Taiwán y Cuba: muy similares en muchas cosas, excepto en la vigencia de las libertades económicas, políticas y sociales. Pero, mientras la primera isla eligió el camino liberal del capitalismo de mercado, la otra escogió el rumbo socialista, del mando y control estatal. Los resultados comparativos son obvios: Taiwán y su pueblo progresaron varias veces más que Cuba y su pueblo. La primera floreció, y la segunda se arruinó.

LA RIQUEZA DE TAIWÁN MUESTRA QUE LA POBREZA DE CUBA ES RESULTADO DEL SOCIALISMO, NO DE UN BLOQUEO

Por Emmanuel Rincón
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 29 de setiembre del 2021

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Cuba y Taiwán empezaron en los años setenta con economías similares, pero, hoy el PIB de la isla caribeña es cinco veces menor que aquel de Taiwán.

Por décadas el Partido Comunista de Cuba ha culpado a Estados Unidos por la miseria y pobreza de Cuba, aludiendo al “bloqueo” que Estados Unidos mantiene contra Cuba. Sin embargo, el supuesto bloqueo sufrido por la isla es, en realidad, un embargo comercial que sólo le hace imposible a la gente y empresas de ciertos sectores dentro de Estados Unidos a hacer negocios con Cuba, pudiendo el resto del mundo comerciar libremente con la isla.

Así, a pesar del embargo comercial, Estados Unidos exporta alrededor de $277 millones en bienes a Cuba, siendo alimentos una mayoría esas exportaciones.

Además, a pesar del establecimiento de un régimen dictatorial en Cuba, que ha estado en el poder por más de 60 años sin ningún tipo de alternancia, elecciones o libertades básicas, todo mundo reconoce a las autoridades comunistas y Cuba tiene presencia en todas las organizaciones multilaterales, siendo la principal las Naciones Unidas.

Luego, está Taiwán, que tiene características muy similares a aquellas de Cuba, pues, también, es una isla que está cerca de uno de los dos poderes mundiales ̶ China. En el caso de las autoridades de Taipéi, ellas han sido totalmente bloqueadas por el gigante asiático, pues China alega soberanía sobre la isla.

Taiwán es reconocido por sólo una docena de naciones alrededor del mundo, no tiene representación en las Naciones Unidas, y su nombre oficial ni siquiera puede ser pronunciado en ciertos acontecimientos internacionales: ya sea estos los Juegos Olímpicos, la Asamblea General de las Naciones Unidas, e incluso en embajadas de la mayoría de países del mundo ̶ incluso la de Estados Unidos. Y, no obstante, a pesar de estas dificultades, la economía actual de Taiwán es una de las más importantes en el mundo, con una tasa de pobreza de 0.7%, en contraste con Cuba, que tiene una de las economías más deprimidas del planeta y un 90% de su población viviendo en pobreza. ¿Cuál es la diferencia entre las dos islas? El modelo económico y político que ellas aplicaron a sus naciones.

DOS ISLAS CON HISTORIAS SIMILARES

Cuba y Taiwán, a pesar de estar localizadas en dos polos diferentes del planeta tierra, tienen características muy similares, siendo aquella que más parece serlo el hecho de que están a alejados a menos de 200 kilómetros de los dos superpoderes del mundo -Estados Unidos y China, respectivamente- y que sufren embargos comerciales o bloqueos políticos por los superpoderes vecinos; por otra parte, Cuba tiene una población de poco más de 11.3 millones de habitantes ̶ un par de millones más ha huido del país, mientras que Taiwán tiene 23.5 millones de residentes, a pesar del hecho de que Cuba tiene una superficie terrestre tres veces más extensa.

A pesar de las similitudes, ambas naciones actualmente se encuentran a una enorme distancia aparte en términos del desarrollo económico, social, cultural, y tecnológico, así como de libertades individuales y democracia. Hoy, la economía de Taiwán es cinco veces más grande que la de Cuba, pero, hace cincuenta años, las cosas no eran tan diferentes; en los años setenta el PIB de ambos países era similar y la industria más grande de ambos era la agricultura.

TAIWÁN: CAPITALISMO, LIBERTAD, Y MERCADOS LIBRES

Los resultados dolorosos de la revolución cultural de la China Comunista de Mao Zedong, que causaron la muerte por hambre de, al menos, 30 millones de chinos, iluminó el camino de los gobiernos de la región, que rápidamente entendieron que el modelo fallido de poner al Estado en control de los medios de producción, los haría más vulnerables y miserables.

Entonces, los vecinos de la República Popular China empezaron una serie de reformas económicas y políticas que cambiarían drásticamente la calidad de vida de sus habitantes; Singapur, Malasia, Corea del Sur y, por supuesto, Taiwán, empezarían a abrir sus mercados, estimularían la empresa privada y transformarían sus regímenes autoritarios en naciones con instituciones democráticas, y poco a poco el sol empezó a brillar para los así llamados tigres asiáticos.

A pesar de las limitaciones territoriales y el bloqueo político de China a la isla, las instituciones incluyentes de Taiwán abrieron el camino para la producción de tecnología que supliera un mercado mundial severamente deficiente. Los empresarios taiwaneses empezaron a especializarse en producir semiconductores, esos microchips que hoy día encontramos en todos los aparatos eléctricos del mundo, desde computadoras a teléfonos inteligentes e, incluso, carros, y, poco a poco, la isla pobre del pasado se convirtió en un país rico y desarrollado.

Actualmente, Taiwán tiene la sexta economía más libre, de acuerdo con el Índice de Libertad Económica, Singapur es la primera nación en esa sección, mientras que Malasia califica en el lugar 22 y Corea del Sur en el 24.

En un artículo publicado por la embajada taiwanesa en México, las autoridades aseveraron que: “Taiwán, gracias a las políticas de su gobierno, empezó un desarrollo comercial rápido y asombroso, convirtiéndose en una economía estable. Hoy ocupa el lugar 22 entre las economías más grandes del mundo. Esto le permitió establecer relaciones con países que estaban en busca de buenas relaciones comerciales.”

En el mismo comunicado, explican la transición que ocurrió en Taipéi:

“A pesar de haber empezado como una dictadura militar de un solo partido, en la década de 1990 inició un proceso de democratización que hoy la tiene como una de las naciones más libres del mundo, con elevadas tasas de libertad de prensa, servicios de salud, educación pública, libertad económica y desarrollo humano. Esta es la razón por la que China ve a Taiwán, y su reconocimiento internacional, como una amenaza existencial. El contraste es notorio. La democracia no sólo ha probado que puede funcionar, sino que ha logrado múltiples beneficios para la población. Los taiwaneses tienen una mejor calidad de vida, y oportunidades para el desarrollo personal, que el chino promedio de la China continental. Y todo esto dentro del marco de libertades que son impensables en una China comunista, que censura la disidencia y cuyo partido gobernante crecientemente aumenta su control de todos los aspectos del país.”

CUBA: SOCIALISMO, MISERIA, E IDEOLOGÍA

En el otro lado del planeta, en Cuba, ellos decidieron taparse los ojos ante los resultados de la revolución cultural perpetrada en China, y el colapso de la Unión Soviética. Mientras Taiwán despegó con un modelo capitalista, Cuba permaneció anclada en los antiguos dogmas revolucionarios de Fidel Castro, quien, lejos de intentar cambiar, buscó expandir su régimen de miseria en el resto del continente, lográndolo muy exitosamente en países como Venezuela y Nicaragua.

La revolución cubana asumió el poder en la isla en 1959 por la fuerza de las armas y nunca lo soltó. Con eslóganes populares como redistribución de la riqueza, supuesta ayuda al pobre, y socialismo, Fidel Castro empezó a expropiar la tierra y compañías privadas para que fueran administradas por el estado, y, en corto tiempo, Cuba, que solía ser uno de las mayores productores y exportadores de azúcar del mundo, encontró que ya ni siquiera podía producir azúcar para su consumo interno y tenía que importarlo.

Por décadas, la revolución cubana pudo mantenerse en el poder exclusivamente gracias al financiamiento brindado por la Unión Soviética, con el afán de aumentar los enemigos ideológicos en el patio de Estados Unidos. Después de la caída de la URSS, en los años 90 Cuba vivió una de las peores décadas de su historia, hasta que la astucia política de Fidel Castro logró poner a Hugo Chávez en el poder en Venezuela, y, desde ese entonces, vivieron a partir del petróleo de ese país, hasta que el mismo fallido modelo socialista terminó por arruinar a la nación con las mayores reservas de petróleo en el mundo, y Cuba, de nuevo, estuvo envuelta en una tremenda crisis económica, con millones de ciudadanos en pobreza extrema, lo que recientemente ha provocado uno de los levantamientos civiles más grandes contra las autoridades comunistas.

Cuba y Taiwán empezaron la década de los setenta con economías similares, pero, hoy, el PIB de la isla caribeña es cinco veces menor que aquel de Taiwán, y 90% de su población vive bajo la pobreza, mientras que en la isla asiática sólo el 0.7% de su población es pobre.

Definitivamente la culpa no es por el “bloqueo,” sino por el socialismo.

Una versión de este artículo apareció originalmente en El American.

Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ha ganado varios premios literarios internacionales. Es editor de El American.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.