Surge nueva información de resultados de las cuarentenas, en este caso la coincidencia en muertes por exceso de drogas en Estados Unidos.

NUEVOS DATOS DE LOS CDC MUESTRAN QUE LAS CUARENTENAS COINCIDIERON CON MUERTES POR SOBREDOSIS QUE BATIERON RÉCORDS.

Por Brad Polumbo
Fundación para la Educación Económica
Jueves 14 de octubre del 2021

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La triste y, a la vez, inevitable conclusión es que, en su esfuerzo por detener una crisis de la salud pública, las autoridades alimentaron otra.

El primer año de la pandemia del COVID-19 pasará a la historia estadounidenses como uno de pérdidas, sufrimiento económico, y conflicto social. No sólo cientos de miles de ciudadanos murieron por el COVID-19, sino que las órdenes y restricciones generalizadas que los gobiernos impusieron en nombre de reducir la diseminación, tuvieron consecuencias letales por derecho propio ̶ cuyo resultado completo no será conocido por décadas. No obstante, nuevos datos confirman que las sobredosis fatales de drogas lograron nuevos máximos entre marzo del 2020 y del 2021, iluminando aún más las repercusiones sobre la vida bajo cuarentenas.

Unos impactantes 96.000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas en ese lapso de un año, revelan las últimas cifras brindadas por los Centros para el Control de las Enfermedades. Ese es un aumento del 29.6 por ciento con respecto al año previo.

“Esta ha sido un época increíblemente incierta y estresante para mucha gente y estamos viendo un aumento en el consumo de drogas, dificultad en tener acceso a tratamientos que salvan vidas ante desórdenes en el uso de sustancias, y un crecimiento trágico en muertes por sobredosis,” dijo a principios de este año la directora del Instituto Nacional de Abusos por Drogas, la Dra. Nora Volkow.

El período de tiempo cubierto por los nuevos datos de los CDC incluye la primavera del 2020, que fue cuando muchas partes de Estados Unidos sufrieron sus órdenes gubernamentales de cuarentena más extendidas y estrictas. Sí, la correlación por sí sola no prueba causalidad, pero, no hay razón para creer que el COVID-19, por sí mismo, causaría ese aumento tan alto en sobredosis de drogas. Es lógico que el aislamiento, asuntos de salud mental, desempleo, y más causados por las respuestas gubernamentales a la pandemia, como órdenes de cierres, serían algunos de los principales factores que condujeron a este aumento trágico.

La triste pero inevitable conclusión es que, en sus esfuerzos por detener una crisis de salud pública, las autoridades alimentaron otra. Y, por desgracia, las sobredosis de drogas no son algo inusual o excepcional. Podemos observar tendencias similares en violencia doméstica, asuntos de salud mental, y muchas otras áreas en que, por sí mismas, las consecuencias de intervenciones sin precedentes mostraron ser una amenaza a la vida. Tomadas en conjunto, ofrecen un recordatorio doloroso de por qué la formulación de política debe hacerse con humildad, y no cayendo víctima de lo que Henry Hazlitt llamó “la falacia de dejar de lado las consecuencias secundarias.”

En Economía en Una Lección, Hazlitt lamenta la “tendencia persistente de los hombres de ver sólo los efectos inmediatos de una política determinada, o sus efectos sólo sobre cierto grupo especial, y negarse a preguntar cuáles serán los efectos en el largo plazo de esa política, no sólo para ese grupo especial, sino para todos los grupos.”

Esto describe perfectamente la trampa en que cayeron los funcionarios electos cuando respondieron a la pandemia del COVID-19. Pensaron que podían intervenir drásticamente en nuestras vidas usando restricciones sin precedentes y detener la diseminación del virus. Ellos no tuvieron éxito en ese objetivo inmediato. No obstante, las consecuencias de segundo orden de su arrogancia han mostrado ser mortales por sí mismas, y continuarán creciendo en décadas por venir.

Brad Polumbo es un periodista libertario-conservador y Corresponsal de Políticas en la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.