Este artículo incorpora la teoría del enfoque de oferta, adicional al del enfoque de la demanda, para explicar el fenómeno de crecimiento general de precios que se observa en estos momentos en la economía estadounidense.

INFLACIÓN Y BIENESTAR DEL CONSUMIDOR: ¡NO OLVIDEN EL LADO DE LA OFERTA!

Por Alexander William Salter
American Institute for Economic Research
15 de octubre del 2021

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es alexander william salter american institute for economic research supply, October 15, 2021. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

La inflación sigue elevada. El mercado no anticipa que permanecerá así por mucho tiempo. Pero, los aumentos anormales que hemos visto al momento tienen a los comentaristas económicos y financieros hechos un manojo de nervios. Las explicaciones de la inflación son una combinación de factores del lado de la demanda y del lado la oferta. Del lado de la demanda, hay una expansión monetaria continua de la Fed. Del lado de la oferta, hay cuellos de botella latentes en la producción debido a la pandemia. Ambos factores continúan impulsando los precios, según dice el argumento.

Personalmente, soy escéptico de que los factores del lado de la demanda están dirigiendo la situación. Usted no puede inferir la soltura de la política monetaria a partir de compras actuales de la Fed. Que la cantidad de dinero sea restringida o suelta depende de la oferta de dinero en comparación con la demanda de dinero. La velocidad permanece deprimida, lo que significa que la demanda de dinero permanece siendo elevada. Así, las actividades “expansionistas” de la Fed podrían ser exactamente la política monetaria apropiada.

Eso deja al lado de la oferta. Una cantidad de dinero persiguiendo a bienes relativamente escasos causa inflación. La lentitud en la economía real, que puede estar con nosotros por un tiempo un poco más extenso, plausiblemente explica las cosas. Rara vez estoy de acuerdo con los funcionarios de la Fed, pero, esta vez, estoy de acuerdo en que el #Equipo de Transición tiene los mejores argumentos.

Dicho eso, necesitamos aclarar una confusión peligrosa. Muchos escritores y pensadores están preocupados por los costos en el bienestar de la inflación, dando a entender qué tan peor estaremos todos debido a los aumentos de precios. ¡Hablemos de la cola moviendo al perro! Para estar claros, están involucrados serios costos de bienestar. Pero, resultan de la oferta restringida, no de la inflación. Estamos peor porque producir y consumir bienes y servicios reales es más difícil. Consecuencia de eso la inflación y, comparativamente hablando, una que probablemente no es tan mala.

Esto no es decir que la inflación no afecta el bienestar. La gente está peor cuando sus cheques no alcanzan para tanto. Su poder adquisitivo real se reduce. Pero, en última instancia, es este poder de adquisición lo que importa para el bienestar.

¿Sabe usted qué más determina el poder adquisitivo? ¡En primer lugar la disponibilidad de bienes para consumir! Los estadounidenses que buscan un carro nuevo no están peor básicamente porque los carros se están encareciendo. Están peor porque la escasez de chips de computadoras ha reducido significativamente la oferta de carros. Los aumentos de precios de los carros reflejan esta escasez aumentada. Ellos no causan la escasez incrementada.

No podemos dejar de lado la función microeconómica básica de los precios. Tyler Cowen y Alex Tabarrok lo ponen de la mejor forma: Un precio es una señal envuelta en un incentivo. Es la parte de “señal” lo que la mayoría de la gente pasa por alto. El nivel de precios que aumenta con posterioridad a un golpe adverso de la oferta, nos dice que los bienes y servicios reales son relativamente más difíciles de obtener. Nuestro ingreso nominal, expresado en dólares del momento, es el mismo. Pero, el poder adquisitivo real de ese ingreso, dando a entender los bienes y servicios que se ponen a disposición, ha caído. Una producción más difícil se traduce en un consumo disminuido, más caro.

La inflación puede reducir el bienestar por razones independientes de los problemas de la oferta. Pero, usualmente eso es porque la inflación en sí causa un problema de suministro. Cuando la inflación se eleva impredeciblemente, eso estropea el proceso de precios. Las empresas pueden ser mal guiadas a producir demasiado, o muy poco, pues están obteniendo información errada de las señales de precios. Tal vez, algo de eso puede estar pasando en este momento. Pero, los efectos tal vez son pequeños. Sabemos que estamos lidiando con precios elevados y, al mismo tiempo, los pronosticadores y las expectativas del mercado esperan que eso se asiente al pasar las restricciones al suministro asociadas con la pandemia.

Mantengamos nuestros ojos en el lado de la oferta. Deberíamos estar haciendo todo esfuerzo, desde el punto de vista de la política, por eliminar las restricciones sobre la producción y el intercambio. Esto ayudará tanto en el corto como en el largo plazo.

Alexander William Salter es Profesor Asociado de Economía en el Colegio Rawls de Negocios y Compañero de Investigación en Economía Comparada del Instituto del Libre Mercado, ambos en la Universidad Texas Tech. Ha publicado artículos en revistas especializadas importantes tales como the Journal of Money, Credit and Banking, the Journal of Economic Dynamics and Control, the Journal of Macroeconomics, and the American Political Science Review. Sus artículos de opinión han aparecido en The Hill, The American Conservative, US News and World Report, Quillette, y numerosos otros sitios. Salter obtuvo su M.A. y PhD. en Economía en la Universidad George Mason y su licenciatura en Economía en Occidental College. Participó en el 2011 en el Programa de Becarios de Verano del AIER.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.