Lo que nos faltaba: que además de que nuestro gobierno nos quita con impuestos lo que se ha ganado correctamente sirviendo a los demás, ahora un cartel internacional de gobiernos nos venga a aumentar la carga.

IRLANDA SE RESISTE CONTRA 132 PAÍSES QUE SE CONFABULAN CONTRA SU ECONOMÍA

Por Dan Sanchez & Saul Zimet
Fundación para la Educación Económica
Domingo 29 de agosto del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como dan sanchez & saul zimet foundation for economic education Ireland August 29, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.

Al buscar las naciones más poderosas del mundo poner en marcha un impuesto global mínimo a las empresas, Irlanda se resiste ante esta amenaza a su economía.

Bajo el liderazgo de la administración Biden, 132 países, incluyendo las veinte economías más poderosas del mundo, todos se han puesto de acuerdo en instaurar un impuesto global mínimo a las empresas del 15 por ciento.

El objetivo de esta histórica iniciativa de “armonización tributaria” es impedir que países “paraísos tributarios” atraigan empresas de países con tasas mayores de impuestos.

“Con el impuesto corporativo global mínimo hoy establecido en cero, ha habido una carrera hacia el fondo en impuestos a las empresas, minando la habilidad de Estados Unidos y otros países de aumentar la recaudación necesaria para llevar a cabo inversiones críticas,” dijo en una declaración el departamento del Tesoro de Estados Unidos en mayo. “El Tesoro enfatizó que un 15% es un piso y que deberían continuar discusiones para ser más ambiciosos y empujar más alto a esa tasa.”

LA LUCHA CONTRA QUINCE

Pero, un plantado está amenazando con echar a perder el esquema.

“Una de las prioridades del presidente Joe Biden es [el impuesto global a las empresas], reporta CNN. “Pero una isla nación de 5 millones de personas se atraviesa en el camino. Biden aún necesita a Irlanda.”

“Nosotros no estamos en ese acuerdo,” le dijo a RTÉ Morning Ireland el primer ministro irlandés de Finanzas Paschal Donohoe. “Estoy tan comprometido que decidí que no podía entrar en el acuerdo.”

Por mucho tiempo Irlanda ha tenido un impuesto a las empresas de un 12.5 por ciento, comparado con el 21 por ciento de Estados Unidos y un 19 por ciento del Reino Unido. Y esta tasa de impuestos relativamente baja es lo que ha atraído a Facebook, Apple, Google, Pfizer y muchos otros gigantes corporativos para establecer oficinas centrales regionales o centros de manufactura allí, en vez de países con tasas de impuestos más altos.

Irlanda ha sido exactamente el tipo de “paraíso tributario corporativo” que el impuesto a las empresas global mínimo busca deshacer. Ella está guiando la “carrera hacia el fondo” de lo que se quejó el departamento del Tesoro, sin duda poniéndole un freno a las tasas impositivas de otros países.

Para entender por qué, imagínese si Estados Unidos elevara su tasa de impuestos a las empresas de un 21 a un 28 por ciento, como Biden quiere hacerlo. Eso ocasionaría muy posiblemente que incluso más corporaciones se alejaran de Estados Unidos hacia los pastos más verdes de Irlanda. Pero, si Irlanda fuera obligada a aumentar su propia tasa de impuestos a las empresas, aquello sería menos relevante.

A esto se le llama “competencia tributaria.” Y, si bien puede ser una “carrera hacia el fondo” desde la perspectiva de un recaudador de impuestos, ¿qué hay acerca del punto de vista del ciudadano?

UNA ECONOMÍA PARADISÍACA

“Irlanda se ha beneficiado mucho con la ventaja impositiva dada a las multinacionales,” dijo el economista sénior Ricardo Amaro de Oxford Economics en Dublín.

Y, de hecho, el flujo de riqueza y oportunidad corporativa hacia Irlanda ha resultado en un crecimiento enorme del PIB y del empleo para la nación en décadas recientes, incluso alcanzado un crecimiento del PIB del 26.3 por ciento en el 2015.

“La inversión continua ha hecho de la economía de Irlanda una de las más resistentes en Europa,” reporta en un artículo reciente el New York Times. “Más de 800 empresas de Estados Unidos están presentes, gastando anualmente 20 miles de millones de euros ($23.6 miles de millones) en inversiones, bienes y servicios y planillas, según datos de la Cámara Estadounidense de Comercio. Ellas emplean un estimado de 180.000 trabajadores y dan soporte indirecto a otros 144.000 empleos en la economía de Irlanda.”

Impuestos a las empresas más bajos significan un stock de capital más grande, lo que significa nuevos empleos, salarios más altos, y más bienes y servicios. Esta es la razón por la que los bajos impuestos a las empresas no sólo han sido buenos para las corporaciones multinacionales, sino para trabajadores consumidores, y empresarios irlandeses.

También, ellas han beneficiado a gente de otros países, al ayudar a frenar aumentos de impuestos a las empresas en ellos. Los políticos y recaudadores de impuestos pueden quejarse de eso, pero, desde la perspectiva del ciudadano promedio, la competencia tributaria es más como una “carrera hacia las alturas.”

COMPETIR POR LOS PIES

La competencia tributaria es una subcategoría de un fenómeno más amplio llamado “competencia jurisdiccional.” Cuando ha opinado, la gente a menudo “vota con sus pies,” no sólo en busca de cargas tributarias más livianas, sino, en general, de gobiernos menos opresores. Considere a los alemanes orientales huyendo hacia Alemania Occidental o los californianos huyendo hacia Florida.

La competencia jurisdiccional, como la competencia de mercado, es cosa buena. Pone un freno acerca de qué tan tiránico puede ser un gobierno, a no ser que pierda ciudadanos con países competidores.

Políticas como “armonización de impuestos” equivalen a una colusión anticompetitiva entre gobiernos. Ellas les dan a los gobiernos un mayor poder monopólico al dejar a los ciudadanos con menos opciones y rutas de escape. Esto también es válido para instituciones super estatales, como la Unión Europea y las imposiciones del gobierno federal de los Estados Unidos sobre los estados.

Así que, felicitaciones a Irlanda por rehusarse valientemente a unirse a lo que equivale a un cartel impositivo de 132 gobiernos. Al defenderse a sí misma, nos ha defendido a todos nosotros.

Dan Sanchez es Director de Contenido de la Fundación para la Educación Económica (FEE) y editor en jefe de FEE.org.

Saul Zimet es Compañero Hazlitt de la Fundación para la Educación Económica y estudiante de postgrado en economía en el John Jay College of Criminal Justice de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.