g” indica tasa de crecimiento. Cuando la producción en general se dificulta, gY declina por razones no monetarias. Cuando gY disminuye, pero la tasa de crecimiento gM y la tasa de crecimiento de la velocidad gV se mantienen invariables, obtenernos una inflación más alta, gP.

Estas podrían parecer siendo objeciones quisquillosas. No lo son. Si simplificamos demasiado a la inflación, no sabremos cómo luchar contra ella, o si, del todo, deberíamos luchar. Las respuestas políticas ante las turbulencias económicas son lo suficientemente dañinas sin la complicación adicional de percepciones erradas generalizadas entre el público.

“No es lo que usted no sabe lo que lo mata, es lo que sabe con certeza que no es verdad,” dijo burlonamente Marx Twain. Referido a la economía, ¡eso es tan correcto como puede ser correcto! Asegurémonos de tener una perspectiva detallada de la inflación, de forma que no tropecemos con lo que equivocadamente pensamos saber.

Alexander William Salter es Profesor Asociado de Economía en el Colegio Rawls de Negocios y Compañero de Investigación en Economía Comparada del Instituto del Libre Mercado, ambos en la Universidad Texas Tech. Ha publicado artículos en revistas especializadas importantes tales como the Journal of Money, Credit and Banking, the Journal of Economic Dynamics and Control, the Journal of Macroeconomics, and the American Political Science Review. Sus artículos de opinión han aparecido en The Hill, The American Conservative, US News and World Report, Quillette, y numerosos otros sitios. Salter obtuvo su M.A. y PhD. en Economía en la Universidad George Mason y su licenciatura en Economía en Occidental College. Participó en el 2011 en el Programa de Becarios de Verano del AIER.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.