Esto es casi increíble y, más aún, lamentable. Ya se han visto casos de lentitud similar en esas agencias reguladoras.

LA FDA ESTA RETENIENDO TRATAMIENTOS DEL COVID POTENCIALMENTE SALVADORES

Por Brad Polumbo
Fundación para la Educación Económica
Viernes 12 de noviembre del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como brad polumbo foundation for economic education treatments, November 12, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

Este último fracaso de la FDA brinda un recordatorio doloroso de cómo burocracias gubernamentales afianzadas y poderosas amenazan el progreso y dañan a la sociedad.

Podemos ya tener pastillas potencialmente salvadoras de vidas que puedan tratar el COVID-19 y reducir drásticamente las probabilidades de muerte. Es sólo que, actualmente, es ilegal recetarlas o venderlas, gracias a la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) de Estados Unidos.

Los tratamientos en cuestión incluyen una nueva pastilla desarrollada por Pfizer para tratar al COVID-19. La compañía dice que la pastilla fue altamente efectiva en sus pruebas, al reducir en un 89 por ciento el riesgo de que un paciente infectado muera o sea hospitalizado. Según el Washington Post, “El efecto de la medicina de Pfizer se halló que era tan fuerte a mediados del estudio, que un comité independiente, que monitoreaba la prueba clínica, recomendó que fuera detenido tempranamente.”

Otra compañía, Merck, ha desarrollado una pastilla que dice reduce las probabilidades de enfermedad seria y muerte en un 50 por ciento y el mes pasado pidió la aprobación de la FDA. Aún está esperando su aprobación, aunque ya fue aprobada el 5 de noviembre en el Reino Unido.

En lo referente al tratamiento de Pfizer, ya se remitió la petición de aprobación en mención a la FDA. Literalmente estamos esperando que actúen conjuntamente y se reúnan (¡virtualmente!) para discutirla y, en apariencia, la FDA no lo estará haciendo sino hasta después del Día de Acción de Gracias. Esto significa que los tratamientos de Pfizer no empezarán a ser administrados sino hasta diciembre, lo más pronto.

Para quedar claros, no soy médico, y no puedo testificar que estos tratamientos sean, de hecho, tan efectivos como afirman las pruebas de las compañías. Pero, lo que puedo decir con certeza es que, con 750.000 estadounidenses habiendo muerto por o con COVID-19, y miles más muriendo cada semana, la gente enferma debería tener la opción legal de recibir esos tratamientos si ella así lo quiere.

Como señaló Tim Carney del Washington Examiner, “En los últimos 30 días, más de 37.000 personas murieron de COVID en Estados Unidos, según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC). Durante los próximos 35 días, [el tratamiento de Pfizer] podría prevenir decenas de miles de muertes inevitables. Pero, en vez de eso, la FDA no deja que Pfizer, de inmediato, venda una medicina que sabe es salvadora de vidas.”

“Este no es el comportamiento de un gobierno determinado a maximizar la salud pública,” concluyó Carney. “Esta es una burocracia religiosamente dedicada a sus propias reglas tediosas, al punto de derrotar sus propios propósitos de existencia.”
De hecho, así lo es. Este último fracaso de la FDA brinda un recordatorio doloroso de cómo burocracias gubernamentales afianzadas y poderosas amenazan el progreso y dañan a la sociedad. Esta es una lección que vale la pena sea recordada mucho después que termine la pandemia.

Brad Polumbo es un periodista libertario-conservador y Corresponsal de Políticas en la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.