Para ponerse a pensar acerca de la ligereza como se pueden tratar ciertos temas deliberadamente.

LOS PAPELES DE PANDORA SON UNA TÁCTICA POLÍTICA PARA SUBVERTIR LA LIBERTAD ECONÓMICA

Por Emmanuel Rincón
Fundación para la Educación Económica
Jueves 14 de octubre del 2021

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Los paraísos tributarios no son sólo legales, son moralmente éticos.

Una vez más, el mundo, de nuevo, se ha visto sacudido por una investigación periodística que expuso información financiera privada de cientos de personas alrededor del mundo, incluyendo, artistas, atletas, empresarios y, por supuesto, también, a políticos y varios criminales.

Los archivos expuestos, llamados “los Papeles de Pandora” filtraron datos de personalidades tales como el cantante Julio Iglesias, el director técnico y exjugador de futbol Josep Guardiola, el presidente de Ecuador Guillermo Lasso, los músicos Elton John, Shakira, Ringo Starr, Miguel Bosé, entre otros. El objetivo de esos documentos es estigmatizar la libertad de movimiento del capital de gente que ha creado su riqueza con un trabajo honesto. Estos individuos tienen derecho absoluto a invertir o mantener su dinero en la jurisdicción que consideran conveniente para su riqueza.

Asimismo, por otra parte, los documentos revelan datos de gente con dinero mal habido -que no mencionaré en este artículo, pues no es mi tarea actuar como juez- no obstante, equiparan y, a su vez, exponen la información privada de artistas y otra gente que no ha cometido crimen alguno, con aquella de supuestos criminales o gente que ha obtenido beneficios provenientes de corrupción, exponiendo la mala intención con la que parte de este reporte es preparado.

Cuando un político asume un cargo público debe brindar una declaración jurada de sus activos, ahí él cede su derecho a la privacidad, sucediendo lo mismo cuando gente es acusada de cometer crímenes impositivos o lavar dineros. No obstante, ¿con qué derecho un grupo de periodistas exhibe los asuntos financieros privados de gente con actividades legítimas?

LA AGENDA DETRÁS DE LOS PAPELES DE PANDORA

Por supuesto, la vasta mayoría de la población tiene un conocimiento relativamente limitado acerca de asuntos impositivos, lo que fácilmente les conduce a confundir la evasión de impuestos con la evitación de impuestos, y, a su vez, quienes exponen esta información saben muy bien que, de inmediato, la gente mostrada en esa lista será estigmatizada y calificada como “criminal” por gran parte de la opinión pública. Pero, por supuesto, nada de eso importa, el objetivo de este tipo de “trabajo” es generar la noción de que un paraíso impositivo es un pecado, y que invertir o proteger la riqueza privada de gente en esos sitios es totalmente inmoral y un crimen.

En años recientes, muchas naciones desarrolladas, organizadas por medio de la OECD y otros grupos de presión, han impulsado la puesta en práctica de códigos más estrictos que penalicen el éxito de individuos, en nombre de la “redistribución de la riqueza” y del supuesto “bien común.” Esta iniciativa, que hoy ha encontrado sus mayores impulsores en el gobierno de Joe Biden y la actual secretaria del Tesoro, Janet Yellen, busca imponer un “impuesto mínimo global a las empresas,” con la intención de que los países que han decidido ser más austeros y fiscalmente eficientes, deban acoplarse a los mandatos de naciones que más gastan, para que así no sean capaces de atraer inversión y que se elimine la libre competencia.

¿POR QUÉ EXISTEN LOS PARAÍSOS TRIBUTARIOS?

Los altos impuestos son la razón primordial de por qué existen los llamados paraísos tributarios. Por ejemplo, España puede poner un impuesto de hasta el 50% de las utilidades a un empresario en ese país. Por supuesto, esos impuestos altos y pesados se usan para financiar programas socialistas ̶ todo en nombre de la “justicia social.” Sin embargo, eso no significa que España sea libre de exigir que se demanden los mismos impuestos por parte de naciones como Estonia, Andorra, Suiza, Taiwán, o cualquier otra nación que tiene un entendimiento básico de que la libertad e incentivos económicos, son la base del crecimiento y desarrollo económico.

Los empresarios, artistas, deportistas y cualquiera que se haya enriquecido -sin robar o estafar a nadie- tienen todo derecho a invertir su dinero y proteger su riqueza tal como lo vean apropiado, y ningún periodista debería sentirse con derecho a exponer al mundo los datos privados de aquellos y alejarse intactos.

Si las naciones grandes del mundo, como es hoy el caso de Estados Unidos, deciden lanzarse a sí mismos por un despeñadero y empezar a asfixiar a sus empresarios, las naciones pequeñas no necesitan ser persuadidas a seguirlos en tal aventura; ahí está el caso de Irlanda, una de las economías de más rápido crecimiento del mundo en la última década, gracias a sus políticas de austeridad fiscal, que le han permitido atraer capital y convertirse en un centro productor de tecnología y otros productos, que no sólo han beneficio a su población, sino al mundo entero.

Evidentemente, los Papeles de Pandora son parte de otro intento de deslegitimar a países que han decidido imponer cargas impositivas menores sobre sus ciudadanos y residentes, pues han entendido que esa es la fórmula más apropaida para beneficiar a la sociedad como un todo, y que, también, esos individuos han entendido la necesidad de proteger su riqueza ganada honestamente, ante las manos de políticos populistas, que quieren apoderarse del dinero de los individuos privados para comprar votos por medio de la “redistribución de la riqueza.”

Esta es la razón de por qué debe insistirse que los paraísos tributarios no son sólo legales, sino, también, éticamente morales y, a la vez, necesarios para protegerse contra estados saqueadores de riqueza.

Este artículo de El American se reimprimió con su permiso.

Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista, Ha ganado varios premios literarios internacionales. Es editor de El American.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.