Entre tanto en otros países, como el nuestro, más bien ahora se persigue a quien no piensa igual que el burócrata de turno.

NUEVA ZELANDIA TERMINA SU ESTRATEGIA DE CIERRE DE “CERO COVID”- DEJANDO A CHINA COMO EL ÚLTIMO REDUCTO

Por Jon Miltimore
Fundación para a Educación Económica
Miércoles 6 de octubre del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jon miltimore foundation for economic education Zealand, October 6, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

Nueva Zelandia puso en marcha una cuarentena de “nivel 4” en prosecución de su estrategia de cero COVID. No resultó tal como se planificó.

A mediados de agosto, la primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern, anunció una cuarentena en toda la nación cuando fue detectado un único caso de COVID-19.

“Manténganse en su lugar. No se congreguen,” dijo Ardern. “No hablen con sus vecinos. Por favor, manténganse en sus burbujas.”

Siete semanas después, con posterioridad a un fin de semana que vio a miles de neozelandeses romper las órdenes de quedarse en casa, como demostración contra la cuarentena del gobierno, Nueva Zelandia hizo una reversión brusca, reportó el New York Times.

“El lunes, Nueva Zelandia cedió.

La primera ministra Jacinda Ardern reconoció un fin a la estrategia de eliminación de siete semanas de cuarentena, que había fallado en detener un brote de la variable Delta, al anunciar que las restricciones serían gradualmente levantadas en Auckland, la ciudad más grande del país.

‘Estamos haciendo una transición desde nuestra estrategia actual a una nueva forma de hacer las cosas,’ dijo Ms. Ardern a los reporteros.
‘Con la Delta, el regreso a cero es increíblemente difícil, y nuestras restricciones, por sí solas, no son suficientes para lograr eso rápidamente.
De hecho, para este brote, es claro que largos períodos de fuertes restricciones no nos ha alejado de cero casos.’

‘Lo que hemos llamado una larga cola,’ agregó ella, ‘se siente más como un tentáculo que ha sido increíblemente difícil de sacudir.’”

LAS CUARENTENAS: UN PARADIGMA FALLIDO

Tal como escribí cuando Nueva Zelandia anunció su estrategia de “cero COVID” -empleando cuarentenas generalizadas, examinación extensa, fronteras cerradas, y órdenes de cuarentenas estrictas y sistemas de trazado de contactos ante el primer signo del virus- la decisión de cerrar contradecía una evidencia abundante que indicaba que las cuarentenas son inefectivas en el control de la diseminación del virus y las muertes por COVID ̶ independientemente de su intensidad.

“La rigurosidad de las medidas establecidas para luchar contra la pandemia, incluyendo cuarentenas, no parecía estar asociada con la tasa de mortalidad,” concluyeron investigadores en un estudio de Frontiers in Public Health.

El estudio fue sólo uno de docenas de estudios que muestran que no hay relación entre cuarentenas o la rigurosidad de la cuarentena y el control del virus.

A pesar de lo anterior, los efectos adversos de las cuarentenas están bien documentados y son innegables: millones de empresas destruidas, decenas de millones de empleos perdidos, deterioro generalizado de la salud mental, obesidad infantil en aumento, un resurgimiento en la pobreza global, y aumentos en suicidios y sobredosis de drogas.

A pesar de esta evidencia, los funcionarios de Nueva Zelandia decidieron poner en práctica una cuarentena de “nivel 4” -la más elevada de su sistema- en procura de su estrategia de “cero COVID.”

No obstante, aunque Nueva Zelandia ahora está abandonando sus esfuerzos por erradicar el virus, el país continúa su uso de cuarentenas con la esperanza de mitigar la diseminación del COVID-19. Como lo hizo ver el Times, Ardern ha desplegado un plan de tres etapas en un esfuerzo por “hacer que la vida diaria sea un poco más fácil.”

“Empezando el martes, a los residentes de Auckland, por primera vez desde agosto, se les permitirá reunirse con miembros de otras familias en los exteriores,” reporta el Times. “Los niños más jóvenes volverán a clases, y habrá un enfoque más permisivo para ejercicio en los exteriores, en parques de la ciudad, reservas naturales y playas.”

Ardern dijo que Nueva Zelandia no levantará su cuarentena totalmente hasta que se logre una vacunación generalizada. Actualmente, alrededor de un 79 por ciento de los neozelandeses de 12 y más años de edad, ha recibido al menos una dosis, mientras que un 48 por ciento está totalmente vacunado, una tasa que está muy por debajo de la mayoría de las naciones europeas y la vasta mayoría de los estados estadounidenses.

¿POR QUÉ HAY NACIONES QUE TODAVÍA ESTÁN CERRANDO?

La decisión para continuar con el uso de cuarentenas, a pesar de su inefectividad y consecuencias adversas, parece ser irracional, pero la teoría económica puede ayudar a explicar por qué autoridades continúan usándolas.

Para empezar, el economista Murray Rothbard ha señalado que la propia existencia del estado está basada en la idea de que el gobierno es un componente necesario de la sociedad, no simplemente uno legítimo. En su famoso trabajo, Anatomy of the State [La Anatomía del Estado], Rothbard explicó en detalle cómo el estado enlista expertos para que convenzan al público de que sus acciones son justas y benevolentes.

“Dado que su gobierno es explotador y parasítico,” escribió Rothbard en otra parte, “el Estado debe comprar la alianza de un grupo de ‘Intelectuales Cortesanos,’ cuya tarea es embaucar al público para que acepte y celebre el gobierno de ese Estado peculiar.”

La lógica de Rothbard explica parte de la historia, pero una segunda razón puede encontrarse en incentivos básicos. La decisión de una cuarentena en Nueva Zelandia parece ser ejemplo de libro de texto de la teoría de la elección pública, una teoría de la cual fue pionero el economista ganador del premio Nobel James M. Buchanan.

Buchanan entendió que los funcionarios públicos arriban a decisiones con base en el interés propio e incentivos ̶ tal como cualquiera de nosotros. Y ese es el quid de la teoría de la elección pública, rechaza la idea de que los servidores públicos se motivan a promover “el bien común.”

Buchanan vio que los políticos y burócratas se convierten en ángeles altruistas tan sólo porque obtienen un empleo en el gobierno. Por el contrario, toman decisiones calculadas con base en incentivos personales, igual que la gente en otras instituciones, y, algunas veces, estas decisiones van contra “el bien común.”

Queda por verse cómo las decisiones de Ardern resultan políticamente, pero, vale la pena señalar que ella ya ha sido atacada por la izquierda por abandonar su estrategia de línea dura de cero COVID.

“La primera ministra dice que nosotros debemos vivir con el virus,” dijo el escritor del Guardian, Morgan Godfery. Pero, el “nosotros” significa estas mismas líneas de desigualdad. El virus ahora se refugiará en pandillas, la comunidad de vivienda en transición, y gente morena no vacunada.”

La verdad simple es que, durante la mayor parte de la pandemia, el riesgo mayor para la mayoría de políticos y funcionarios públicos era aparecer como que “no les importa” acerca del COVID-19. Cualquier acción colectiva para combatir el virus, incluso acciones que fueron inútiles e incluso dañinas, desde una perspectiva política era mejor que no tomar acción alguna.

Mucha gente sencillamente supuso que las buenas intenciones rendirían buenos resultados, concluyendo erróneamente que los planificadores centrales poseían el conocimiento que guiara efectivamente a todos a través de una pandemia, si tan sólo ellos tenían el poder.

Por suerte, parece que las naciones alrededor del mundo finalmente están empezando a reconocer que los expertos no tienen el poder para erradicar el COVID-19.

Con Nueva Zelandia, Australia y Singapur abandonado la meta de erradicar el virus, el cambio, reporta el New York Times, “ha dejado a China como, tal vez, el ultimo país grande que persigue un enfoque de cero Covid.”

Debería sorprender poco que el Partido Comunista Chino es el último grupo en el mundo que se rehúsa a reconocer que el estado carece del conocimiento y habilidad para erradicar un virus respiratorio si es que tan sólo planifican centralmente con la fuerza necesaria.

La tragedia es que tantas naciones siguieron, en primer lugar, el ejemplo de cuarentena de China.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.